Ready to Die de Notorious B.I.G.: el debut del Alfred Hitchcock del rap
Maestro de la rima vívida, Biggie Smalls dejó las esquinas para narrar sus experiencias en un estudio de grabación y marcó la historia con el único disco que alcanzó a editar antes de ser asesinado.
Si bien el hip hop nació en Nueva York, la cuna del movimiento perdió la cima del podio con la explosión de la Costa Oeste. Con su disco The Chronic, el futuro magnate Dr. Dre desequilibró la balanza en 1992 y por un momento la Gran Manzana se vio obligada a ceder el protagonismo hasta que llegaron Wu-Tang Clan y Nas, a fines del 93 y comienzos del 94, respectivamente, para luego rematar la temporada con Ready to Die, que convirtió a Notorious B.I.G. en héroe instantáneo de la ciudad, encargado de restablecer el orden.
El debut de Biggie Smalls es una vitrina que luce la brillantez del MC, un virtuoso de la rima que improvisaba como los dioses y al que pocos vieron alguna vez usando papel y lápiz. El mito urbano dice que nunca repetía los mismos versos, ni siquiera al grabar en el estudio, donde hacía cada toma distinta a la anterior. El video que circula de su juventud, devorándose un beat en una esquina de Brooklyn a los 17 años como un amo y señor del freestyle, hace creer la leyenda.
Dado que el hábitat natural de su autor era la calle, donde aprendió a traficar para subsistir, Ready to Die regurgita sus experiencias lidiando con todos los peligros de la selva de cemento, pero abordados desde la perspectiva de un hombre que de entrada, en "Things done changed", se declara nostálgico por los viejos tiempos, cuando se hacía vida de barrio y las peleas eran a combos y no a balazos: "'¿Qué pasó con los asados de verano en la vereda?/ Cada vez que me doy vuelta, matan a un negro/ Mierda, mi madre tiene cáncer de mamas/ No me preguntes por qué estoy tan estresado, las cosas han cambiado".
Ni siquiera es necesario entender su idioma para absorber las sensaciones de las que habla Notorious B.I.G., tan expresivo con su gruesa voz como certero con las palabras, pero lo cierto es que la sustancia narrativa siempre fue su cualidad número uno, al punto de autodenominarse "el Alfred Hitchcock del rap" y adoptar sus poses ante las cámaras. En un contexto donde Nas escribía cual guionista del gueto y Wu-Tang Clan jugaban a ser actores artemarcialistas, tenía sentido que Biggie asumiera la postura de director.
Sin embargo, como todos sabemos, nadie se construye a sí mismo y ni siquiera el talento asegura el éxito. Ready to Die es un traje confeccionado a la medida para Biggie por algunos de los mejores modistos de la época. La asesoría del productor Easy Mo Bee, silencioso responsable de la agresividad de los cortes más callejeros, así como los consejos de Diddy (Puff Daddy en aquel entonces), orientado a hacer del disco un multiventas, ayudaron a darle matices a la crudeza de un MC que, de haber sido dejado a su propia suerte, nunca hubiese grabado "Big Poppa" o "Juicy", muy comerciales para su gusto.
En contra del mito popular, donde Smalls es un enemigo de la Costa Oeste, Ready to Die contiene guiños a sus colegas del otro lado, como samples de Snoop Dogg y Dr. Dre. Incluso la colaboración de Easy Mo Bee, que al año siguiente trabajó con 2Pac, podría considerarse un rasgo unificador. Como bien relata la serie Hip Hop Evolution en su nueva temporada, disponible en Netflix, el conflicto entre ambas costas nació de malentendidos y fue inflado por los medios. A la altura de su debut, Notorious B.I.G. ya no era un maleante, sino un poeta.
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