Hay aspiraciones que tardan en cumplirse y otras que nunca se llegan a materializar, fantasías y anhelos de la adolescencia que se trasladan desde una habitación con afiches hasta un recinto para conciertos masivos. Desde la publicación de Weezer (también llamado Blue Album por los fanáticos), la banda liderada por Rivers Cuomo demoró 25 años en llegar a Santiago, una deuda pendiente que —lejos de desalentar— se mantuvo como objeto de peticiones para las productoras locales.
Tal como decía la programación, Weezer subió al escenario del Movistar Arena a las 21:30, luego de que los nacionales Protistas ofrecieran una apertura de tres cuartos de hora, ante un recinto que aún no completaba la mayoría de sus espacios. Cuando las luces decayeron y sólo quedaba una "W" brillante detrás de la batería, una grabación —extraída de uno de los videoclips dirigidos por Spike Jonze para el grupo— introdujo a los estadounidenses a tocar "Buddy Holly".
A diferencia de la mayoría de los conciertos en Chile, los cuales de por sí suelen asegurar a un público agitado, pareciera que todos los asistentes tenían interiorizadas las letras de las canciones, un fenómeno que se repitió de manera inagotable en cada uno de los 21 títulos que reunió el setlist. Y si bien, la amplia trayectoria de Weezer es irrefutable, la energía que emanan sus integrantes se asemeja más a la de una banda de amigos divirtiéndose que a la de un conjunto de rockstars inalcanzables.
Rivers Cuomo se paseaba de un lado a otro con su guitarra, mientras una horda de cabezas saltaba en ambos sectores de la cancha, al ritmo de los solos apretados de su Gibson SG y los coros de temas como "Beverly Hills" e "(If You're Wondering If I Want You To) I Want You To", el cual finalizó con un saludo en español y la frase "estamos felices de conocerlos", para así continuar con "Surf Wax America" e "Island In The Sun", en la cual dirigió el micrófono hacia adelante para que se escucharan los cantos de las primeras filas.
En enero y marzo del presente año, Weezer publicó dos nuevos álbumes homónimos, el primero (diferenciado como Teal Album) es una recopilación de versiones de otros artistas, dentro de las cuales se encuentran "Sweet Dreams (Are Made of This)" de Eurythmics, "Mr. Blue Sky" de Electric Light Orchestra y "Take On Me" de A-ha. Esta última fue interpretada por los músicos en su debut, frente a una multitud que replicaba la melodía característica con la intensidad de un himno generacional.
A pesar de que en las pantallas de los costados sólo se transmitieron imágenes en directo de los artistas, es conocida la premisa de que los videoclips son uno de los puntos más destacados de la agrupación. En el de "Perfect Situation" —dirigido por Marc Webb— se puede ver a Cuomo como asistente de la vocalista de Weeze, una banda de rock ficticia de la cual él asume como cantante, tras un escape repentino del personaje interpretado por Elisha Cuthbert. Aquel joven que sube tímidamente al escenario, para luego ser aplaudido por el público y adquirir la confianza de una estrella, es el reflejo de la esencia de Weezer, un grupo de nerds que pasó de tocar en clubes estrechos a presentarse en arenas y estadios alrededor del mundo.
Después de "Perfect Situation" y "Holiday", los norteamericanos continuaron con "Happy Together" de The Turtles, el segundo de cuatro temas del Teal Album que se escucharon durante la noche y al cual le sumaron una sección de "Longview" de Green Day como interludio. De esta manera, siguieron con "In The Garage" —una de las canciones que mejor rescata su identidad— y "The End of the Game", en la cual Rivers Cuomo inició su performance con un tapping de guitarra que evidenció su virtuosismo en el instrumento, pero sin llegar a opacar a sus compañeros. Esta última es el primer avance de Van Weezer, su próximo disco de estudio que será publicado en mayo de 2020 y que, evidentemente, tendrá una influencia notoria de la banda de glam y rock pesado.
Luego de que los asistentes no pararan de cantar la melodía principal de "Undone - The Sweater Song" (el primer sencillo promocional del Blue Album), los músicos tocaron "Lithium", como guiño al aniversario de Nevermind (1991) de Nirvana, una de las agrupaciones que afectó directamente en su resultado sonoro. Asimismo, en la misma fecha también se publicó la segunda entrega del grupo, titulada Pinkerton (1996), pero a pesar de ello —y para sorpresa de muchos— sólo incluyeron "El Scorcho" en su setlist, justo después de interpretar "Hash Pipe" y "My Name Is Jonas". Así, tras "Pork and Beans" y "Africa" de Toto, Rivers Cuomo posicionó su SG en la superficie de un parlante, para más tarde retirarse y dar paso a la clásica previa para el encore.
En el transcurso de dos minutos, los integrantes de la banda volvieron al escenario, pero —a diferencia de la primera vez—, en esta se posicionaron todos en la parte central, para así cantar —entre sonrisas y miradas cruzadas— una versión a capela de "Buddy Holly", la cual llevó a los oyentes a un estado más reposado, para después desatar un caos con "Paranoid" de Black Sabbath y finalizar la cita con "Say It Ain't So", uno de sus títulos más populares. De esta manera, Rivers Cuomo y Brian Bell levantaron una bandera chilena que les entregaron desde el público, mientras sus compañeros esbozaban saludos hacia las plateas.