A mediados de 2010, Julian Fellowes era conocido en la televisión y el cine británicos como actor, productor y guionista, con la serie Julian Fellowes Investigates: a most mysterious murder y el guión de Gosford Park entre sus créditos. Sin embargo, tras el estreno de su nueva apuesta, en septiembre de ese año por ITV, su nombre pasó a ser sinónimo de calidad televisiva.
Desde su debut en Reino Unido, y unos meses después en Estados Unidos, Downton Abbey se transformó en la serie inglesa del momento, sumando en la emisión de su primer episodio más de nueve millones de espectadores solo en territorio británico. Un número que nunca decrecería y al que se incorporarían audiencias alrededor del planeta, gracias al atrapante relato centrado en la noble familia Crawley, -el Earl de Grantham, Robert, su esposa y sus hijas-, además de su grupo de sirvientes.
Una mezcla de drama, alcurnia e historia -a lo largo de sus seis temporadas, ambientadas entre 1912 y 1926, el relato se cruzó con hechos como el hundimiento del Titanic y La Guerra de Independencia Irlandesa-, que además hizo de sus personajes parte indeleble de la televisión contemporánea y a sus actores nombres frecuentes en las principales premiaciones.
Pero, a pesar de sus vistosos números y efemérides, como la producción con más nominaciones a los Emmy o la serie de época británica más exitosa desde Brideshead revisited (1981), a fines de 2015 Downton Abbey decidió decir adiós.
Sin embargo, tras ejemplos como los de Los archivos X y Sex and the city, la creación de Fellowes decidió retornar como una película, donde se continúa con la historia de los Crawley poco después de los hechos conocidos en su último ciclo. Ésta se ambienta en 1927, cuando la familia recibe en su residencia una carta enviada desde el palacio de Buckingham, donde se les comunica que serán visitados por el Rey Jorge V (Simon Jones) y su esposa, la Reina María (Geraldine James).
Ante esto, la familia y su servidumbre comienzan la frenética preparación para recibir a los reales invitados. Algo que se dificulta ante la disminución en el número de sirvientes, por la Gran Depresión y las secuelas de la Primera Guerra Mundial, ante lo que la familia le pide al retirado mayordomo Carson (Jim Carter) que regrese para ayudar con la organización.
Pero no sólo hay problemas con el manejo de la casa, ya que sus habitantes también enfrentan dilemas. Como Lady Mary (Michelle Docker), quien está pensando en dejar el hogar familiar. O la aparición de Lady Maud Bagshaw (Imelda Staunton), prima del padre de Robert (Hugh Bonneville) y quien tiene una tensa relación con la madre de este último, Violet (Maggie Smith).
En un primer momento, el mismo Fellowes no estaba convencido de llevar su serie al cine, afirmando que: "No creía en la película, porque hay muchas series maravillosas que no tienen una, como Mad men y The good wife". Sin embargo, después de ver el resultado final, le afirmó a la BBC que concretaron un filme donde la gente reconoce la serie que amaban, "haciéndola más cinematográfica".
Lo que ha dicho la crítica
Después de su reciente estreno en Reino Unido -a Chile llegará en diciembre-, las críticas a la cinta han sido buenas, aunque no del nivel que la serie acostumbraba. Para Simran Hans, de The Guardian, es destacable su producción -ambientación, trajes y tomas aéreas de la mansión Crawley-, afirmando que, sin embargo, "hay poco que sugiera que esto haya sido diseñado para la pantalla grande en lugar de como un extendido especial de televisión".
Por su parte, Helen O'Hara, de la revista Empire, aseguró que para los seguidores del programa el debut en salas de cine de su película es un imperdible. "Es un drama suave e inquebrantable para aquellos que ya gustaban de Downton Abbey; que ofrece una representación nostálgica y liviana de una Inglaterra que, seguramente, nunca fue tan inocente".