Jorge Baradit: "Nuestro panteón de héroes estaba militarizado"
El autor publica Héroes, donde perfila a personajes como Manuel Rodríguez, Luis Emilio Recabarren, Francisco Bilbao y Pedro Aguirre Cerda. El título es el quinto libro de la saga Historia secreta de Chile, que ya ha vendido 340 mil ejemplares.
"Es lícito preguntarnos quiénes son nuestros verdaderos próceres", escribe Jorge Baradit (50) en el prólogo de su nuevo libro, Héroes, donde un furibundo Manuel Rodríguez aparece en la portada lanzando rayos por los ojos. "Es lícito revisar nuestro panteón lleno de figuras incómodas y proponer alternativas", apunta el narrador en el ejemplar que conforma la quinta entrega de la serie Historia secreta de Chile.
Iniciada en 2015, y tras completar la trilogía en 2016 y 2017, el año pasado Baradit publicó el cuarto tomo, La dictadura. Todo el pack de episodios poco abordados por la historiografía oficial, ya ha vendido 340 mil copias. Un hito para la industria editorial nacional.
Esta vez Baradit, en Héroes, hace un recorrido desde la Independencia hasta mediados del siglo XX. Un viaje con siete protagonistas que inaugura Águeda Monasterio. "Mujer inteligente, culta y fuerte (...) pieza clave del sistema de espionaje de José de San Martín", anota Baradit, quien después sigue con Manuel Rodríguez -"Un insurgente de feroz sentido democrático"-; Ramón Freire -"El gran triunfador militar del proceso de independencia"-; Francisco Bilbao -"El hombre que hiciera el análisis más preciso de la sociedad chilena"-; Arturo Fernández Vial -"Dedicó su vida a fomentar la educación, el deporte y las artes en la clase obrera"-; Luis Emilio Recabarren -"Por primera vez un tipógrafo lograba entrar al Congreso"- y Pedro Aguirre Cerda -"Un hijo de la educación pública llega a La Moneda".
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Portada de
Héroes
, ilustrada por Nelson Dániel.[/caption]
Mundos opuestos
Popular en redes sociales, Jorge Baradit tiene más de 44 mil seguidores en Instagram y 185 mil en Twitter. Regularmente asiste a dar charlas a colegios donde lo invitan. En estas últimas semanas recorrió escuelas de Villa Alemana y Concón, en Valparaíso; en Renca, Santiago, y Castro en Chiloé.
"Si es un colegio privado hay honorarios de por medio, si es una escuela pública asisto gratis", señala el narrador quien hace poco fue elegido presidente de Sadel (Sociedad de Derechos de las Letras). También debutó en el teatro con la obra La ciudad de los Césares, co-escrita con Marco Antonio de la Parra, protagonizada por los actores Alex Zisis y Roberto Poblete. Estrenada el 18 de julio finalizará, tras tres meses en cartelera, el 14 de septiembre en el Teatro Ictus.
¿Es cierto que el germen de Héroes nació de una conversación con el Premio Nacional de Historia, Gabriel Salazar?
Así es, en algún momento nos preguntamos, si Ramón Freire es quien realmente alcanzó logros militares en la Independencia, y si O'Higgins no estuvo en la construcción del Estado ni en los triunfos militares, entonces por qué ocupa el lugar de héroe. Y don Gabriel dijo, quizás debamos replantearnos si es un prócer o no. Y por eso la pregunta que motiva el libro: ¿Deberíamos replantearnos nuestro panteón de héroes?
¿Y cómo fue la elección de los nombres perfilados?
Cuando uno pone a las personas en el centro del relato histórico, descartamos supuestos próceres que han sido nefastos para las personas. Me refiero a la gente común, que es la mayoría, y que no se reconoce en un héroe diseñado a partir de los intereses de la elite. En este libro, a diferencia de los otros, los personajes se van pasando la posta y van haciendo crecer un concepto sobre el prócer identificado con las personas. Desde la clandestinidad de Monasterio hasta la presidencia de Aguirre Cerda.
"Tal vez sería honorable quitar del panteón a criminales como Pedro Montt o Arturo Alessandri", escribe.
