Es el mural de mosaico más largo del país, con 2.600 metros cuadrados, y en su casi medio siglo de existencia ha sobrevivido al deterioro y la nula conservación que ha recibido. Sin embargo, una de las preocupaciones más recientes en torno al mural del paso bajo nivel Santa Lucía es el plan de la Municipalidad de Santiago para construir una explanada que conecte la Plaza Vicuña Mackenna y el Cerro Santa Lucía. El proyecto taparía un 11% de la visibilidad de la obra.

En la tarde de ayer el Consejo Nacional de Monumentos Nacionales (CMN) aprobó declarar el mural como Monumento Histórico. Esto significa que los consejeros votaron por recomendar a la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, que dicte el decreto para que la obra quede protegida por ley. Una vez que el decreto sea publicado en el Diario Oficial, el mural pasa a estar protegido legalmente y cualquier futura intervención debe ser aprobada por el CMN.

"Este es el paso democrático, es lo que lo valida, yo diría que es lo más importante. Ahora, el paso práctico es la firma de la ministra. O sea, ella tiene en sus manos la responsabilidad de que esto sea Monumento Histórico", comenta el arquitecto Iván Vial, hijo de uno de los autores de la obra.

Construido en 1970 por los arquitectos Eduardo Martínez Bonati, Carlos Ortúzar e Iván Vial, el mural se caracteriza por ser un ejemplo del arte cinético con sus franjas alargadas en distintos tonos azules. Su ubicación, en las paredes del túnel que conecta la Alameda con las calles Carmen y Diagonal Paraguay, permite que sea apreciado tanto por los autos que circulan por esas vías como por los transeúntes.

Desde hace meses un grupo de arquitectos manifestó su preocupación por la conservación de la obra. Los arquitectos Iván Vial, Patricio Gross y Pelagia Rodríguez impulsaron una campaña, que alcanzó las mil firmas, para que el mural fuera declarado Monumento Histórico, pero también para exigir su cuidado.

Uno de los puntos de la petición se vincula con el proyecto de la Municipalidad de Santiago para la construcción de una explanada que una la Plaza Vicuña Mackenna con el Cerro Santa Lucía. En la reunión de ayer en el CMN se conoció una modificación del proyecto, que reduce la superficie de 716 a 575 metros cuadrados y, si bien se perderá visibilidad del mural, los trabajos serán monitoreados en conjunto con el CMN para que la integridad de la obra no se vea afectada.

"De acuerdo a lo señalado por la Municipalidad, el proyecto contempla un protocolo o procedimiento de monitoreo y resguardo de la integridad del mural, que se quiere consensuar con el Consejo de Monumentos Nacionales. Es de interés de todas las partes proteger la obra, cuyo valor todos reconocemos", señala Susana Simonetti, secretaria del consejo de Monumentos Nacionales.

Además del resguardo legal, la eventual declaración de Monumento Histórico permitiría acceder a recursos para la restauración del mural, a través del Fondo de Patrimonio Cultural.

"Estamos contentos porque esto es un gran paso. Ahora lo más importante es lo que viene, hay que restaurarlo. Todo esto ha permitido que se vuelva a hablar del mural, porque estaba totalmente olvidado e invisibilizado", añade Vial.