El 1 de junio, en el primer sábado del mes del Orgullo Gay, París vivió la expresión más concreta de los nuevos aires que quiere establecer Disney; aquellos con que intenta ser percibida como una compañía moderna e inclusiva. Este fin de semana, por primera vez se hizo el desfile Magical Pride en el parque de diversiones Disneyland de la capital francesa.
Las manos de Mickey Mouse formando un corazón y la bandera del arcoíris fueron uno de los tantos símbolos que se instalaron en la celebración. Diversas postales se esparcieron en redes sociales, las que no sólo daban cuenta de la fiesta sino que también de la presencia de celebridades, como la actriz española Rossy de Palma, el grupo de pop electrónico inglés Years & Years o el cantante Boy George, quien ejerció de DJ. Aunque la misma instancia se había festejado en otros parques de la empresa, es primera vez que se hace de un modo tan extenso y en la totalidad de un recinto.
Días antes, decenas de agrupaciones profamilia en Europa reclamaron contra lo que para ellos era una suerte de sacrilegio: la representación máxima de la entretención infantil durante el siglo XX, los inventores del imaginario de princesas, príncipes, cenicientas y bellas durmientes, cedía ante una comunidad que, para ellos, no representaba esos valores. "Adoctrinar a los niños no es parte de la misión de Disney", es el mensaje que comenzó a circular a través de una carta dirigida a los jefes de la firma y difundida por diversas ONG, argumentando que un parque de diversiones "es un espacio de ocio para todo tipo de público".
Desde la otra vereda no quisieron ingresar en controversias, porque todo es parte de un proceso que desde hace un par de años tiene a Disney arrojando señales de una progresiva y continua apertura en temas de género.
Por ejemplo, el comediante Josh Gad interpretó a un personaje anunciado como abiertamente gay en La Bella y la Bestia (2017). Aunque aquello sólo se reflejó al final de la película, en algunos países lo no perdonaron: en Rusia fue calificada como "inconveniente" para menores de 16 años y Malasia sólo aprobó exhibirla sin la escena en cuestión.
En el ámbito de la televisión el paso más firme lo dio este año la serie Andi Mack, en cuya tercera temporada el personaje del actor Joshua Rush (Cyrus, mejor amigo de la protagonista) reconoció ser gay, y así se transformó en la primera producción de Disney Channel en concretar un guiño al mundo LGBTI. En 2017 la serie animada Star vs. the Forces of Evil, de Disney XD, incluyó en un plano un beso gay en medio de un concierto. Y ese mismo año hubo nuevo revuelo en los sectores conservadores cuando la serie animada Doctora Juguete incluyó una pareja de lesbianas.
La película Jungle Cruise, que llegará en 2020 protagonizada por Dwayne Johnson, incluiría a un personaje gay, el hermano de Emily Blunt en la ficción. Marvel, por su lado, podría realizar más que un guiño en The Eternals, que prontamente comenzaría a filmar con Angelina Jolie en su elenco. "El mundo está listo", respondía meses atrás la productora de los filmes del MCU, Victoria Alonso, respecto a la inclusión de un superhéroe gay.