Revolucionaron la escena rockera cuando todo era hippismo y experimentación lisérgica, volviendo a las raíces del viejo blues y del country. Se transformaron en referentes del rock sureño pese a haber nacido a miles de kilómetros del Delta del Misisipi y los pantanos de Nueva Orleans. Tocaron en el mítico Woodstock de 1969 y sus canciones fueron la banda sonora de las tropas estadounidenses en Vietnam. Y tras siete discos y el intempestivo quiebre, de 1972, Creedence Clearwater Revival se rearticuló con otro apellido dos décadas después para escribir un exitoso segundo capítulo que hoy parece llegar a su final.
"Seguimos tocando magnífico pero estamos bastante cansados de la ruta. Me gustaría probar otras cosas y explorar nuevas ideas antes que se me acabe el tiempo", declaró el bajista Stuart "Stu" Cook, de 74 años, al sitio Billboard el mes pasado, dando a entender que el final del camino está cerca para Creedence Clearwater Revisited, el conjunto que formó en 1995 junto al baterista Doug "Cosmo" Clifford para llevar la música del grupo al mundo, aunque sin la aprobación de John Fogerty, el cerebro y la (inconfundible) voz del cuarteto.
Y si bien en la misma entrevista la base rítmica de Creedence deja en claro que todo se acaba con sus últimas fechas en Estados Unidos, que hasta ahora cierra con recitales en su California natal y Washington a fines de septiembre, todavía queda algo para mostrar en otros rincones del mundo: según confirma una productora local, la banda anexó un recorrido sudamericano a su tour de despedida, que pasará por Brasil, Argentina y Chile, con shows en Santiago y Viña del Mar.
Las dos fechas están programadas para el 30 de octubre en el Movistar Arena y el 1 de noviembre en la Quinta Vergara (con entradas a la venta desde el miércoles 21 en Puntoticket), en el reencuentro de los hombres de "Proud Mary" con uno de sus públicos más fieles. De hecho, el de la capital será su décimo show local desde su debut en el Teatro Caupolicán en 1998, al que le siguió un recordado paso por el Festival de Viña 1999.
Como en cualquier desenlace ideal, Cook y Clifford no sólo quieren despedirse en plenas condiciones, sino también zanjando su eterna disputa con el otro miembro fundador, John Fogerty (su hermano, el guitarrista Tom Fogerty, murió en 1990). El mismo que se negó a actuar con ellos para su inducción en el Salón de la Fama del Rock and Roll, en 1993, y con el que sostuvieron una larga batalla judicial por el uso del nombre y las canciones.
"Ya no nos atacamos mutuamente, estamos enfocados en las cosas buenas de Creedence", reconoció Cook a Billboard sobre un acercamiento que ya da frutos: después de 50 años, la banda lanzó en formato físico Live at Woodstock, el set completo de su presentación en la segunda jornada del festival de 1969. Un registro de una hora y once canciones que no se incluyó en el documental ni en la banda sonora del evento, y que ahora, casi al final del camino, ve la luz.