Una suave guitarra, trompetas y una batería en el fondo tocan con ritmo festivo. Es difícil no viajar en el tiempo, específicamente a la década de los 60, donde se sitúa el terrible asesinato de la actriz Sharon Tate y la cinta Había una vez... en Hollywood. Y es que la música es uno de los tantos elementos necesarios para generar una atmósfera que transporta al espectador a otros mundos. Quentin Tarantino lo tiene claro, y por lo mismo, no deja al azar las melodías que acompañan sus escenas.
Su más reciente entrega, protagonizada por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie, cuenta incluso con su propia lista oficial en Spotify, en la cual destacan los sonidos de unos emergentes Deep Purple, el puertorriqueño José Feliciano y The mamas and the papas, entre otros.
A Tarantino no le interesaba hacer un compilado de hits de la década -a diferencia de Forrest Gump o lo que se hace con Stranger Things-. Para él, no son necesarias las canciones archiconocidas para dejar en claro que la cinta se ambienta en otros años. Más bien, pretendió hacer un "Lado B", según explicó Mary Ramos, coordinadora musical del cineasta desde Reservoir Dogs.
En conversación con Vanity Fair, Ramos dijo que la música, las canciones que por años Tarantino ha apreciado, son su principal motivación. "Definitivamente lo eleva y le da la inspiración cuando escribe. A partir de ahí, me hago cargo y lo ayudo a completar la paleta. Él es un director muy musical".
Reservoir Dogs de 1992, la película debut del cineasta, arranca poderosamente con "Little green bag" de George Baker en los créditos iniciales. Seis criminales desconocidos entre sí, caminan vestidos de traje seguidos por Joe y su hijo.
Difícil olvidar ese comienzo, al igual que una cruda escena que adquiere un tinte aún más macabro al incorporar -en medio de una brutal golpiza y tortura- "Stuck in the middle with you" de Stealers Wheel.
"No puedo decir exactamente de dónde salió la idea porque se dio de forma natural", dijo Quentin Tarantino en entrevista con The Culture Show promocionando Death Proof.
"Estaba pasando el rato en mi habitación, repasando el guión, cuando decidí sumergirme en mi colección de discos, y creo que ni siquiera lo tuve que buscar. Supe inmediatamente que iba a funcionar".
El cineasta agregó que la primera vez que el actor entró, fue un momento de iluminación para él. "No fue una lectura de libreto particularmente genial, pero fue la primera vez que escuché la canción con gente actuando en la escena. Con el productor sentimos escalofríos, sabíamos que sería maravilloso".
¿Cómo selecciona Tarantino las canciones para sus películas?
Quentin es un melómano. En innumerables entrevistas ha confesado ser poseedor de una habitación dedicada exclusivamente a sus discos, los cuales están ordenados por géneros y subgéneros y se ha convertido en un verdadero santuario al momento de trabajar.
Incluso reconoció ser el dueño de la rocola utilizada en Death Proof y aquella famosa escena en la que Stuntman Mike recibe un baile sensual por parte de Arlene al ritmo de "Down in Mexico" de The Coasters.
"De todas las canciones que he usado en mis películas, 'Down in Mexico' de The Coasters, es la más rara, esa versión no tiene comparación", dijo a Lauren Laverne de BBC.
Aquel lugar donde guarda su gran colección musical, fue descrita por Tarantino como similar a "una tienda de vinilos de segunda mano", y una parte fundamental de su proceso creativo.
"Cuando se me ocurre una idea, voy a esta habitación en busca de la música para la personalidad de la película, el espíritu y el ritmo que quiero para la cinta. Me gusta imaginarme una escena desde la perspectiva del espectador sentado en la sala de cine, y hay canciones que permiten cerrar mis ojos e imaginar las tomas" confesó al programa Music in Films.
Para Tarantino, la escritura de la historia y la configuración de las escenas va en simultáneo con su sonoridad. A veces, es una canción la gatillante de una idea, o bien el elemento que le permite avanzar en una narración que llegó a un punto aparentemente muerto.
Mientras escribe, cuando está grabando y al momento de editar, siempre está pensando en canciones que complementen su creación, dijo a Action Zone. ¿Lo más importante? La canción inicial. "Es una de las cosas que me ayudan a establecer que voy a hacer una película, ese momento en que encuentro el tema correcto para iniciar", confesó a The Culture Show.
Si para Reservoir Dogs arrancó con "Little green bag", para Pulp Fiction escogió "Miserlou" (1962) de Dick Dale and his Del-tones. De hecho, cuando Laverne le pregunta cuál es su canción favorita en sus películas, no dudó en mencionar esta última.
"Es como un descarga de energía rock hasta las vísceras. Buscaba esa explosión de rock and roll combinada con spaghetti western, era como un grito épico. Otra que creo que tenía un sentimiento muy profundo es cuando usé 'Natural High' de Bloodstone en Jackie Brown", reflexionó el realizador.
Cuando Brown sale de prisión, Max Cherry la espera mientras ella camina y la cámara la sigue. "Esa canción es un paraíso negro. Yo sabía que la audiencia afroamericana vería a Pam Grier, esta leyenda, en ritmo con esta maravillosa pieza de música soul. Es simplemente glorioso".
Canciones de culto en vez de compositores
Entre su colección de discos y trabajar con compositores que hagan piezas especialmente para sus cintas, Quentin Tarantino elige ciegamente el repertorio que ha acumulado por años.
"Si soy honesto, nunca supe cómo lidiar con la composición de bandas sonoras y tampoco quería hacerlo. Sabía qué música quería y sabía qué cosas funcionarían", dijo para BBC, enfatizando que no quería ser forzado a trabajar con un compositor.
Unilateralmente, tomó la decisión de no usar banda sonora para su primera cinta, e intentaría insertar canciones pertinentes a la historia cuando los personajes encendieran la radio. Modelo que replica en Había una vez... en Hollywood con el catálogo de Boss Radio KHJ.
Trabajó con Ennio Morricone en algunas de sus cintas -colaboró en un tema de Django sin cadenas y compuso la banda sonora de Los ocho más odiados-, pero su principal recurso, son las canciones ya existentes.
En cuanto a los derechos de autor, Mary Ramos explica que, aún con el éxito que significa una producción con el sello Tarantino, es en la autorización de su uso que radican las dificultades.
"Aún si elige canciones de artistas que siguen vivos es complicado, pero dada la naturaleza de los gustos de Quentin, muchos artistas ni siquiera saben quién es, o ya murieron y hay que lidiar con los herederos", desclasifica la coordinadora musical del director.
La filosofía de Quentin Tarantino es: “Si pones la pieza musical correcta con la escena o secuencia correcta, es lo más cinemático que puedes hacer. Es lo más mágico que el cine puede ser”.