Estaba en suspenso. A fines de junio se entregaría fecha y lugar de la realización de la Feria Internacional del Libro de Santiago 2019. No ocurrió. Hasta el pasado miércoles cuando su organizadora, la Cámara Chilena, informó que el encuentro se desarrollará entre el 4 y 8 de diciembre en la Estación Mapocho. Ese mismo día, sus directivos dejaron de negociar con Espacio Riesco tras las críticas recibidas en redes sociales. Si la feria antes se extendía por 18 días, este año serán solo cinco.
"Ganó la sensatez de no llevar Filsa a Espacio Riesco. Pero hay una idea de que es apresurado", comenta Francisco Ortega (Logia). "Encuentro que es una buena fecha, además previo a Navidad, lo que es una oportunidad para que los lectores se regalen o regalen libros firmados por sus autores favoritos", señala Ortega, quien el año pasado participó en actividades paralelas a Filsa. Asistió al primer Festival de Autores (FAS) que organizó la Corporación, que reúne a los dos grandes grupos: P. Random House y Planeta. Ortega aún no ha recibido invitación para Filsa 2019.
La escritora Claudia Apablaza, editora en Los Libros de la Mujer Rota, cree que "en el mundo de la cultura se tiene que trabajar más organizadamente, con una planificación y no andar haciendo soluciones parche que atentan contra todo lo que se ha venido discutiendo hace años acerca del funcionamiento de Filsa".
Viviana Azócar, gerente de la Cámara, dice que "se está trabajando en las bases del programa (de Filsa), la definición de su contenido se irá concretando entre septiembre y octubre".
El escritor Jorge Baradit (Historia secreta de Chile) cuenta que sí recibió invitación formal para Filsa. "Entiendo que el gremio pone muchas de sus esperanzas de venta en Filsa. Descartarla es una pérdida que es difícil de aceptar. Desgraciadamente va acompañado de un proceso de descomposición a la vista de todos. Habrá un daño a la marca no solo a nivel nacional, sino internacional", agrega Baradit.
Marisol Vera, directora de Cuarto Propio, señala que "ciertamente la improvisación no juega a favor de una feria internacional".
"No hemos recibido la invitación aún y habrá que evaluarla", opina Alejandro Kandora, editor de Tajamar. El año pasado el valor de los stands fluctuaba entre $ 3 millones y $ 15 millones. "El deterioro de Filsa es un proceso que viene desde hace por lo menos 12 o 15 años y que por ceguera o conveniencia los organizadores y buena parte del sistema cultural e institucional, no vieron a tiempo evidentes señales de decaimiento", agrega. Una de esas señales fue la entrada (entre $ 2 mil y $3 mil) que se tradujo en baja asistencia; desde 2014 la Cámara no entrega cifras de público.
Habitualmente, Filsa recibía apoyo económico del Ministerio de las Culturas, a través de un fondo destinado a ferias. El concurso para postular a esos recursos cerró el 17 de julio.
La gratuidad en la entrada, el valor de los stands y el precario programa cultural dividieron el año pasado a las agrupaciones del libro que ahora han vuelto a conversar para crear una fundación.
Esta institución permitiría hacer una nueva feria internacional, después de 2020, "proyectada para el segundo trimestre potenciando el circuito de ferias internacionales como la de Buenos Aires y Bogotá", informó la Cámara Chilena. La futura fundación reunirá a Editores de Chile, Cooperativa de la Furia, la Corporación del Libro, la Sociedad de Escritores, la Cámara y el Observatorio del Libro.
Futuro cercano
Entre el 27 y el 29 de septiembre se hará la segunda versión del Festival de Autores (FAS), en el GAM, organizado por la Corporación del Libro. "Como organización no participamos de ferias.
Cada una de las editoriales socias podrá decidir participar de Filsa en función de la propuesta y las proyecciones comerciales", dice Marcelo Avilés, director ejecutivo de la Corporación, quien no ha recibido invitación de Filsa.
Arturo Infante, director de Catalonia, tampoco ha tenido noticias de Filsa. "Si hay cuatro asociaciones, todas tienen derecho a organizar sus ferias, pero esas cuatro ya tienen un compromiso de realizar a futuro una nueva feria internacional representativa de la industria. Esto surge como una necesidad objetiva por el declive de Filsa", dice Infante, quien presidió la Cámara entre 2011-2014.
A su vez Paula Gaete, de la Cooperativa de la Furia, señala que su agrupación "decidirá sobre su participación una vez que conozcamos las condiciones. Independiente de ello, esperamos que la programación incluya a autores de todas las asociaciones".