Álvaro Morte: "La única forma de volver era a lo grande"
Los actores de La casa de papel que interpretan a Berlín, El Profesor y Bogotá hablan con Culto del nuevo ciclo de la producción y su inesperado éxito. "Hicimos una serie para un público potencial de 4 millones y ahora está dando la vuelta al mundo", dicen.
"Si un pintor te dijese que le quedan tres años de vida, ¿le pedirías que dejase de pintar?". Apenas segundos después de revelarle a Sergio, El Profesor, que padece una enfermedad incurable, Berlín aparta la pena, fija la mirada en la copia de la monumental escultura que los acompaña en una plaza de Florencia, e insiste: "¿Le habrías pedido a Michelangelo que dejase de esculpir a David? No, claro que no. Le habrías dicho: 'Forza, Michelangelo'".
En medio de reencuentros, giros, un paquete contundente de acción con persecuciones, explosiones y disparos, la escena del tercer episodio de la nueva temporada de La casa de papel eleva la emoción del relato y recuerda mediante flashback que, al final, para el grupo de atracadores que lidera El Profesor, robar nunca se ha tratado solo de dinero.
Para Pedro Alonso, el actor que encarna a Berlín, el carismático, cruel y soberbio hombre al mando del asalto a la Fábrica de Moneda de las dos primeras partes de la ficción española, el momento lo confirma como el roba escenas número uno del nuevo ciclo. Disfrutando cada línea que pronuncia y enfatizando en esa silueta magnética de su personaje, marca el paso de la tercera parte que Netflix estrenó esta semana.
Con similar magnetismo y recién aterrizado en la premiere de la serie en Bogotá, Alonso lanza: "Si en la primera y la segunda temporada el personaje de Berlín enseñó la cara visible de la Luna, en esta tercera temporada vamos a ver la cara oculta. No necesariamente más sombría. ¿Cómo te quedas con esta respuesta?".
El actor, celebrado hasta el cansancio por los seguidores de la serie que se acercaron este miércoles al evento -que no imaginaban que llegaría sin anuncio previo desde otra actividad en Buenos Aires-, goza como nadie su regreso a la ficción, en principio poco probable dado su fatal desenlace al final del segundo ciclo. Ahora el plan con el que se reúne la banda es idea suya: asaltar el Banco de España, una misión demencial que el grupo compuesto por nombres como Tokio (Úrsula Corberó) y Denver (Jaime Lorente) aborda en su intento por salvar a Río (Miguel Herrán).
¿Cómo vive este regreso inesperado a La casa de papel?
P. Alonso: Lo de Argentina ha sido descomunal, ya estuve el año pasado. Realmente en Argentina cuando les gusta algo, son muy intensos. Hay una historia de amor ahora mismo con Latinoamérica que me tiene impactado. Todos estáis viendo la magnitud de esta obra. Nosotros hicimos una serie para un público potencial de 4 millones y está dando la vuelta al mundo. Lo que estamos intentando es renovar nuestros votos con el vínculo que tenemos con la serie y no conformarnos.
¿Qué pensó cuando Álex Pina -el creador de la serie- le contó sobre la manera en que regresaría Berlín a la historia?
P. Alonso: Tuvimos una conversación muy intensa al respecto. Yo opinaba una cosa y él otra. Pero creo que la base de la solución por la que Álex se decantó habla del respeto que él tiene por la credibilidad de la trama. Él es un tío que intenta jugar al naturalismo. Aunque estemos haciendo una serie que a veces es casi pulp, él se documenta e intenta ser consecuente con los pasos que ha dado antes. Yo creo que es una continuación muy consecuente con lo que vimos al final de la segunda temporada.
¿Se imaginó en algún momento que la serie iba a extenderse y tendría este nivel de éxito?
P. Alonso: Nadie. Nadie podía prever la magnitud de lo que está pasando. Nadie, nadie. Si alguien tuviese idea de que esto podía ser el éxito que está siendo, sería multimillonario, haría una fórmula y la vendería en los supermercados. Ha sido un alineamiento de cosas. Una serie de entretenimiento, jugando a hacer el género a la americana pero con un corazón latino, caliente, y que de repente propone una especie de pedrada a la línea de flotación del sistema que tanto nos ha puteado en los últimos años a todos.
Un Profesor en apuros
"Yo he sido punkie toda mi vida. Solo que ahora me pongo camisas", dice Darko Peric, Helsinki en la serie, quizás el personaje de corazón más grande en la historia. Declara su amistad con los chilenos Familea Miranda, establecidos desde hace más de una década en Barcelona, y admiración por Fiskales Ad-Hok. Es lo que alcanza a comentar a Culto antes de que se enciendan las cámaras y arranquen cinco minutos de entrevista con Álvaro Morte (El Profesor), Alba Flores (Nairobi) y Hovik Keuchkerian (Bogotá).
