La memoria ha sido un tema central en la vida y en la carrera musical de Ismael Oddó (París, 1975). Ha estado presente en su interesante discografía solista, en sus múltiples proyectos colaborativos, también en su faceta actoral y, por supuesto, en su trabajo junto al grupo Quilapayún, al que se integró en 2003 para ocupar el lugar de su padre, Guillermo "Willy" Oddó, asesinado en 1991.
Pero ese diálogo entre pasado y presente, entre la historia familiar y la Historia con mayúscula, nunca había sido tan crucial y evidente como en su último proyecto artístico. Un experimento musical que nació mientras revisaba antiguas grabaciones en cassettes que dejó su padre, las que recuperó y restauró para añadirle su propia guitarra y voz, además de los instrumentos de diversos músicos amigos.
El resultado es Canciones con mi viejo, el próximo álbum de Ismael Oddó y uno de los lanzamientos más originales y conmovedores de la temporada. El más personal en la discografía del cantautor de 44 años y el primero que concibe como dúo, en este caso, junto al eco de un padre que murió en confusas circunstancias cuando él tenía sólo 16 años, y con quien nunca coincidió en la música profesional más allá de los guitarreos familiares en el exilio en Francia.
Son esas grabaciones caseras que dejó Willy, registros de zambas argentinas, tangos y canciones de sobremesa y noches con amigos, las que hoy renacen con nuevos arreglos y armonías a cargo de Ismael y un extenso listado de instrumentistas invitados, como el guitarrista Raúl Céspedes, el contrabajista Federico Faure, las percusiones de Danilo Donoso y el cello de Ángela Acuña, además del tratamiento sonoro de José Dal Pozzo y la producción de un tema por Camilo Salinas, entre otros. Grabado en Estudios GAM el año pasado, el álbum saldrá a la luz en noviembre bajo el sello Plaza Independencia.
"Esta era su repertorio personal y una manera de acercarse a su país estando lejos", explica Ismael Oddó, quien llegó a las cintas mientras preparaba Willy Oddó, el exilio en la voz, la obra multimedia que montó el año pasado en el Museo de la Memoria y que a fines de este año sumará nuevas funciones en el GAM.
"Yo crecí con mi papá cantando eso, haciendo karaoke con esas canciones o los arreglos, las distintas voces, porque tenía un oído privilegiado y era un intérprete fuera de serie. Por eso también me atrevo a hacerle descubrir a la gente lo gran intérprete que era mi papá, a pesar de haberse grabado en una radiocassette".
Así, gracias al exhaustivo trabajo de restauración de las cintas a cargo de Jorge Fortune, el gran protagonista de Canciones con mi viejo sigue siendo éste último, en el que también podría calificarse como su primer disco solista póstumo. Así lo deja claro "Revolver", primer adelanto del LP que se lanza hoy, surgido de una maqueta vocal del tango -con texto de Desiderio Arenas y música de Eduardo Carrasco- que luego Quilapayún incluiría en Tralali tralalá (1984), y que tiempo antes el fallecido intérprete grabó en una cinta que envió a su hermana.
Allí, entre las cuidadas capas de arreglos musicales y tratamientos sonoros, la voz de Willy Oddó sigue sonando emotiva y poderosa. "Mi papá le graba esta canción a mi tía Vero mientras mi mamá y yo dormíamos. Este tango que describe lo que estábamos viviendo allá (en Francia), que pese al deseo de volver, implica un dolor de volver también", cuenta el músico. "Ese registro a cappella que dejó era tan afinado que no se baja en ningún momento del tono", agrega.
En total, serán diez piezas las que darán forma al álbum, cuyo lanzamiento está programado para el 7 de noviembre, el día del aniversario número 28 de la muerte de Willy Oddó. Esa misma noche, Ismael Oddó presentará el disco con un concierto en el Teatro Nescafé de las Artes de Providencia.