Después de varios años fuera del radar de las grandes compañías, la música chilena de a poco comienza a volver a las "majors", como se conoce a las casas discográficas que aún lideran el mercado. Y el más reciente ejemplo es Francisca Valenzuela, quien tras más de una década de carrera desarrollada desde la autogestión, con tres álbumes editados por extintos sellos locales o su propia firma (Frantastic Records), ficha ahora por Sony Music, una de las tres multinacionales con oficinas en el país.
"He sido independiente toda la vida, pero ahora llego al equipo correcto en el momento preciso y con las canciones y la seguridad correctas para tener una alianza con una estructura y un equipo que me tiene muy contenta", dice a La Tercera la cantautora, sobre una alianza que incluye el desarrollo continental de su carrera y la publicación en los próximos meses de su cuarto álbum, sucesor de Tajo abierto (2014).
"Todo esto tiene que ver con un recompromiso con lo artístico", agrega la solista. "Hoy me siento súper a gusto y cómoda en el escenario, siento que tengo algo que decir y algo que mostrar. De alguna manera, siento una certeza de ser artista que nunca antes había sentido y estoy más preparada que nunca para presentar mis nuevas canciones al mundo".
https://www.youtube.com/watch?v=3hS4iv5Ql6M
Sobre su próximo disco, prácticamente terminado pero aún sin título ni fecha exacta de lanzamiento, Valenzuela adelanta que incluirá los dos últimos singles que ha presentado en el último año -Tómame y Ya no se trata de ti-, y que "se viene con una propuesta musical, lírica y visual mucho más potente y conceptual. Hay toda una historia que se va presentar".
Por estos días, además, la autora de Prenderemos fuego al cielo trabaja en su nueva puesta en escena, de la que ya ha adelantado algo en shows en Temuco y en el Movistar Arena, la semana pasada. Además, el próximo martes 9, se presentará en vivo en la ceremonia de entrega de los Premios Pulsar, donde está nominada en la categoría Canción del año por Ya no se trata de ti.
https://www.youtube.com/watch?v=rYNM6Qn1HsA
Actualmente sin residencia fija, con temporadas en Chile, México y Estados Unidos, la cantante divide su tiempo entre giras, grabaciones y sus actividades con Ruidosa, el colectivo que encauza diversas iniciativas destinadas a visibilizar las problemáticas de las mujeres en la música. Ahora, cinco años después de su último LP, Valenzuela está lista para mostrar su nueva propuesta. "Creo que me demoré en querer salir a decirlo, porque siempre estoy creando, pero en cosas como la energía y la sensación de vocación creo que me demoré un poco más. Este trabajo con Sony tiene que ver con esa certeza porque es súper difícil ser creativo, tener esa convicción y comprometerse en las buenas y en las malas con esa vocación", comenta.
¿Es difícil encontrar algo nuevo que decir como cantautora cuando su identidad artística se forjó en la adolescencia y aún se le asocia a canciones de esa época?
No sé si lo pienso tanto, porque como las canciones que hago son más bien confesionales y no tengo una fachada artística ni un personaje externo a mí, lo veo como una foto del momento nomás. Sin duda es como ver una foto antigua, pero les tengo cariño por lo mismo, porque son expresiones naturales, genuinas de mí. Uno las va integrando a su biografía y ese es un proceso personal. Al final del día lo importante son las canciones, la verdad que uno está comunicando y la autenticidad, y esas canciones si algo tienen es autenticidad, aun cuando he mejorado como compositora, cantante y productora y eso va alimentando lo que estoy haciendo ahora.
Luego de tres años trabajando para Ruidosa, ¿ha visto una evolución en la industria para la situación de las mujeres?
Sí, siento que ha habido una evolución, aunque eso no sólo tiene que ver con Ruidosa sino que con un movimiento global. Si bien queda mucho, hay espacio para que se empiecen a visibilizar estas problemáticas y también creo que ha habido un cambio cultural en torno a esta idea de no competir entre mujeres, de levantarse entre mujeres, porque no hay nada más bacán que estar con otras colegas que uno admira y poder compartir en esa frecuencia. Construir ese espacio es la esencia de Ruidosa.
¿Cree que todavía el medio pone a competir a las artistas mujeres?
Creo que sí. En el fondo, uno siente eso todo el rato, como si hubiera espacio para una nomás. Si uno ve la escena latina y global, la efervescencia está en los proyectos de mujeres, y aun así se genera un embudo. Pero entre nosotras no sentimos eso, porque si a mi compañera le va bien es mejor para todas nosotras. Creo que a la industria del entretenimiento en general le gusta la competencia, como los Rolling Stones contra los Beatles, pero está en nosotros ver qué podemos hacer para que esa competencia no sea dañina ni eclipse los otros tipos de logros que están ocurriendo. Al final, todas las artistas mujeres somos diferentes, tenemos nuestra propia visión, nuestros propios éxitos y todas tienen algo que aportar.