Pocos villanos son tan recordados como el Guasón, un criminal de carácter psicopático que no hace más que reír a la hora de torturar y asesinar a sus víctimas. Si bien, el antagonista de Batman en la conocida Ciudad Gótica se desenvuelve en el ambiente de las películas de superhéroes, su personaje se aproxima sustancialmente a lo que podría ser el papel principal en una película de horror. Tal es el caso de Joker (2019), un filme dirigido por Todd Phillips que acaba de recibir el premio León de Oro en el Festival de Cine de Venecia y que ya se ha posicionado como uno de los favoritos para la ceremonia de los próximos Oscar.
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La cinta relata la historia de Arthur Fleck, un comediante frustrado que se ve sumergido en la locura y que desarrolla una carrera como asesino serial. Aquel contraste entre el humor y la violencia ha sido rescatado por numerosos actores desde el nacimiento del personaje de DC.
Para interpretarlo en sus versiones anteriores, Heath Ledger y Jared Leto tuvieron que someterse a la personalidad del Guasón. Mientras que el primero se distanció por un mes de su familia y amigos, desarrolló insomnio y archivó noticias y fotos de psicópatas reales e imaginarios, el vocalista de 30 Seconds to Mars envió una carta de amor y un paquete con una rata a Margot Robbie, cartuchos con balas para Will Smith, condones usados y un cerdo sin vida con dedicatoria a los partícipes del set. Uno tuvo más éxito que el otro, pero ambos ofrecieron una interpretación propia al villano. Por su parte, Phoenix quiso diferenciarse.
Para el director del film, Todd Phillips —también autor de ¿Qué pasó ayer? (2009)—, solo había una persona capaz de interpretar a esta versión de El Guasón. El guión fue escrito para él. "La meta nunca fue introducir a Joaquin Phoenix al universo de lo cómics. La meta era introducir los cómics en el universo de Joaquin Phoenix", destacó.
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Al principio, Phoenix se negó. Llevaba tiempo prefiriendo el cine de autor por sobre los éxitos de taquilla hollywoodense y ya le habían ofrecido participar en otras películas de superhéroes, pero las había rechazado todas. No era miedo, dice. A Joaquin Phoenix el miedo lo guía y lo impulsa a trabajar más duro. Sus razones eran otras.
"A veces, en estas películas, tenemos estos arquetipos simplistas y reducidos que permiten que la audiencia se distancie del personaje, tal como lo haríamos en la vida real, donde es fácil decir que alguien es malo y decir 'Yo no soy así', afirmó Phoenix en Venecia.
De la misma manera, agregó: "Todos somos culpables. Todos hemos pecado. Entonces, pensé, aquí está esta película y estos personajes, que no serán fáciles para la audiencia. A veces te sentirás conectado con él y lo apoyarás, pero a veces, te causará repulsión. Me gusta la idea de desafiar a los otros y a mí mismo de esa forma. Es raro explorar papeles así para cualquier película, más aún en el género de superhéroes".
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Una de las razones por las que el actor aceptó ponerse en los zapatos de payaso, fue la esencia psicológica de la película. El Guasón no tendría más enemigos que su lucha por encontrar la felicidad y la necesidad de sentir la calidez de ser amado.
Para acercarse al personaje, primero, tuvo que bajar 23 kilos. "Perder tanto peso en tan poco tiempo, impacta psicológicamente", dijo. Después, tuvo que trabajar en su forma de vestir y hablar, además de practicar una risa que —irónicamente— se convirtió en un ejercicio terrible. Le tomó meses de trabajo y pensó que no lo lograría. Al principio practicaba solo, pero después le pidió a Todd Phillips que lo acompañara. "Sentía que tenía que hacerlo perfecto y frente a alguien. Fue muy incómodo", comentó al respecto.
También escribió un diario con los chistes de Arthur Fleck –el fracasado comediante– y leyó un libro de asesinos políticos que desmenuza las distintas personalidades psicopáticas que la medicina ha estudiado. Joaquin Phoenix no quería encasillar al Joker en una, pero descubrió varias de ellas en su papel. "Este es un personaje ficcional, y no quería que un psiquiatra pudiera identificar el tipo de persona que él es. Cuando entras en esa discusión, empiezas a hablar de los problemas que puede tener y yo sentí que teníamos que alejarnos de eso. Queríamos tener el espacio para crear lo que quisiéramos", agregó.
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