Ayer, en plena promoción de su nuevo disco Lover -ya disponible-, la cantante Taylor Swift hizo un anuncio: volverá a grabar sus cinco primeros discos. Invitada al programa Good Morning America de la cadena ABC, confirmó los rumores que ya circulaban. "Sí, es verdad, y es algo que me emociona mucho hacer. Mi contrato dice que, a partir de noviembre de 2020, el próximo año, puedo regrabar los álbumes del 1 al 5", fueron sus palabras.
La razón detrás de esta decisión responde a la polémica que ha protagonizado la artista: su antiguo sello discográfico, Big Machine, fue comprado a mediados de este año por el empresario estadounidense Scooter Braun, también conocido por ser el representante de estrellas como Justin Bieber y Ariana Grande. Con esto, Braun tiene la propiedad mayoritaria de los máster (grabaciones originales) de la cantante estadounidense, y es quien puede establecer cómo se reproducen y venden las canciones.
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Taylor Swift ayer en el programa "Good Morning America". Foto: Evan Agostini/Invision/AP.[/caption]
Tras conocer la noticia del traspaso, Swift declaró que Scott Borchetta, el ex dueño de Big Machine, no comprendía la "lealtad" más allá de un contrato. "Scooter me ha despojado de mi trabajo vital, que no he tenido la oportunidad de comprar. Esencialmente, mi legado musical está a punto de ir a las manos de alguien que ha intentado desmantelarlo", declaró entonces. Y añadió también: "(Borchetta y Braun quieren) controlar a una mujer que no quiere ser asociada con ellos", y con "perpetuidad".
Por esto, la intérprete de Bad Blood volverá a grabar los álbumes Taylor Swift (2006), Fearless (2008), Speak Now (2010), Red (2012) y 1989 (2014) para recuperar sus derechos. "Creo que los artistas merecen que su trabajo les pertenezca", sentenció.
Además la estrella aludió a su nuevo disco, Lover, diciendo que "una de las cosas más importantes de este álbum es que será el primero que me pertenezca en mi vida".
https://open.spotify.com/album/1NAmidJlEaVgA3MpcPFYGq
Un nuevo golpe a la industria musical
En 2015, la cantante anunció que su entonces nuevo disco, 1989, no sería publicado en el servicio de streaming Apple Music. ¿La razón? Apple había anunciado una estrategia donde los usuarios podrían tener una prueba gratuita por tres meses: periodo en que los artistas no recibirían pago.
La medida se convirtió en una bandera de lucha para Swift, quien escribió una carta abierta a la empresa. "Tres meses es un período muy largo para que no se pague, y es injusto que se pida a alguien que trabaje para nada. (...) No pedimos iPhones gratis. Pero, por favor, no nos pidan que les proporcionemos nuestra música sin ningún tipo de compensación", dijo entonces. La presión de Swift hizo que Apple echara pie atrás, evidenciando la influencia de la intérprete en este mercado.
Un año antes, la artista protagonizó una polémica con otro servicio de música en línea, Spotify, sacando su catálogo porque la compañía no entregaba un pago justo a los artistas. Tras una nueva negociación, su música regresó a Spotify en 2017, justo para celebrar las 100 millones de copias vendidas de 1989.
Más adelante, a fines de 2018, Swift firmó un nuevo contrato discográfico con Universal Music Group, que le permitiría tener mayor control sobre su música, y también aumentar los pagos futuros por la música que se reproduce en Spotify.
"Han aceptado generosamente esto, en lo que creen que serán términos mucho mejores y mejor pagos que los de otros sellos importantes", dijo entonces.
Swift también contó que sería propietaria de todas sus grabaciones originales en el futuro.