Es habitual que se hagan comparaciones entre los vocalistas de Soda Stereo y Héroes del Silencio, dos bandas que alcanzaron el mayor de los éxitos en sus respectivos países, para luego expandir su música hacia el extranjero como solistas. Si bien, ambos artistas poseen un estilo característico, existen semejanzas entre sus vidas y sus carreras.
Gustavo Adrián Cerati nació el 11 de agosto de 1959 en la ciudad de Buenos Aires, mientras que Enrique Ortiz de Landázurri Izarduy —quién después adoptó el apellido Bunbury en honor a un personaje de La importancia de llamarse Ernesto (1895) de Oscar Wilde— nació en Zaragoza el mismo día, pero ocho años después. Ambos desarrollaron su pasión por la música desde su infancia. En sus primeros años, Bunbury disfrutaba de las canciones de Elvis Presley y tocaba una batería que armó él mismo con artículos caseros, mientras que Cerati cantaba en el coro de su colegio y practicaba con una guitarra criolla que le regaló su padre.
El argentino se vio influenciado por bandas como Black Sabbath, Led Zeppelin, The Cure, The Police y Luis Alberto Spinetta, mientras que Bunbury también mantenía su gusto por el rock con artistas como Pink Floyd y David Bowie. En una entrevista en la radio M80 en 2017, el español mencionó que le debe más al alter ego de Ziggy Stardust que a todos los profesores que ha tenido.
Antes de alcanzar la fama, los dos guitarristas formaron parte de diversos proyectos. El primero había participado con Zeta Bosio —a quien conoció mientras estudiaba publicidad en la Universidad del Salvador— en los grupos Morgan, Stress y Proyecto Erekto (con Andrés Calamaro)-, para luego formar un trío junto a Charly Alberti en 1982. Inicialmente, se hicieron llamar Los Estereotipos, pero más tarde acogió el nombre Soda Stereo. De manera simultánea, el segundo participó en Rebel Waltz y Proceso Entrópico, las cuales dejó para unirse a Zumo de Vidrio en 1984, banda que después se llamaría Héroes del Silencio.
Si bien ambos grupos obtuvieron una amplia popularidad en los países de habla hispana alrededor del mundo, esto no evitó que terminaran disolviéndose con sólo un año de diferencia. Los autores de El espíritu del vino (1993) se separaron tras una gira internacional que les generó problemas internos de convivencia, mientras que los de Nada personal (1985) lo hicieron un año más tarde, producto de "desentendimientos personales y musicales", según mencionó Cerati en el periódico Clarín.
Después de las separaciones, Enrique Bunbury y Gustavo Cerati se dedicaron a trabajar en sus carreras como solistas. El primero, lanzó un total de nueve discos de estudio (entre 1997 y 2017), mientras que el segundo publicó cinco (entre 1993 y 2009). Un ACV sufrido durante un concierto en Venezuela en mayo de 2010, lo dejó en un coma que se vio interrumpido cuatro años después, cuando murió en septiembre de 2014.
A pesar de las comparaciones que se han hecho entre los músicos, estos nunca tuvieron una rivalidad entre sí. Incluso, tuvieron la oportunidad de presentarse juntos en Monterrey en noviembre de 2004.
De hecho, es conocido el cover de “Crimen” que Bunbury realiza junto al argentino Andrés Calamaro.