Desde los inicios del siglo XX, el mundo de la cinematografía ha albergado a un grupo de películas bautizadas como Cine de Explotación. Un variado grupo con raíces en el aprovechamiento de temas escabrosos o socialmente escandalosos, donde tienen un rol principal el sexo, la violencia, las drogas y presupuestos más que reducidos. El mismo que a comienzos de los años 70 dio la bienvenida al subgénero bautizado como Blaxploitation.
Y aunque los anales de la historia fílmica consignan a la cinta Cotton comes to Harlem (1970) como la primera del grupo de realizaciones con afroamericanos y sus vivencias como protagonistas -además de una banda de sonido centrada en el funk-, fue Shaft (1971) el filme que marcó un antes y un después en la cultura afrodescendiente en Hollywood. Dirigido por Gordon Parks, el largometraje tenía a Richard Roundtree como John Shaft, el detective de Harlem que va en busca de un testigo clave para testificar en contra de un empresario blanco involucrado en la muerte de un afroamericano.
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Richard Roundtree como John Shaft.[/caption]
La película transformó un presupuesto de US$ 500.000 en US$ 13 millones de recaudación y pasó a los anales de Hollywood como la "(cinta) que marcó un punto de inflexión para este tipo de películas" -como lo consignó el docente de la Universidad de Cincinnati en su libro Starring New York: Filming the grime and glamour of the long 1970s (2011)-. Además, su canción principal, Theme from Shaft, hizo al músico Isaac Hayes recibir un Oscar y que más tarde las aventuras de Shaft se replicaran en dos secuelas fílmicas y una serie de televisión.
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Samuel L. Jackson encarnó a John Shaft II.[/caption]
Trece años después de que el investigador original llegara a las salas de cine por última vez, en Shaft en África (1973), los estudios Paramount Pictures estrenaron una secuela de la película original. En ella, Samuel L. Jackson, bajo la dirección de John Singleton, encarnó a John Shaft II, el sobrino del detective de los años 70. Y al igual que su tío, este renovado Shaft gustaba de vestir bien y también recurría a métodos poco ortodoxos para solucionar sus trabajos, que en su caso era dilucidar un asesinato vinculado al odio racial.
Hoy, en medio de una industria estadounidense de la entretención que busca poco a poco saldar su gran deuda social y cultural con las minorías y la población afroamericana -y que tiene a la cinta Black Panther como una bandera de cambio, el personaje símbolo del Blaxploitation está de vuelta en la renovada Shaft (2019), cinta que debutará mañana en las salas de Norteamérica y luego pasará al catálogo mundial de Netflix.
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Y esta vez no retornará en solitario, sino que multiplicado por tres. Esto porque en la cinta, dirigida por Tim Story (Un novato en apuros) y coescrita por Kenya Barris (Black-ish), retornan las versiones de Roundtree y Jackson para Shaft, y se les suma el joven actor Jessie T. Usher como JJ, o John Shaft Jr., hijo del primero de ellos y quien fue criado por su madre, Maya Babanikos (Regina Hall).
El relato de la cinta comienza cuando este último, un experto de cyberseguridad del FBI, debe recurrir a su lejano progenitor cuando uno de sus mejores amigos muere en extrañas circunstancias. Un caso que al ir complicándose demandará la ayuda de su experimentado abuelo. Y como lo revela el tráiler, la producción sumará a la acción y el suspenso habitual las cuotas de humor ausentes en los anteriores largometrajes.