Una adolescente escribe en su diario de vida.
Se llama Lauren Oya Olamina, la adolescente, y el año es 2024 y Olamina vive junto a su familia en uno de los pocos barrios seguros que quedan al sur de California.
Y bueno, spoiler alert: el escenario mundial no es muy alentador. La humanidad, o lo que queda de la humanidad, intenta salvar lo que no ha sido devastado por el calentamiento global, la crisis económica, las tensiones étnicas, las drogas, la corrupción policial y la escasez de agua.
"El precio del agua subió de nuevo. Y hoy escuché en las noticias que están matando a más vendedores ambulantes de agua. Los vendedores ambulantes les venden agua a los okupas y a los indigentes callejeros, y a la gente que se las ha arreglado para seguir teniendo casa pero no para pagar las cuentas", se lee al principio de la novela.
Y otra cosa: Olamina es una adolescente que sufre de "hiperempatía", es decir, una adolescente con una condición que la hace partícipe del dolor de los demás.
"No puedo hacer nada acerca de mi hiperempatía, no importa lo que Papá piense o quiera o desee. Siento lo que veo que otros sienten o lo que creo que sienten", anota Olamina en su diario. "La hiperempatía es lo que los doctores llaman Trastorno Psicótico Orgánico. Tremenda huevada. Duelo, eso es todo lo que sé".
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Octavia Butler.[/caption]
Esto dijo la autora Octavia Butler en un discurso, en el MIT, sobre La parábola del sembrador: "Es la historia de una joven en un futuro cercano muy sombrío que ha reunido un nuevo sistema de creencias, una nueva religión y que cree que esta es la respuesta".
Y luego agregó: "Es un futuro en el que Estados Unidos se ha dirigido hacia la Unión Soviética. No ha sido derrotado por enemigos externos; simplemente se cansó y colapsó".
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Todo escritor o escritora tiene un mito fundacional.
El de Butler es tan americano (gringo) como típico de los escritores de ciencia ficción posteriores a las novelitas pulp baratas, esas de portadas chillonas. Y posteriores, también, a las películas tipo Ed Wood con malos efectos especiales.
"Comencé a escribir mis historias cuando tenía doce años", dijo Butler al MIT, también. "Cuando estaba viendo una mala película de ciencia ficción. La cinta era La diabólica chica de Marte".
La diabólica chica de Marte es una de esas viejas películas de la década de 1950. Una en que una bella mujer marciana llega a la tierra para anunciar que todos los hombres marcianos han muerto; y que hay un montón de mujeres hambrientas allí. Sin embargo, los hombres de la tierra no quieren ir.
"Mientras miraba esta película, tuve una serie de revelaciones", dijo Butler. La primera fue: "Dios, puedo escribir una historia mejor que esa". Y luego: "Bueno, cualquiera puede escribir una historia mejor que esa". Y el tercer pensamiento fue el decisivo: "A alguien se le pagó por escribir esa horrible historia".
Entonces Octavia Butler, la escritora, nació. "Apagué la televisión y lo intenté. Y he estado escribiendo ciencia ficción desde entonces".
De alguna forma Butler, a lo largo de su carrera, ha sido fiel a ese momento. Sus novelas de ciencia ficción combinan cierta complejidad literaria (pensemos en personajes o narradores de Toni Morrison), con temas de ciencia ficción, la fantasía, feminismo y raza.
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Se conoce afrofuturismo como una forma de imaginar posibles futuros a través de una lente cultural afro.
Por ejemplo, The P Funk Mothership la nave de Parliament-Funkadelic es muy afrofuturista. O algunos números de Black Panther también tiene elementos afrofuturistas. O la forma en que últimamente Janelle Monáe viste.
Y la Parábola del sembrador se puede leer como una novela afrofuturista, por supuesto, aunque reducir las obras artísticas a una sola categoría nunca ha sido justo, ya que Parábola del sembrador es igual una novela. A secas.
Esta es una historia epistolar; es decir, de una chica que escribe en sus diarios mensajes para nosotros, los lectores. Y puede que tanto en esta novela, como en otras en que Butler usa protagonistas niñas, la autora esté proyectando otro episodio de infancia que, aseguro, asimismo la llevó a escribir. "Cariño, los negros no pueden ser escritores", le dijo una tía. De alguna forma, Butler escribe para decirle a es niña que sí se puede. Y Lauren Oya Olamina proviene de ahí.
