Woody Allen suele ganar en las ligas internacionales, pero no en la competencia de su país. Así ha sido siempre y sus últimas películas lo demuestran: la exitosa Café society (2016) recaudó  11 millones de dólares en Estados Unidos y 33 millones en el resto del mundo; la no muy taquillera Wonder wheel (2017) logró un millón y medio de dólares entre EE.UU, y Canadá, pero 14 y medio millones en lo que queda del planeta. 

Quizás esta simple conclusión aritmética permite explicar por qué los distribuidores de todo el mundo se lanzaron frenéticamente sobre el nuevo filme del cineasta después de que Amazon decidiera no estrenarla en Estados Unidos. El largometraje es A rainy day in New York (2019), comedia romántica con Elle Fanning y Timothée Chalamet que en nuestro país ya tiene fecha de estreno: entrará a salas el próximo jueves 3 de octubre a través de la distribuidora Cinetopia.  

Antes, en cualquier caso, comenzará su ruta internacional: se estrena primero en Polonia el 26 de julio, país al que seguirán Holanda, Francia, Italia y España. Chile está en medio de ese circuito de exhibiciones, que continúa después con México, Argentina y Alemania, entre otros territorios. Cómo se ve, el clima del movimiento #MeToo que jugó en contra de Allen en Estados Unidos, poco importa a los hombres de la distribución planetaria. 

Pero, ¿Por qué Amazon Studios hizo lo que hizo con Woody Allen? ¿Por qué no sólo no estrenó A rainy day in New York en EE.UU., sino que canceló el contrato de cuatro largometrajes que tenía con el cineasta? Todo empezó con Wonder wheel (2017), la primera cinta de Allen financiada por el estudio de la empresa de Jeff Bezos. El filme con Kate Winslet y Justin Timberlake entró a salas y festivales de Estados Unidos en octubre de 2017, en medio de las acusaciones sexuales contra el productor Harvey Weinstein. 

Por esa época, Allen se refirió al caso en una entrevista con la BBC y  dijo sentir "pena" por  Weinstein. También sugirió, en plena campaña al Oscar, que el movimiento #MeToo era parte de una "atmósfera de caza de brujas".

Cuando Amazon Studios justificó en abril pasado el fin de su relación laboral con Allen, argumentó que el cineasta "había saboteado los esfuerzos por promover la película Wonder wheel". Los abogados de Amazon afirmaron que las acciones y declaraciones de Woody Allen "impedirían que la compañía se beneficiara" comercialmente del acuerdo de cuatro películas futuras.

Como respuesta, el autor de Crímenes y pecados (1989) demandó a la compañía por 68 millones de dólares, en un litigio que aún  no tiene ganadores ni perdedores. Mientras todo esto sucedía, el realizador aprovechó de subir en su página facebook, el primer trailer de A rainy day in New York, adelantándose a su circulación mundial. Además,  cerró tratos con la compañía española Mediapro, la misma de Vicky Cristina Barcelona (2008), que ahora producirá su nuevo filme, ambientado en San Sebastián (España). 

Una estudiante en Nueva York

El trailer disponible de A rainy day in New York indica que se trata de una película ubicada en el lado ligero de Woody Allen. Al estilo de Scoop (2006) o A Roma con amor (2012).  En su trama, la estudiante de periodismo  Ashleigh (Elle Fanning) logra concertar una entrevista en Nueva York con Rolland Pollard (Liev Schreiber), un famoso director de cine. La ocasión es propicia para que ella viaje a Manhattan junto a su novio Gatsby (Timothée Chalamet) y todo está listo y dispuesto para que disfruten la ciudad a menos que, como dice el título, llueva. 

Los enredos comienzan a sucederse cuando Pollard le promete a Ashleigh que le dará una noticia exclusiva y la muchacha se toma particularmente en serio el trabajo. Paralelamente Gatsby comienza a pensar que su novia lo está engañando con una estrella de origen latino (Diego Luna), aunque al mismo tiempo él se relaciona con Shannon (Selena Gómez), actriz en ascenso.  

A rainy day in New York se filmó hace al menos un año atrás y ha corrido tanta agua bajo el puente que algunos de sus actores tuvieron tiempo para reconsiderar su relación con Woody Allen, cineasta otrora codiciado por las estrellas. En un gesto que algunos han considerado ejemplar, valiente y desinteresado, los actores Timothée Chalamet, Rebecca Hall y Selena Gómez donaron sus salarios para organizaciones contra el abuso sexual, buscando remediar la mala reputación que les podría haber acarreado estar en el filme de Allen.

No han actuado así, sin embargo, Elle Fanning, Jude Law o Liev Schreiber. Después de todo, no son pocos lo que creen que la ación de Chalamet, Gómez y Hall fue desleal. 

https://www.youtube.com/watch?v=NDkb8fDLyA4