Viene llegando de Madrid, donde dio una serie de entrevistas sobre su nueva novela. Anoche, Isabel Allende (76) presentaba Largo pétalo de mar en el Centro Gabriela Mistral, GAM. Era tanta la demanda por entradas para la sala principal, que hubo que instalar una pantalla gigante en el hall contiguo a la actividad.
"Me dijeron que venía gente desde Guatemala", dice la escritora que en 18 meses trabajó la historia protagonizada por el joven médico Víctor Dalmau y su amiga pianista Roser Bruguera. La aventura arranca con ambos en 1938, en plena Guerra Civil Española, y continúa con la llegada de ellos y 2 mil refugiados en el barco Winnipeg a Valparaíso, gestionado por el poeta Pablo Neruda, en 1939. Luego ambos vivirán otro exilio, en Venezuela, tras el golpe de Estado de 1973. La aventura cierra en los años 90.
El personaje del doctor está inspirado en Arturo Jirón, amigo y médico personal del ex presidente Salvador Allende. Pero también en la figura de Víctor Pey, ingeniero que viajó en el Winnipeg, fallecido en octubre, a los 103 años. La escritora compartió con Pey en su exilio, en Venezuela.
"Tenía el manuscrito dedicado, se lo enviaría, pero murió seis días antes. La última vez que lo vi fue en septiembre cuando vine a ver a mi mamá que entonces murió. Teníamos una correspondencia fluida", cuenta Allende sobre Pey.
La novela también está dedicada a su hermano, Juan. "Mi hermano es profesor de Ciencias Políticas y estudia historia. Y él es mi primer editor. Antes era mi mamá", dice la autora traducida a más de 40 idiomas, que ha vendido 70 millones de ejemplares. Hace dos semanas obtuvo el Premio de Novela Histórica Barcino, que concede el Ayuntamiento de Barcelona. Pronto irá a recogerlo. Su nueva novela la llevará a Italia, luego a Alemania y más tarde a España.
Se casa en julio, por tercera vez, con Roger Cukras, ¿no?
Cuando estaba escribiendo Más allá del invierno (2017) me puse en contacto con un señor que me oyó por la radio, un abogado y viudo de Nueva York. Él comenzó a escribirme en la mañana, en la noche... Hasta que nos conocimos con Roger, vendió su casa y se vino a vivir conmigo. Yo vivo en una casa pequeña con un solo dormitorio. Ahora llevamos con Roger un año y medio juntos y nos ha ido fantástico. Nos casaremos en Washington porque la hija de él vive allá.
Memoria e historia
Esta semana Isabel Allende terminó de leer Siete cuentos morales, de JM Coetzee. "Es un lindo libro. Me gusta mucho también el audiolibro, como tengo que ir de la oficina a la casa, la mitad de la lectura la hago en el auto", comenta Allende, quien vive desde 1988 en California. Dice que hace poco se encontró con José Luis Domínguez, el director musical del ballet basado en La casa de los espíritus (1982), que se estrenará en septiembre en el Municipal de Stgo.
"Me comentó cómo había creado la música, produciendo un tema para cada personaje y un tema para los espíritus. ¡No me puedo imaginar cómo será un ballet con La casa de los espíritus!", señala Allende, y también habla de otros proyectos.
"En España dejé varias entrevistas preparadas para cuando salga la miniserie en septiembre basada en Inés del alma mía (CHV). Yo leí los guiones -a cargo de Eduardo Sacheri y Luis Barrales-, me encantaron, creo que hice dos o tres observaciones", dice la autora. Además, la actriz Daniela Ramírez la interpretará en una producción biográfica que se emitirá por Mega. "Me da un poco de terror, porque todos tenemos tejado de vidrio (se ríe) y yo he hecho tantas estupideces... Pero bueno no se puede alegar, si tú eres una figura pública, fregaste. Pero confío en que lo hacen con buena leche", agrega.
Este año se cumplen 80 de la llegada del Winnipeg. ¿Fue azarosa la elección del tema?
No pensé en la fecha la verdad... Es una historia que tal vez no habría contado si el tema de los refugiados no estuviera en el aire. Yo creo que el tema de hoy, casi más que el terrorismo, son los refugiados y la inmigración. Hablamos de Europa, Asia, África y toda América Latina. Mis tres últimos libros los he escrito sobre gente desarraigada, gente que tiene que dejarlo todo. En parte, porque a mí me pasó también y porque tengo una fundación que trabaja con refugiados en la frontera entre México y EEUU, donde financiamos diferentes programas que incluyen abogados, médicos y alimentación.
¿Qué opina que en el cambio curricular el ramo de Historia será electivo?
Me parece gravísimo. Si sacas la historia eliminas la memoria colectiva y volvemos a cometer los mismos errores. Durante la dictadura cambiaron los contenidos de los libros de historia, borraron episodios y otros los contaron de otra manera, o sea, eran mentiras. Creo que esto es grave para el país. Yo trabajo con novela histórica porque me interesa el pasado, que es la manera de entender el presente. ¿Cómo vas a entender hoy el problema de los refugiados si no miras la historia?
¿Cómo ve el presente de Venezuela?
No se explica que un país con tantos recursos, haya tenido una administración fatal, una oposición feroz, incluyendo el boicot de los EEUU. Yo creo que Hugo Chávez tenía una visión de lo que quería para Venezuela, pero se murió y se fue al hoyo el precio del petróleo y asumió Maduro y el país está quebrado. A Trump le conviene invadir Venezuela, incluso le saldría fácil, pero creo que ningún venezolano quiere una invasión.
¿Y la evolución del movimiento feminista?
Yo creo que el movimiento se reavivó con el #Me Too. En un tiempo las muchachas como que no querían confesarse feministas porque era poco sexy. Pero cuando comienzan a sentir los efectos del patriarcado ahí las cosas cambian. El movimiento #Me Too al incorporar las otras condiciones de género produjo un renacer. Hay mucho por hacer. En todas partes existe el abuso doméstico, la explotación y el femicidio.
¿Ha variado el trato a las escritoras?
Cuando escribí La casa de los espíritus decían que era la única voz femenina del boom latinoamericano. Después dijeron que yo no era del boom, pero las mujeres en América Latina están escribiendo desde Sor Juana Inés de la Cruz. Ahora ha existido una especie de conspiración de silencio con el trabajo de las mujeres, y no solo en la literatura. La crítica sigue tratando a las mujeres con muy poco respeto. Si vendes muchos libros, como es mi caso, ya eres comercial y te tratan despectivamente. A mí me trataron con una gran falta de respeto hasta que me dieron el Premio Nacional en 2010. Es distinto en EEUU, tengo una gran cantidad de premios y doctorados honorarios. Eso no me hubiese pasado si me quedo en Chile.