¿Un monstruo apocalíptico o una reflexión sobre el alcance destructivo de la raza humana? Una criatura de dos metros de alto, cuerpo de dinosaurio y cabeza con forma de una mano humana gigante se tomó esta semana los exteriores del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Quinta Normal.
Se trata de Objetable, la escultura de Juan Pablo Céspedes, uno de los 57 artistas sub 30 que son parte de la 6° edición del Concurso Universitario de Balmaceda Arte Joven, que abre a público este sábado y reúne lo mejor del arte de recambio. En la última década, el certamen bianual se ha transformado en la vitrina más importante para artistas egresados y quienes aún están estudiando.
"Nos interesa mucho ser la primera plataforma para estos artistas, ayudarlos a vincularse con el mundo de las artes visuales, a formarlos como creadores profesionales. Desde que partímos hemos crecido y ahora doblamos los postulantes, que este año alcanzaron los 400", cuenta Loreto Bravo, directora ejecutiva de Balmaceda Arte Joven (BAJ).
Pintura, escultura, instalación, grabado, dibujo, fotografía, video. Los artistas jóvenes dan prueba de que dominan un sinfín de técnicas, pero que además les interesa hablar de problemáticas contemporáneas: la diversidad de género, el conflicto indígena, el medioambiente o la decolonización están presentes en la muestra. "Se cree que esta generación es despreocupada y desconectada, pero lo cierto es que sorprenden por la seriedad de sus obras y la recopilación de técnicas manuales que vence el cliché de que los jóvenes no saben tomar un pincel", dice la artista y coordinadora de artes visuales del BAJ, Ximena Zomosa, quien además fue parte del jurado junto al director del MAC, Francisco Brugnoli, la directora de galería Metropolitana, Ana María Saavedra, y la coordinadora del MAC Quinta Normal, Carola Chacón.
El ganador en la categoría estudiante fue Claudio Letelier, y en la de egresados, Dana May. Ambos ganaron por proyectos que ejecutarán en residencias en Comarca Contuy (Chiloé) y Kiosko Galería (La Paz, Bolivia), respectivamente.
Arte global
En la muestra destacan obras como una portada de National Geographic, de Natalia Montoya, que retrata a la representante de una etnia andina imaginaria con rostro de jaguar. También una video instalación de Ornella Bruno, quien entrevistó a pobladores de tomas de Santiago y les preguntó por qué izaban banderas chilenas en los terrenos que luego fueron en préstamo para el montaje. La foto performance de Joaquín Ceballos, en tanto, retrata a un hombre vendado y colgado boca abajo para hablar sobre la identidad de género, y el collage de Andrea Olea, que retrata un paisaje natural en llamas como reflexión del calentamiento global.
"Los artistas jovenes saben cómo conectar con el lenguaje del arte contemporáneo global pero anclado a los puntos críticos de la convivencia en Chile. Hay una mirada muy crítica de la sociedad en que vivimos y que merece la pena atender", resume Lotero Bravo.