"Cuando vienes con algo nuevo hay gente que se asusta", dice Ana María "Mala" Rodríguez, mientras habla de los guiños de su nuevo videoclip a Jóvenes brujas, la película que marcó a las adolescentes de 1996. "La vi cuando era más pequeña y me daba mucho miedo, pero hoy entiendo que hay otro significado con eso de ser una mujer que conoce su poder y no tiene miedo. Quería jugar con esa simbología, de las mujeres que se atreven a explorar y generan temor", explica la artista andaluza.
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Tal como las protagonistas del filme, Rodríguez también se atrevió desde joven a explorar territorios desconocidos: con solo 21 años conquistó España y Latinoamérica, rompiendo barreras para las mujeres en el hip hop con su estilo único, filoso y aflamencado, casi dos décadas antes que su compatriota Rosalía le pusiera beats urbanos al cante andaluz y lo llevara a los festivales de rock y las listas de Billboard.
A sus 40 años y luego de una extensa temporada lejos de los focos y dedicada a su familia, la cantante reaparece y demuestra que aún sigue quebrando esquemas. La semana pasada sorprendió como invitada estelar de Denise Rosenthal en Agua segura, un canto a la rebeldía femenina por parte de la solista chilena. "Hay una generación de chicas jóvenes que escriben increíble, pero de verdad Denisse me pareció muy sobresaliente", asegura.
https://www.youtube.com/watch?v=ZEd0ZhBhlIs
Y hoy vuelve a la carga con Aguante, un poderoso tema propio producido por los norteamericanos GTA (Yung Beef, Ms Nina, Beauty Brain), con una base reggaetonera que recuerda a Mi gente, de J Balvin, bajo una letra que propone lo contrario a lo que su título sugiere a primera vista. Y es que el suyo no es el aguante rioplatense, el de soportar cualquier adversidad a toda costa, sino un himno de liberación.
"Habla de un asunto que tiene que ver con el sufrimiento que esconde la mujer", comenta. Históricamente a nosotras se nos ha dicho siempre eso de 'todo por amor' y creo que ahí hay algo tóxico. Eso muchas veces nos hace sentir culpabilidad, por no dar la talla como esposas, madres o hijas. Y la culpabilidad nos inseguriza, nos hace enfermar, nos llena de dolor. Por eso digo que no aguanto, que basta ya, que es hora de encontrar nuestra autoestima dentro de nosotras".
Si bien es imposible no pensar que lo suyo, desde Lujo ibérico o Alevosía, ya era un acto feminista para una escena hip hop donde históricamente ha primado la mirada masculina, Rodríguez reconoce que en los años que pasaron entre Bruja (2013) -su último disco a la fecha- y sus más recientes singles, su mensaje se ha vuelto más colectivo y universal. "Todo tiene que ver con el momento que vivimos, porque quizás en los primeros años de mi música me iba muy para adentro, era algo absolutamente intimista, casi en voz baja. Hoy día busco lanzar un mensaje en todas las direcciones, en 360 grados y me gusta porque creo que es así como hemos llegado hasta aquí", explica.
En ese sentido, reconoce que todo lo que la rodea es material de inspiración para su trabajo, y eso va desde el nacimiento de su primera hija a casos que han sacudido a la sociedad española en el último tiempo, como el de La Manada. "En la música hablo de lo que me toca y me ha tocado ser mujer. No solo puedo hablarte de romanticismo, hablo de otras cosas que me implican en la sociedad", dice.
Frente a esto último, destaca a las nuevas voces femeninas del hip hop, el trap y el pop en español, artistas que crecieron escuchándola y con las que ahora comparte su experiencia, como Rosenthal, quien dijo a La Tercera que Rodríguez siempre fue "una fuente de inspiración". "Cuando escuché la canción de Denise la verdad es que me enamoré de ella" -responde La Mala-, porque no suenan muchas mujeres que compongan. Estamos acostumbrados a ver mujeres cantando letras que han compuesto otros hombres o con un mensaje poco arriesgado, pero a mí me llamó mucho la atención cómo escribe esta niña con lo joven que es".