La serie que imagina a otro Brasil
La ficción de HBO Pico de Neblina muestra un Sao Paulo de 2019 en que la marihuana fue legalizada y no hay indicios de Bolsonaro. "Hoy Brasil es una distopía gigante", dice a La Tercera su creador Quico Meirelles, hijo del célebre director de Ciudad de Dios.
Quico Meirelles (31) reconoce que hay una pregunta que ha aparecido con insistencia entre medios brasileños: ¿es su serie Pico de Neblina una distopía? "Para nosotros no, es una realidad con un solo punto diferente", dice al teléfono a La Tercera. En contraparte, sentencia sin vacilar: "Hoy Brasil es una distopía gigante". Algo que parece evidente sobre la serie que HBO estrenará este domingo 4 (20.00 horas) es que generará una buena cuota de polémica: en diez episodios la ficción imagina un Brasil del año 2019 en que la marihuana ha sido legalizada, escenario que sigue a través de los ojos de un narcotraficante de Sao Paulo que se reinventa abriendo una tienda junto a uno de sus clientes.
A partir de proyectar ese cambio en la regulación, indica el director general, "hicimos un ejercicio de futurología para imaginar qué pasaría con todos los actores interesados en eso: qué pasaría con el narcotráfico, qué pasaría con los inversionistas que ahora pueden abrir tiendas y nuevos negocios de cannabis, qué pasaría con la sociedad, las opiniones y el conservadurismo en Brasil". Aunque insiste: "Es 2019, todo es igual en Sao Paulo, pero la marihuana es legal".
El contexto actual, con el ultraderechista Jair Bolsonaro en el poder, acentúa las lecturas sobre su producción, y eso Meirelles lo acepta. El origen del proyecto se dio entre 2013 y 2015, cuando él y los guionistas "imaginábamos que había una posibilidad de que la marihuana ya fuera legal una vez que la serie estuviese al aire", asegura. "Lo que pasó fue exactamente lo contrario, y ahora ese futuro parece cada día más distante en Brasil. La serie con eso se torna más interesante y más polémica, todas las conjeturas y las ideas que proponemos parece cada vez más difícil que ocurran hoy", señala, mientras que sobre quién ocupa la presidencia de Brasil en la ficción dice entre risas que "no lo mencionamos, no hablamos de eso".
La historia encuentra como protagonistas a Biriba (Luis Navarro) y Vini (Daniel Furlan), quienes abren un local de marihuana ya oficial, pese a que uno nunca montó un emprendimiento propio y el segundo, más adinerado, jamás tuvo éxito con los negocios. "Biriba espera ingenuamente que esta nueva realidad sea mejor, pero se da cuenta de que no", apunta Navarro, quien llegó a la producción a través de un casting masivo. Llenó el gusto de una solicitud muy específica de los creadores: "Como estamos presentando una región de Sao Paulo con una manera distinta de hablar, con una jerga y acento muy diferentes, creíamos como directores -y HBO también- que podía ser mejor y más auténtico tener caras nuevas. Gente que ya tuviera esa manera especial de hablar y conociera cómo funciona la vida en la periferia de Sao Pablo", detalla Meirelles.
Una inquietud que respondía a que el retrato que buscaban de la ciudad era lejano a lo más habitual entre las producciones locales. "Es muy distante del Río de las favelas y de todo lo que estamos más habituados a ver en el cine brasileño, a lo Ciudad de Dios", remarca. "Nos gustaba la idea de salir un poco de eso y contar la historia desde la clase media y baja, pero en un barrio con infraestructura urbana. También tenemos todo un núcleo más rico, que es la vida de Vini y la tienda que ellos van a abrir".
Por cierto, el célebre padre de Quico, Fernando Meirelles, codirector de Ciudad de Dios, está a cargo de dos episodios. Una devuelta de mano luego que él participara en los rodajes de las películas Ceguera (2008) y 360 (2011), aunque en este caso el director de El jardinero fiel (2005) también oficia como productor. "Tenemos una relación muy, muy buena. Él tiene un montón de experiencia, entonces todo lo que dice debe ser escuchado. Es alguien que conoce bien el cine y la televisión", señala.
¿Qué reacción generará Pico de Neblina? El cerebro de la historia es más bien cauto. "Me encantaría que la gente que es más conservadora pueda ver la serie y encantarse con los personajes, las historias y todo el drama, y con eso también conocer un poco más de la marihuana".
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