60 niños protagonizan nueva versión del musical Pedrito y el Lobo en el Teatro del Lago

Nuevos personajes, danza y teatro se incorporan a esta adaptación del clásico de Prokófiev. A la historia original, se suman reflexiones en torno a temas como los prejuicios y el bullying.


Escrito en 1936 por el compositor ruso Serguei Prokófiev, el cuento musical Pedro y el Lobo se ha transformado en un clásico infantil con el paso del tiempo. A través de distintos instrumentos que interpretan a los personajes y la voz de un narrador, se cuenta la historia de Pedro, un niño que vive con su abuelo, quien lo regaña por haber salido al campo donde se encuentra el lobo. Mientras un pájaro y un pato discuten, el gato de Pedro sale a atraparlos; sin embargo, se ponen a salvo. Luego de que Pedro vuelve a su casa tras los regaños de su abuelo, aparece el lobo y se come al pato.

Desde su creación se han hecho numerosas adaptaciones de la obra. En 1946 Walt Disney realizó una versión animada con el actor estadounidense Sterling Holloway como narrador. Más tarde, en 1958, el estudio ruso Soyuzmultfilm produjo un cortometraje filmado con la técnica del stop motion. Y en 2006, la británica Suzie Templeton dirigió una nueva adaptación en stop motion, con música compuesta por la Orquesta Philarmonia de Londres.

Este fin de semana, el Teatro del Lago presenta su propia versión del cuento de Prokófiev. Una interpretación que incorpora danza, teatro y coros, protagonizada por alrededor de 60 niños y jóvenes de la Escuela de las Artes del teatro. La propuesta es dirigida por un equipo creativo compuesto por el coreógrafo Esdras Hernández, el director de orquesta Miguel Morán, y la compañía teatral La Llave Maestra.

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El equipo creativo de Pedrito y el Lobo está compuesto por el coreógrafo Esdras Hernández, el director de orquesta Miguel Morán y la compañía teatral La Llave Maestra.[/caption]

La nueva adaptación tiene un giro respecto de la historia original e incorpora temáticas vigentes. En esta versión "simplemente Pato ha desaparecido", cuenta Esdras Hernández. Ante esa situación, el lobo es apuntado como el principal culpable. "Habla un poco sobre los prejuicios y el juzgar por las apariencias", agrega Hernández sobre las temáticas que se incorporan en el montaje.

Tal como en la obra original del compositor ruso, cada uno de los instrumentos de la orquesta interpreta a un personaje en particular. Así, el abuelo es interpretado por el fagot, el pato por el oboe, el gato por el clarinete, el pájaro por los sonidos de la flauta traversa, el lobo por los cornos, y los cazadores por las percusiones. Los estudiantes de danza de la Escuela de las Artes también dan vida a los personajes, mientras que a través de llamativos vestuarios y elementos de utilería se completa la propuesta escénica.

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Coros y ballet representan a su vez distintos personajes y elementos de la escenografía.[/caption]

Si bien en lo estrictamente musical la obra es tal como la compuso Prokófiev en su época, los otros elementos trabajados por el equipo creativo y los estudiantes de la Escuela de las Artes dan un valor agregado. "El secreto está en el texto, creo que lanza muchos mensajes a la sociedad y aprovechando que al final es una obra que realmente crea afición a la música clásica, entonces es ideal para la familia", comenta el director español Miguel Morán, quien conducirá a la orquesta.

Las funciones son este sábado 3 y domingo 4 de agosto a las 17 hrs, en el Teatro del Lago de Frutillar. Las entradas van de los $6.000 a los $15.000. 

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