Aunque su paso a una serie animada de TV ocurrió la misma década de su nacimiento, a fines de los 60, la historia de Spider-Man en el cine comenzó mucho más tarde, cuando en 1998 Sony Pictures obtuvo, por US$ 7 millones, los derechos para llevar a la pantalla grande al superhéroe creado por Stan Lee y Steve Ditko. Y luego de varios y abortados proyectos con la firma de otros estudios, como Cannon Films, MGM y Columbia Pictures.
Unos años después, Sony contrató a Sam Raimi para su primera película sobre el superhéroe: Spider-Man (2002) -o El Hombre Araña en Hispanoamérica-, donde fue encarnado por Tobey Maguire. La cinta se transformó en una trilogía y luego el personaje tuvo un reinicio en dos filmes bajo la dirección de Marc Webb, con Andrew Garfield como protagonista.
En 2015, Sony Pictures y Marvel Studios sorprendieron con el anuncio que el héroe arácnico volvería a la pantalla como parte del Universo Cinematográfico de Marvel (o MCU por sus iniciales en inglés), pero esta vez apegado a su esencia: un adolescente. El rol quedó en manos del británico Tom Holland e hizo su primera aparición en Capitán América: Civil War (2016), para luego tener su propia película: Spider-Man: de Regreso a Casa (2017).
Dos años después, el joven paladín retorna, nuevamente bajo la piel de Holland, en Spider-Man: lejos de casa, para cerrar la denominada fase tres del MCU, casi inmediatamente después del exitoso paso por las salas de Avengers: Endgame, que en un plan inicial sería la última cinta del ciclo. El mismo ideólogo de este universo, Kevin Faige, le afirmó al sitio Comic Book que mientras trabajaban en Endgame se dieron cuenta de que el verdadero final de la Saga Infinita tenía que ser la nueva cinta arácnida.
"Como la relación entre Tony Stark y Peter Parker fue tan especial, necesitábamos ver hacia dónde iba el viaje de Peter y cómo Spider-Man salía de la sombra de su mentor, y se convertía en el verdadero héroe que siempre debió ser. Es por esa razón que Endgame y Spider-Man: lejos de casa son esencialmente dos piezas de la misma historia", reveló Feige.
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En la secuela, que debuta mañana en Chile, Parker continúa golpeado por la desaparición de su consejero y preocupado por estar a la altura de su legado. Además, necesita tomarse un descanso de la vida de superhéroe y volver a ser un adolescente, en medio de un mundo aún afectado por el cambio provocado por Thanos y la abrupta reaparición de la mitad de su población tras cinco años, que fue bautizada como "el blip". Aunque sus más cercanos, como su tía May (Marisa Tomei) y su mejor amigo Ned (Jacob Batalon), no fueron afectados.
Así, Peter decide continuar con su existencia cotidiana, bajo la atenta mirada del asistente de Stark, Happy Hogan (Jon Favreau), quien tiene además una cercana relación con su tía May, y aprovechar el viaje de estudios que hará a Europa con su clase de ciencias, donde espera pasar tiempo a solas con su compañera y nuevo objeto romántico, MJ (Zendaya). Pero la primera parada de su recorrido, en Venecia, es interrumpida por un destructivo ser líquido, de la misma raza del que conocimos al inicio del relato. Los que más tarde sabremos que son llamados los Elementales y pueden manejar a su antojo los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y aire.
Un poco después también reaparece Quentin Beck (Jake Gyllenhaal), un viajero interdimensional que se había hecho presente en los minutos iniciales de la cinta, sin revelar su identidad, cuya Tierra alternativa fue destruida por esas criaturas. Ante el peligro, Nick Fury (Samuel L. Jackson) le pide a Peter que ayude a Beck -que fue apodado Misterio por sus compañeros de clase- a combatirlas, haciendo dudar al adolescente entre retomar su papel de Vengador o continuar con sus planes de conquista amorosa.