En un flashback se presenta este nuevo atraco como "una apología a la belleza, como una obra maestra". ¿Cómo definirían este asalto y de qué manera se los presentó Alex Pina a cada uno?
A. Flores: Para los personajes la idea es que les salga un homenaje a la belleza con el atraco. Luego la realidad de lo que les ocurre no es tanto eso. Si no, no tendríamos serie. Si todo les saliera tan perfectito.
Á. Morte: Claro, es un atraco que también tiene una complicación muy grande, porque no está terminado el plan. Cuando se plantea hacer el golpe el plan hace aguas, no tiene el nivel de perfección que tenía en la primera y la segunda temporada. Yo creo que es uno de los valores, el hacerlo ya, porque a Río lo están torturando y tenemos que rescatarle, y no podemos estar dos años más estudiando el plan para que todo vaya sobre ruedas. Toda esa peligrosidad que acompaña esa situación yo creo que le da toda esa acción a la serie.
Al ver los primeros episodios de esta tercera parte es evidente que es una producción más grande, con saltos por diversos países. ¿Cómo vivieron ese cambio?
Á. Morte: Yo creo que había solamente una forma de volver, y era a lo grande. Se ha generado tanta expectativa con lo que es La casa de papel que la única manera de volver a reunirnos era tirando todos los fuegos artificiales que pudiéramos. Hay un primer capítulo sobre todo que estuvimos grabando en Tailandia, en Panamá, en Gran Bretaña, en Italia. Había que situar un poco qué es lo que ha sucedido con la banda en estos dos años desde el final del atraco de la Fábrica. Por eso ha sido el viajar tanto. Han sido experiencias muy gratificantes. Ha sido un trabajo muy duro, muy, muy difícil, muchas horas… Y al mismo tiempo es, como te digo, gratificante, cuando lo ves en pantalla y ves todo ese nivel de producción que hemos conseguido en esta tercera parte.
En esta temporada vemos a un Profesor fuera de su hangar, más vulnerable. ¿Cuán diferente y particular fue interpretarlo?
Á. Morte: Ha sido muy complicado. El Profesor tenía unas bases muy asentadas, desde esa meticulosidad y esa seguridad que le daba el tenerlo todo bajo control, el estar adelantado a todo lo que pudiera pasar. De repente él se encuentra en una situación en la que tiene que reaccionar y por momentos no sabe muy bien cómo hacerlo. Vemos todas esas debilidades del Profesor y creo que es muy bonito ver toda esa parte, distinta.
Morte describe a Bogotá y Palermo (el nuevo atracador al mando, interpretado por el argentino Rodrigo de la Serna) como "pilares básicos para que el plan pueda tener éxito. Si sacáramos a Bogotá, no se podría hacer de ninguna manera", agregando sobre los actores: "No encuentro una palabra que defina de una forma tan grande lo que yo siento cuando estoy trabajando con ellos y la admiración que tengo. Creo que estamos todos muy contentos con las nuevas incorporaciones, con todas ellas". Más tarde en la premiere, Keuchkerian recoge el guante y reconoce a este medio: "Cuando me dijeron que había pasado el casting, pues imagínate, (fue) un alegrón, porque yo creo que absolutamente todo el mundo, cualquier actor del mundo querría estar en la tercera temporada de La casa de papel".
¿Cómo percibió entrar a esta producción, que ya no es la misma serie que debutó en España?
H. Keuchkerian: Yo creo que si estás en un campo de fútbol es un campo de fútbol. Un ring es un ring. Un set es un set. Flaco favor te haces si cuando estás rodando o estás yendo a rodar, estás pensando en la magnitud que tiene lo que estás haciendo. Es una oportunidad de mostrar tu valía, tu trabajo, tu capacidad de interpretación, y lo haces y ya está, antes de que el juguete con el que estás jugando sea así de grande o sea así de chiquitito.
El exboxeador y actor de Assassin's Creed detalla que no necesariamente la serie ahondará -por ahora- en el origen de su personaje, pero que él decidió armarle un pasado. "Es un tipo, según lo he construido yo, que ha aprendido el oficio desde niño con grandes maestros, y ha llegado un momento en que es el mejor en lo que hace. Ha conseguido tener un trabajo muy específico. Y es el número uno", explica, a lo que añade: "Él entra en la banda pensando en robar el Banco de España y retirarse. Lo que ocurre es que se genera una relación muy potente con todo el mundo. Se genera una relación de equipo. Es un tío de equipo, un tipo de que vamos todos juntos, vamos a una, entonces no se sabe cómo va a acabar".
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