¿Tuvo acceso a esta carta antes o mientras escribía la biografía de Violeta Parra?
Nunca, pero todos estábamos en conocimiento de su existencia. Además, yo decidí que no le iba a dedicar grandes esfuerzos en la investigación, porque lo que hice fue una biografía, que es bastante más amplio. Aun así, varios sabíamos que Nicanor se había dedicado a difundir desde el mismo día de la muerte de Violeta que él la tenía, y algunos extractos habían salido antes, aunque muy pocos. Lo que ha publicado Sabine Drysdale es lo más completo que se ha visto hasta ahora de la carta.
¿Qué piensa de los mitos que la rodearon por años?
El artífice de todo el mito en torno a la carta fue Nicanor. El se la mostró durante años a muchas personas, y se suponía que la original estaba manchada con sangre. Si ésta lo está o no, lo desconozco, pero no es casual que Nicanor nunca haya querido entregarla. Su hallazgo viene a derrumbar también el mito de que la carta estaba dirigida a él. Por lo que vemos, no estaba dirigida a Nicanor sino a todos, y por eso es que a varios les caen palos encima.
¿Qué fue lo que más le sorprendió del contenido?
Siempre intuimos el espíritu que tenía la carta, y al leerla nada me sorprende mucho. La propia Violeta dio señales de todo eso en vida. Se sabía, por ejemplo, que hablaba mal de Fidel Castro y de lo defraudada que estaba de los revolucionarios. El tema de los hijos también se sabía: ella decía hasta el cansancio que estaba extrañada con esta vida burguesa, a juicio suyo, que llevaban sus hijos Ángel e Isabel. 'Todo lo que hago es para el pueblo de Chile, no para mis hijos', decía. A la Peña de los Parra, que fue la primera en Chile, iban universitarios y políticos, no era una peña popular. Hoy en día, probablemente sería un punto de encuentro para el red set. Lo que sí me llamó la atención al leer la carta es que me esperaba una crítica más dura de su parte.
¿A qué se refiere?
Creo que hay que irse con cuidado con cuál es el valor que uno le otorga a su contenido. Sí es de gran valor periodístico, por cierto, pero tampoco hay que olvidar que fue escrita por una mujer que un día antes de su muerte había bebido mucho alcohol, y normalmente no lo hacía. Lo supe por la autopsia, donde aparecen los milígramos de alcohol en su sangre. En ese sentido, me llama la atención lo serena que estaba. Realmente pensé que iba a ser mucho más violenta. Sigo pensando que la frase que mejor explica a la verdadera Violeta, es cuando dice que no se mató por amor. No estaba en su carácter pegarse un tiro por un tema amoroso, y eso también fue parte del mito que ella misma intentó ahuyentar.