Más apreciado por el público que por los críticos, Franco Zeffirelli se destacó por ser el último de la generación de gigantes del cine italiano que maduró después de la Segunda Guerra Mundial, como Federico Fellini, Luchino Viconti y Vittorio de Sica. También por ser entre todos el más romántico, conservando hasta sus últimos días un estilo clásico que rondaba siempre lo teatral, con fastuosas puestas en escena. Quizás por eso también fue un gran director de ópera.
Entre sus películas más emblemáticas estuvo Romeo y Julieta (1968) nominada al Oscar; Hamlet (1990) protagonizada por Mel Gibson y la miniserie Jesús de Nazareth (1977), que en Chile se ha emitido de forma ininterrumpida para Semana Santa por más de 30 años. En tanto, sus producciones en ópera, en escenarios como la Scala de Milán y el Metropolitan de Nueva York, incluyeron a cantantes de la talla de Maria Callas, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, Joan Sutherland y José Carreras.
Ayer, el director nacido como Gianfranco Corsi en 1923 en Florencia, murió a los 96 años en Roma. Luciano, su hijo, contó: "llevaba un rato sufriendo pero se fue de forma pacífica".
Todo un Caballero
De ideas conservadoras y devoto de la fé católica, Zeffirelli fue nombrado además miembro vitalicio del Senado italiano en 1996, representando al partido Forza Italia, de Silvio Berlusconi. En 2004, el Reino Unido le concedió el título de Caballero Honorario del Imperio Británico, por "sus grandes servicios a las artes británicas" tras haber dirigido varias producciones en el Convent Garden de Londres y de que supervisara el diseño y escenografía de la firma de la primera Constitución Europea emitida por televisión. "No soy un director de cine. Soy un director que utiliza diferentes instrumentos para expresar sus sueños y sus historias, para hacer que la gente sueñe", dijo Zeffirelli en 2006. En sus más de 20 filmes dirigió a estrellas como Elizabeth Taylor, Richard Burton, Lawrence Oliver, Faye Dunaway y Jon Voight.
Hace 16 años, el cineasta publicó su autobiografía donde confesó su homosexualidad, haber tenido un gran amor con Luchino Visconti y narró cómo fue su primera experiencia a los 14 años, con un chico durante la guerra, cuando ambos estaban atrincherados en las montañas de Florencia. También dijo que a la única mujer que amó fue a la cantante María Callas, a quien le dedicó una película. "Soy homosexual, pero no gay, una palabra que odio, es ofensiva y obscena", dijo en su libro. "Ser homosexual conlleva un gran peso de responsabilidad y difíciles elecciones sociales, humanas y culturales".