Pasar de una banda ska a musicalizar obras teatrales, para luego aventurarse en el mundo del cine. Estando dentro, pasar de las comedias americanas a ser el compositor de piezas legendarias en grandes franquicias, acumulando de paso más de 100 bandas sonoras.
No parece una línea lógica en la carrera de un músico de cine, pero así ha sido la vida de Danny Elfman, quien puso su talento en producciones como Batman (1989), El joven manos de tijera (1990), Hombres de negro (1997), Spider-Man (2002), Charlie y la fábrica de chocolate (2005) y más recientemente Justice League (2018), por mencionar algunas, a la cual hay que sumar la icónica introducción de Los Simpson.
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Sumado a ello, una de las constantes de su trayectoria ha sido el trabajar junto a Tim Burton. Tal como Ennio Morricone con Sergio Leone, esta dupla se potenció desde el punto de partida, previo a comenzar a involucrarse en el cine.
Los primeros pasos
Nacido un 29 de mayo de 1953 en Estados Unidos y criado por una familia judía, Daniel Elfman mostró interés temprano por la música. De formar distintos conjuntos en su etapa escolar pasó a trabajar junto a su hermano, Richard, en grupos musicales teatrales, lo que lo llevó a viajar por el mundo.
Ya de vuelta ambos en EE.UU., en la década del '70 formaron la banda The Mystic Knights of the Oingo Boingo, que posteriormente se recortó a Oingo Boingo, grupo con el cual llegó a tocar en vivo y que, tras la salida de Richard -quien se dedicó a ser director de películas-, tenía la mirada de más de alguno encima, con planes maestros en el horizonte.
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Ya llegado 1980 se cruza el primer camino: Richard Elfman dirigió Forbidden Zone, una extraño musical en el que una joven viaja a otra dimensión. Ahí Danny interpretó a Satán y además se encargó de la música.
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Danny Elfman en Forbidden Zone (1980). Imagen: IMDB.[/caption]
Ahí es cuando un joven que probaba suerte en el cine llamado Tim Burton lo venía siguiendo. ¿Su idea? Incorporarlo para realizar el trabajo musical de La gran aventura de Pee-Wee, su debut en cintas de larga duración. Por ello, llamó a Danny Elfman, momento que el compositor recreó en una entrevista a Rolling Stone.
Elfman: "¿Por qué yo? ¿Por qué me quieres para hacer la banda sonora? Eso es descabellado".
Burton: "No sé. He visto a tu banda y creo que podrías hacerlo".
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El músico tomó la responsabilidad. Para ello, grabó en su pieza y el resultado lo envió en un casete, del cual "no esperaba volver a escuchar de nuevo". Lo llamaron de vuelta con un "el trabajo es tuyo". Así, compuso la música para la película de Burton de 1985, a las cuales sumó otras como Back to School, Beetlejuice y Midnight Run, definiendo de paso así su camino en el mundo del cine.
Saltando a las grandes ligas
Después de cuatro años trabajando para películas cómicas -salvo Wisdom, el delincuente (1986)-, llegó un punto clave en la carrera de Elfman y también de Burton: Batman. La película, protagonizada por Michael Keaton, fue el trabajo "más duro" que tuvo el compositor.
"Nadie me quería en la película, excepto Tim, y aún no era un director importante. El estudio realmente no me quería, comprensiblemente", contó en una entrevista el músico, complementando que "nunca había conseguido una gran película. Nunca había realizado un filme oscuro. Nunca había marcado la acción. Yo trabajé en un tipo de comedia peculiar. Estoy seguro de que habrían sido mucho más felices si hubieran podido conseguir un compositor más experimentado, como John Williams o alguien más".
De hecho, de acuerdo a Elfman, el productor Jon Peters buscaba una banda sonora más pop, con Michael Jackson, George Michael y Prince. "Hubo un periodo en el que querían que colaborara con Prince en la partitura y fue la decisión más difícil de mi vida (...) Sabía cuál debería ser la partitura y sabía que colaborar con un artista pop, por mucho que lo respetara profundamente, no daría buenos resultados", relató el compositor.
Sin embargo y pese a todas las reticencias, en un ambiente donde el único apoyo estable era el de Burton, Danny Elfman pudo salir adelante y entregar una de las piezas más icónicas no solo de la franquicia Batman, sino de las películas de acción en la historia del cine.
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Así, después de la tormenta, vinieron las cosechas: su trabajo en Batman lo llevó a ganar un premio Grammy en ese mismo año por el tema principal de la película, momento que sirvió como punto de inflexión en su carrera en el cine.
Pese a la vasta trayectoria que ostenta, Elfman no ha ganado un premio Oscar, aunque ha estado nominado en cuatro ocasiones (En busca del destino, Hombres de negro, El gran pez y Milk). En contraparte, ha recibido más de 70 reconocimientos fuera de la Academia, aunque él les resta relevancia. "Los premios no significan mucho para mí. Es un honor me siento halagado, pero tengo una actitud de por vida que nunca tomo ningún premio en serio", contó a Rolling Stone.
*Créditos de la imagen de la nota: Instagram de Danny Elfman.