Su familia no es capaz de mencionarlo directamente, pero ahí está, como una sombra ineludible y acechante para su entorno y su leyenda. "Tenemos que dejar de apuntarnos con el dedo", comentaba a Culto Marlon Jackson, hermano del Rey del Pop, tras el estreno de Leaving Neverland, el documental que vuelve a acusar al artista de abuso a menores y que ha condicionado su décimo aniversario de muerte.
¿Qué opinan otros músicos al respecto? ¿Se puede separar al autor de una obra que no parece tener símil en la historia de la música popular? "Yo seguiré escuchando su música. Como persona no sé lo que será pero como artista me gusta y nada va a cambiarlo", sentencia Cristian "C-Funk" Moraga, quien declara su admiración por títulos como Thriller y Off the wall. "Es ridículo que haya radios que no toquen su música, lo encuentro básico, populista. Sería un horror si es que realmente ocurrió lo que se dice, todo fue raro y difícil en su vida, pero yo no soy quién para juzgar a nadie", agrega.
Opinión similar a la de Pedro Foncea, líder de De Kiruza, fanático desde la infancia del Rey del Pop, a quien incluso le dedicó un disco (Música p'al mundo, 2009). "No tengo separados a los artistas de su obra, soy papá, pero soy amigo de un gran músico que tocó con él, Michael Sembello, y me dijo de su boca que podía saber muchas cosas de Michael, de su extravagancia y sus operaciones, pero que estaba seguro que no le haría daño a un niño".
Con todo, las últimas acusaciones han hecho que algunos al menos se replanteen su vínculo con la obra de Jackson. "Es algo que ahora me cuestiono, porque es una persona importante en mi vida y tengo muchas poleras de él que no me puedo poner, por ejemplo", cuenta Fakuta, admiradora del solista y alguna vez organizadora de la Fonda Michael Jackson. La autora de Tormenta solar dice no poner en duda los testimonios de víctimas ("ya estaba mal que invitara a menores a dormir a su casa", señala), pero al mismo tiempo dice estar en contra de la idea de idolatrar a alguien o "cancelarlo" de sus vidas. "No sé si debiera importarnos la moral de todos los artistas, sino el producto final", explica.
Más tajante es Francisco Victoria, revelación del nuevo pop chileno: "Dejé de escucharlo. Pienso que no se puede separar la obra del artista, no se puede hablar del abuso sexual o de la violencia como un 'error' en la vida de alguien. Una cosa es equivocarse, otra muy distinta es pasar por encima de otras personas y abusar del poder, la influencia o la plata. Me siento parte de una generación donde los ídolos dejaron de ser incuestionables".