¿Habla en serio Felipe Avello o te toma el pelo todo el rato? Nunca se sabe realmente, a pesar de las inflexiones en su voz que delatan ironías y descreimiento, y otras cuando dice con franqueza cuanto piensa y siente. Lo que no existe entre medio, como a veces ocurre en su gremio, son las frases hechas para generar simpatías, los abanderamientos, apuntar a colegas por el tipo de humor que ejercen, o asumir el rol del comediante bipolar amargo tras las luces. Avello simplemente parece reírse de todo, de todos y de sí mismo, preocupado de garantizar carcajadas y lograr que el público asistente a sus números se vaya con la sensación de una experiencia "especial", como subraya.
Una nota promocional podría decir perfectamente que tras triunfar en el Festival de Viña 2019, el periodista nacido en Concepción hace 45 años ha iniciado la ruta para internacionalizar su nombre. Va a participar del Festival internacional del humor, un programa colombiano de Caracol Televisión con artistas cómicos y de variedades que cumple 25 años, donde se presentó Sergio Freire entre otros humoristas chilenos, mientras en noviembre actuará en Sydney y Melbourne para compatriotas residentes, algo que ya ha hecho en Nueva York y Buenos Aires. El 24 de octubre estrenará Super Miami en el Teatro Nescafé de las artes, una versión recargada de Miami, el espectáculo que ha desarrollado desde marzo y cuya génesis radica en lo que hizo inmediatamente tras debutar con éxito en la Quinta Vergara.
El comediante no se detuvo ni un día después de pasar por el escenario viñamarino porque su sistema de trabajo consiste en seguir en movimiento y perfeccionar el material en directo. Fue así como convirtió un cliché en un chiste. "A los dos días de estar en el Festival seguí actuando y me di cuenta que lo había visto harta gente porque el público sabía la rutina. A propósito de eso empecé a decir que el siguiente paso era internacionalizarme, irme a Miami, en broma, claro. 'Ahora toqué techo y lo que viene es Miami'".
El comediante enumera una lista de chilenos reconocidos asociados a la capital latina de Estados Unidos. Menciona con parsimonia a Cristián de la Fuente, Felipe Viel, Iván Zamorano, Marcelo "Chino" Ríos, Américo, Douglas, Giancarlo Petaccia. "Yo, con ese predicamento, empecé a contar que me quería ir a Miami. Por eso al show le puse así", explica, mientras no sabes exactamente si lo dice en serio o en broma, aunque la opción dos gana en probabilidades.
Transgredir sin trasgredir
Había mucha expectativa y recelo con la participación de Felipe Avello en Viña, básicamente si se iba a salir de madre. En ese sentido el timing del comediante y su rutina del último tiempo junto a las características del evento, coincidieron. "Tenía muy claro que el Festival me era cómodo para lo que estaba haciendo, que era un humor bien familiar, transversal. La gran trasgresión era no ser trasgresor y hacer humor como los grandes referentes que han pasado por Viña. Buscaba eso y quedé súper contento con el resultado, que la gente riera y fuese muy comprendido por todos, no dar espacio a ironías o confusiones. En ese sentido te vas arriesgando a que sea muy simple tal vez. Ese era el desafío y lo ha seguido siendo".
Avello constató el efecto Viña con lo sucedido a Danilo, personaje participante de su rutina en la Quinta Vergara y cuyo rol ha seguido evolucionando desde entonces. En ese sentido, el Festival sigue marcando diferencias con el resto de los eventos veraniegos a lo largo del país y el comediante lo reconoce. "Dos días antes había estado en el festival de Buin y tres días antes en el de Iquique, un escenario que incluso podía ser más difícil porque era en la calle, con el riesgo de que no se escuche bien, no hay tanto control sobre el público, una masa oscura donde no se ven las caras. El Festival de Viña es más contenedor y acogedor. La repercusión que tiene, si, marca la diferencia".
¿Se repetiría el plato en la Ciudad Jardín? "Más adelante", responde.
Dijo "vístima"
Tras el Festival, el comediante participó de Detrás de las risas en Televisión Nacional de Chile. Fue su debut como conductor pero se trataba de un espacio ya estructurado en torno a entrevistar a humoristas y sus rutinas. "Nunca estuvo como idea en la producción del canal que yo hiciera un late o un espacio donde el sello lo da el conductor".
Después de años de exposición catódica, sobre todo sus recordadas intervenciones en el panel del desaparecido SQP, que han dado pie a incontables e hilarantes compilados en YouTube, el sueño del programa propio no le quita el sueño -"hace cinco o diez años quizás"- porque actuar en directo es un asunto prácticamente diario y vital. "Son cinco shows a la semana y busco que cada uno sea súper especial. Todas mis energías las aboco a eso".
Sin embargo Avello dice que a veces le dan ganas que el espectáculo llegue a más gente, no solo a los asistentes a una sala.
Una manera de compensarlo es subir algunos pasajes de sus números a redes sociales, esas mismas redes que le han desencantado y aburrido al punto cerrar hace años su cuenta de Twitter. "La verdad, hacer un programa mayor así requeriría más tiempo y producción. Por ahora me concentro en la experiencia en vivo que para mí realmente es otra cosa y lo que más me gusta".
Un asunto es la televisión abierta y otra Netflix y sus ya tradicionales especiales con humoristas consagrados. Avello revela alguna conversación al respecto "pero nada concreto". Confiesa que le gustaría, si bien reconoce no tener gran afición por ver shows de stand up en la plataforma, aunque en un arrebato de corrección califica de "muy buenos" los especiales disponibles de artistas nacionales.
"Pero reconozco que me río más con videos de YouTube como el de la señora que dijo 'vístima' o cosas así, más simples".