Este país está enfermo de justificar hechos como "Mató gente, pero mejoró la economía". Eso no tiene un respaldo, no es defendible y nuestro país está lleno de afirmaciones de ese tipo, desde Diego Portales. Se cree válido que incluso se puede romper con la Constitución, si va en defensa de algo que en Chile es súper importante para la elite que es el orden y la estabilidad. Desde Portales se institucionalizó que esta estabilidad de orden bien vale zonas de sacrificio a favor de unos pocos. Entonces cómo es posible que Alessandri tenga una estatua cuando es responsable de la matanza de mineros en San Gregorio (1921); de la muerte de agricultores en la masacre de Ránquil (1934) y responsable de la muerte de estudiantes en la matanza del Seguro Obrero (1938).
¿Le gustaría hacer un perfil sobre un personaje de derecha?
Sobre Arturo Alessandri Palma. De qué manera un político pasa desde horrorizarse con la masacre de obreros de la escuela Santa María, ser el abanderado de los más débiles a ser luego un presidente de la elite, represor y responsable de masacres donde murieron miles de obreros, campesinos, mineros, indígenas y estudiantes. Qué se necesita para ser un personaje de esa calaña y lograr tener una estatua en la plaza de la Ciudadanía frente a La Moneda.
¿Por qué en la portada Manuel Rodríguez dispara rayos?
Este es un trabajo que busca democratizar la historia. La sensibilidad popular está más abierta al juego, a la transgresión, a la cultura pop. Son portadas (realizadas por Nelson Dániel) que apelan al grafiti, desde Historia secreta 1... con Arturo Prat como cyborg. Acá Manuel Rodríguez apela a los súper héroes. Curiosamente él no tiene, a diferencia de O'Higgins y Prat, una institución que se dedique a difundir su obra. Pero ha sido la gente la que lo ha mantenido en el corazón, sin tener muy claro por qué.
En 2015 salió el primero de Historia secreta..., supongo que no pensaba en una saga con cinco libros…
Bajo ninguna circunstancia. En 2014 la historia como divulgación no importaba, incluso el gobierno de Piñera quería eliminar horas de historia. Recordemos que fue Joaquín Lavín, como un mal ministro de Educación que intentó eliminar ¡a la mitad! las horas de Historia, Geografía y Ciencias Sociales. Tengo la impresión que lo que descubrió Historia secreta 1... es que sí había mucho interés. Y me siento honrado de haber representado ese interés que ya existía.
¿Y cuántos libros más proyecta con Historia secreta de Chile?
Esto no es una fábrica de empanadas. Los temas desarrollados son historias que me interesaba plantear. En el horizonte tengo 4 o 5 libros más. Nuestro panteón de héroes estaba militarizado. Por ejemplo, en los billetes, la única civil que aparece es Gabriela Mistral. Yo no tengo problemas con que los militares tengan sus propios héroes, lo que pasa es que los héroes están elegidos por el Estado para representar valores que quiere comunicar, habitualmente, a los niños en proceso de formación. Ideas como "Matar por la patria" puede que esté bien, pero para el mundo militar. En el mundo civil, la disidencia y la discusión funcionan más y por eso rescato a Aguirre Cerda, quien promovía una educación integral. En la saga publicada creo que destaqué aspectos críticos sobre las instituciones. Héroes hace el ejercicio opuesto, es una visión positiva de la historia y esta nueva etapa va en esa dirección.
¿Qué es lo que más le preguntan en los colegios?
Por qué creo que nos esconden ciertos hechos. La respuesta es sencilla: porque el Estado, en general, nos trata como niños. Nos dice: póngase casco si anda en bicicleta, no tome tal producto que le hace mal… El Estado es muy legalista y en la historia nos trata de manera similar, elige qué cosas enseñarnos. Esa información preestablecida deja poco para la crítica y la reflexión.
¿Qué opina de quienes lo llaman "chanta", "profeta" o "icono literario de la izquierda"?
Que son producto del momento que viven las redes sociales, un pantano donde gente enferma quiere arrastrarnos, mintiendo, al resto con su mugre. Es gente tan enferma del alma que ve en aquello que odia el reflejo de su fracaso. No debe haber maldad más grande que intentar destruir a una persona inventando para dañar su reputación. Lo que también me da tristeza es lo bajo a lo que han llegado personas que deberían tener el mayor respeto por su país. Candidatos que -cuchilleros de tuiter- no tienen opinión sobre las materias más importantes, pero que gastan horas frente a la pantalla preocupados de trifulcas de callejón.
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Historiadores y el escritor Jorge Baradit en la Plaza de la Constitución. Fotos: Mario Tellez/La Tercera[/caption]
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