Fiel a su formación periodística, nunca sale a terreno sin su grabadora y una cámara fotográfica. Graduado de la U. de Oregon en 1981, Joe Sacco (Malta, 1960) sintió desde muy joven la frustración de no ejercer como el reportero que siempre había soñado ser. Nada en la prensa escrita llamaba su atención, decía hace diez años: "No encontraba interesante el trabajo de escribir, porque realmente no había nada interesante que destacase del resto".
Lo suyo, ha dicho siempre, es infiltrarse en mundos que no son los suyos, y entrevistar y fotografiar gente en contextos hostiles para luego hacerla aparecer de un solo trazo sobre el papel en blanco.
A comienzos de los 90, Sacco pasó dos meses en territorio palestino y se convirtió en testigo del conflicto. Recién entre 1993 y 1995, publicó en varias entregas su obra Palestina: en la franja de Gaza, por la que ganó el prestigioso premio American Book, en 1996. Cuatro años más tarde apareció Gorazde: zona protegida, donde retrató la guerra civil en Bosnia Oriental y que le significó el Premio Eisner, el "Oscar del cómic". Luego, en 2003 partió a cubrir el conflicto de la antigua Yugoslavia, que luego narró en su cómic El mediador.
Radicado en EEUU, el también ilustrador y uno de los máximos exponentes del cómic periodístico visitará por primera vez el país para el VII Encuentro de Ilustración y Cómic de La Reina, que entre el 24 y 27 de octubre se realizará en el Centro Cultural Casona Nemesio Antúnez.
El evento gratuito incluirá charlas, workshops, firmas de libros, dibujo en vivo y otras actividades en las que Sacco compartirá con artistas locales, como Maliki 4 Ojos, Malaimagen y Rodrigo Elgueta.
Entre los trabajos de Joe Sacco destacan también Chechen War, Chechen Women (2006), sobre los refugiados chechenos, o su colaboración en el cómic American Splendor (2003) de Harvey Pekar, llevado al cine por Shari Springer Berman y Robert Pulcini.
"El cómic tiene una fuerza que no tiene ninguna otra forma de reportaje", sostuvo el periodista en 2009. "Sus imágenes repetidas enfocan la realidad de manera más lenta, a veces silenciosa, a veces con bocadillos, y trabajan en la mente del lector que puede elegir su ritmo".