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Parábola del sembrador es un libro terrible. Trata del calentamiento global.
O trata sobre cómo narrar algo tan inhumano a través de la misma humanidad que lo ha causado.
«Si hay algo más aterrador que una novela distópica sobre el futuro», dice Gloria Steinem, ícono del feminismo en Estados Unidos, en la contra-solapa de Parábola del sembrador, «es una escrita en el pasado que ya ha comenzado a hacerse realidad».
Leerla mientras se quema el Amazona, sintiendo que, a la vez, el consumo cultura es parte del calentamiento global, es una experiencia que hace la lectura de este libro, quizás, todavía más necesaria. Y contradictoria.
"Un personaje de la novela es el calentamiento global. Esto es algo a lo que realmente quería prestar atención, y es extraño cómo entró y pasó de moda mientras trabajaba en la novela", dijo Butler. "Me parece que algo tan importante como el calentamiento global debería recibir mucha más atención de lo que lo hace. Así que retrato un mundo en el que el calentamiento global está haciendo cosas como crear un clima errático y tormentas severas y sequías en California, y otras cosas por el estilo."
Y en palabras de Olamina, nuestra narradora: "¿Y qué debería estar haciendo yo? ¿Qué puedo hacer? En menos de un año voy a tener dieciocho y seré adulta, una adulta sin más expectativas que la vida en nuestro barrio que se está desintegrando".
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Paréntesis: habría que comentar algo de la traducción de Virginia Gutiérrez, también escritora y académica. No es usual, especialmente en el mundo de la ciencia ficción, encontrar novelas donde se lee y oye la chilenidad. Como en el extracto de arriba: "Tremenda huevada". Porque claro: no existe una tradición literaria saludable mientras no haya tanto creadores como traductores locales; y en base a eso, además de otras cosas, vale celebrar esta novela publicada por ediciones Overol.
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Parábola del sembrador se publicó originalmente en 1993.
Luego de vendrían más libros, incluyendo una secuela: Parábola del talento, sin traducción al español.
Y de a poco Butler se haría conocida por fuera de los círculos de la ciencia ficción.
"Soy una escritora de 53 años que aún recuerda haber sido una escritora de 10 años", le dijo la autora, en los noventa a una web estadounidense literaria, a modo de presentación (aunque a esas alturas no necesitaba presentación).
Durante sus últimos años Butler pasó por períodos de depresión, así como bloqueos literarios. Vivía en el estado de Washington, en la costa pacífica de Estados Unidos.
Puede que no haya sido, para la media de autores de ciencia ficción, tan prolífica. Publicó más de diez libros. Pero recién su obra está en proceso de ser descubierta. No se puede leer, por ejemplo, a un autor como el premiado Colson Whitehead sin tener en cuenta a Butler.
Y claro: Butler tampoco era autora de una obra, digamos, exigua.
Dejó una serie de novelas (Patternist), una trilogía (Xenogenesis), un díptico ("las parábolas"), dos libros de cuentos y algunas pocas novelas independientes.
Y asimismo dejó planeada una tercera novela de "las parábolas", titulada provisionalmente Parábola del embaucador; esta se habría centrado en la lucha de la comunidad para sobrevivir en un nuevo planeta.
Por eso se lamente que a los 58 años se haya golpeado la cabeza en una acera afuera de su casa, culpa de un ataque al corazón repentino (otras fuentes aseguran que fue al revés: el golpe ayudó al ataque al corazón); de alguna manera se acabó la obra de una escritora que comenzaba su tercera edad, la cual, como suele suceder con todos los escritores, suele ser una época fértil intelectualmente.
"Soy una escritora de 53 años que aún recuerda haber sido una escritora de 10 años. Una escritora que espera algún día llegar a ser de 80 años".
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Robert A. Heinlein, uno de los grandes autores de ciencia ficción, al nivel de Isaac Asimov o Arthur C. Clarke, tenía estas tres categorías de historias de Sci-Fi: la categoría de "qué pasaría si…"; la categoría "si solamente esto sucediera…"; y la categoría de "si esto continúa…".
"Así que esta es definitivamente una historia de 'si esto sigue así'", dijo Butler respecto a Parábola del sembrador<e/m>. "Y si es cierto, si es casi cierto, bueno, todos estamos en problemas".