Cuando solo quedan tres días para el debut en salas locales de Toy story 4, las más que positivas críticas al nuevo largometraje con la firma de Pixar -que incluye un 100% de aprobación en el sitio Rotten Tomatoes- lo convierten en uno de los estrenos más esperados de lo que va del año. Un hecho que viene a reafirmar el sitial de dicho estudio en el mundo de la animación, como también el buen momento que vive su empresa-madre: Disney.
Pero el camino a la pantalla de la última aventura de los juguetes parlantes ha estado lleno de baches, tanto para Pixar como para la saga encabezada por el Sheriff Woody y Buzz Lightyear, que se inició hace casi 20 años. Las primeras señales de alarma se encendieron en sus días de gestación, cuando en 2012 comenzaron a circular rumores de que Disney estaba trabajando en una cuarta cinta, a pesar de que dos años antes Lee Unkrich había confirmado que con Toy story 3, que él dirigió, se concluía la aventura.
Y aunque en febrero de 2013 el estudio volvió a negar el proyecto, en noviembre de 2014 John Lasseter, en ese momento director de Pixar, confirmó que se estaba trabajando en una cuarta entrega que debutaría tres años después, levantando voces críticas entre quienes consideraban que la historia de Woody y compañía no necesitaba de más minutos en pantalla. Pero ya estaba todo en marcha y el mismo Lasseter -quien dirigió las dos primeras películas y fue productor ejecutivo de la tercera- sería su realizador, teniendo como base una historia ideada por él junto a Andrew Stanton, Pete Docter y el mencionado Unkrich.
Poco después se sumaron como guionistas oficiales los actores Rashida Jones y Will McCormack, quienes habían escrito el guión de la comedia romántica Celeste and Jesse Forever (2012). Ellos deberían concretar un relato que tendría un tono más romántico, donde Woody, junto a Buzz, iría en busca de su amada Bo Peep, la pastora de porcelana de la lámpara de la hermanita de Andy que apareció solo hasta Toy story 2.
Sin embargo, un nuevo bache surgió en octubre de 2015, cuando el estreno de Toy story 4 se retrasó hasta 2018, porque aún se estaba trabajando en su guión. Doce meses después, la película se postergó otro año, ya que la producción de Los Increíbles 2 iba mucho más lenta de lo presupuestado, por lo que intercambiaron sus fechas de lanzamiento. Luego, en julio de 2017, Lasseter se retiró de la silla de director, promoviendo al puesto a su codirector Josh Cooley.
En ese momento Lasseter afirmó que su alejamiento era por conflictos de interés entre su trabajo en Pixar con sus cargos como directivo de Walt Disney Animation Studios y Disneytoon Studios. Con el correr de los meses se revelaría la razón real: había sido acusado de conducta inapropiada por varias de sus empleadas.
Los problemas siguieron incrementándose en noviembre de 2017, cuando poco después de la partida de Lasseter de la empresa -para tomarse unos meses sabáticos tras su traspié de índole sexual-, Jones y McCormack también renunciaron a su labor. Lo que primero se comentó era que la actriz había sido víctima de los avances del creativo de Pixar, sin embargo, Jones y McCormack negaron que ese fuera el motivo, revelando en Entertainment Weekly que su salida se debió a un trato desigual hacia las minorías.
"No dejamos Pixar por acoso. Eso no es verdad. Nos fuimos por diferencias creativas y, aún más importante, filosóficas. Hay mucho talento en Pixar. Sin embargo, hay una cultura en el que las mujeres o las personas de color no tienen voz", afirmó en ese momento Jones, quien es hija del productor afro-estadounidense Quincy Jones y la desaparecida actriz blanca Peggy Lipton.
La elegida para continuar escribiendo la historia fue Stephany Folsom (Thor: Ragnarok), en el momento en que Pixar había desechado un 75% del guión original. Fue la actriz Annie Potts (Young Sheldon), quien presta su voz a Bo Peep, la encargada de confirmar esta decisión en una conversación en junio de 2018 con Radio Times. "Se suponía que (Toy story 4) saldría este año y luego desecharon tres cuartas partes del guión y lo reescribieron", dijo Potts.
"Por lo general, toma, de principio a fin, alrededor de dos años en escribirlo. Pero debido a que tiraron la mayor parte del guión en el basurero y comenzaron de nuevo, (mi tiempo en el proyecto) se extendió un poco. Son graciosos los de Pixar, solo se toman su tiempo. Es un trabajo muy laborioso. Si no les gustan secciones enteras, simplemente las desechan y vuelven a empezar. Tienen esa gran libertad creativa para hacerlo", afirmó la artista.
Fue la misma Potts la que también se refirió a otro de los cambios que sufrió la película: el giro de su trama. Originalmente, Lasseter la había descrito como "una historia de amor" que giraba en torno al romance entre Bo y Woody, y donde Buzz era clave para hallarla. Pero, a juzgar por los comentarios de la actriz en ese momento sobre su papel en el filme, las extensas reescrituras habían alterado el eje del relato y le habían dado a su personaje mayor relevancia.
Una serie de cambios y problemas que en el caso de otras realizaciones podrían haber perjudicado el producto final. Pero que en el de Toy story 4 solo afectaron su fecha de estreno, ya que el resultado dejó atrás las críticas de quienes veían una cuarta entrega como innecesaria, obteniendo la aprobación unánime de la crítica. Y con seguridad la aprobación del público nacional, tras el debut este jueves en salas locales de un relato donde Woody se reencuentra con una empoderada Bo, pero también son claves nuevos personajes como Forky, Ducky, Bunny y Duke Caboom.