Aventuras sin inspiración
Insustancial sería una buena palabra para definir el resultado de X-Men: Dark Phoenix, la cual destila poca inspiración y se siente particularmente repetitiva.
Una nueva aventura se agrega a la docena de películas con las que ya cuenta el Universo de los X-Men, contando continuaciones, reinicios y derivados. X-Men: Dark Phoenix tiene como protagonista a la telepática Jean Grey, quien en una misión espacial es golpeada por un rayo cósmico, lo que la transforma en la poderosa Dark Phoenix.
Insustancial sería una buena palabra para definir el resultado de esta aventura, la cual destila poca inspiración y se siente particularmente repetitiva. Al no poder controlar sus poderes, Jean Grey escapa, unos inexpresivos aliens comandados por una albina Jessica Chastain la persiguen, y Magneto se reúne nuevamente con el doctor Xavier. Todo se ve y se oye genérico, incluso la posible apertura de una nueva - ¡otra! - línea temporal resulta cansina.
El resultado no es al extremo del bochorno, gracias a que cuenta con un grupo de buenos actores que sacan provecho a lo poco que tienen, pero la sensación general de improvisación, palos de ciego y dejadez es absoluta.
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