Pasó de bailarín del cuerpo estable de la compañía, a ser su director artístico en abril de este año. Pero mientras daba el mayor salto en su carrera hasta ahora, el bailarín barcelonés Joan Clevillé (1979) timbró su firma y fundó su propia compañía independiente en 2015. Pasaron seis años desde su autoexilio del grupo, en 2013, y varias búsquedas, por cierto, antes de reencontrarse con la Scottish Dance Theatre, la agrupación de danza contemporánea fundada en 1986 que hará su debut en Chile el 26 y 27 de junio, en CorpArtes.
El programa y carta de presentación del conjunto oriundo de Dundee, ciudad costera al noroeste escocés, se hace cargo del "clima de ansiedad y mucho miedo a la alteridad, a lo otro, a lo diferente" de la Europa actual, según Clevillé.
"Estoy convencido de que cuando hay crisis económicas es muy fácil manipular a la gente a desconfiar del resto. Ahí tenemos, como compañía y artistas en general, una responsabilidad enorme pero también una posibilidad creativa y de establecer puentes de comunicación", comenta el coreógrafo al teléfono desde Bogotá, otra de las paradas de su gira por Latinoamérica. Tras su paso por Santiago, la agrupación, que ha pisado también algunos de los más importantes escenarios europeos, desde el Festival de Edimburgo al Lyceum Theatre de Londres, aterrizará en el Gran Teatro Nacional de Lima.
La doble propuesta, titulada TuTuMucky & Ritualia, es también la primera comisionada por Clevillé. Su método creativo, sin embargo, replica la labor de más de 30 años de la Scottish Dance Theatre, cuyo afán ha sido y sigue siendo provocar el cruce de lenguajes, técnicas y miradas al encargar sus piezas a los más destacados coreógrafos de la escena europa contemporánea.
"Es muy importante que los bailarines y artistas con los que trabajamos se sientan libres y cómodos en el estudio, que puedan jugar, intentar cosas, intentar lo imposible, lo absurdo, lo que no va a funcionar. Ahí está el potencial para que ocurra la magia", agrega.
Para esta creación en particular, el director dio cita a los bailarines británicos Botis Seva (1991) y Colette Sadler (1974). Ambos pasaron varias semanas creando a puerta cerrada en el Repertory Theatre de Dundee, sede de la compañía. El resultado es un catártico trance que pasa de la más absoluta oscuridad y la opresión, a la androginia y la alteridad saturadas de rojo y neón.
Cuerpos discursivos
Nacido y criado en los suburbios de Londres, el bailarín y director de cine novato Botis Seva, actual director artístico de la National Youth Dance Company, le debe su primera escuela a la danza urbana: se formó en la compañía de hip-hop Avant Garde, y en 2016 fundó su propia agrupación, Lejos de la norma. Su estilo ha sido definido por The Guardian como una "combinación demoledora" de hip-hop, danza clásica y contemporánea, además de teatro experimental.
Eso es también TuTuMucky: diez de los doce bailarines del cuerpo estable de la Scottish Dance Theatre subirán a las tablas del teatro de CorpArtes a borronear los límites entre lo clásico y urbano, y a contornear sus cuerpos al ritmo de tectónicas piezas musicales a cargo del productor Torben Lars Sylvest. De 35 minutos de duración, la pieza es un "canto a la paz desde el caos", comenta Clevillé.
Inmediatamente después del primer corte, el escenario se tiñe de colores absorbentes. Ritualia, la coreografía de la bailarina nacida en Glasgow, Colette Sadler, hace de Las bodas (1923) de Ígor Stravinski una muy ondera fiesta a la que asisten criaturas nocturnas y seres andróginos. Un festín visual que toma la música e historia original del ballet ruso, y los preparativos del matrimonio que está por ocurrir, para marcar el acento y denunciar la transacción del cuerpo femenino.
"El programa abre el abanico y muestra ambos estilos, los pone a dialogar. TuTuMucky propone algo muy urbano, pero también visceral. Los bailarines se mueven cerca del suelo y el viaje que propone, desde la opresión hasta la liberación, es universal", apunta Clevillé. "Ritualia es más sofisticada y genera un mundo surreal. Hay mucho más lugar para la fantasía y lo poético, y también para las ideas. A ella le interesa indagar en el género, en lo andrógino, y hay muchísimas referencias a nivel de moda y arte. Ambas piezas muestran lo que la danza es capaz de hacer", agrega.
El director repasa también el frágil escenario actual en Europa, y cómo las autoridades han puesto a dieta a la cultura. "Somos una compañía pública que recibe fondos del gobierno, pero siempre hay presiones para los creadores. Estamos atravesando un clima de austeridad y desconfianza hacia el arte, de que es superfluo y un lujo que podemos ahorrarnos", dice. "Para mí es todo lo contrario. La danza y el arte tienen un poder extraordinario de transformar al individuo y la sociedad, e invertir en arte nos ahorrará muchos dolores de cabeza. Reunirnos como colectivo y vernos reflejados en escena es fundamental para la salud de cualquier sociedad. Más aun para esta, que hoy no vive su mejor momento".
Tutumucky & ritualia scottish dance theatre
Programa doble.
Miércoles 26 y jueves 27 de junio, 20.00 horas.
CorpArtes. Rosario Norte 660. Estación de Metro Manquehue, Las Condes -ubicación exacta en el siguiente plano de Google Maps-.
$ 11.000 a $ 19.000 general, y de $ 9.350 a $ 16.150 niños y tercera edad.