François Jullien: "Lo que amenaza al mundo es la uniformidad del pensamiento"
El filósofo y sinólogo francés se presentará en Chile el miércoles en el Centro de Extensión UC. El autor se refiere a sus últimas publicaciones como Recursos del cristianismo, donde habla de la pérdida de la fe, y polemiza con Michel Houellebecq y Amélie Nothomb. "Desconfío de los novelistas que quieren ser muy conocidos", señala.
Hace cuatro décadas comenzó a producir una obra asociada a China. El filósofo francés François Jullien (68), tras egresar de la Escuela Normal Superior de París, estudió en la Universidad de Pekín y la Universidad de Shanghai, desde mediado de los años 70.
Doctor en estudios de Oriente, su producción abarca más de 40 libros. El primero apareció en 1979, Lu Xun. Écriture et révolution, centrado en la figura y obra de Lu Xun, considerado el padre de la literatura moderna china. Su último trabajo fue editado hace algunos meses. Se llama De l'écart à l'inouï (De la brecha a lo inaudito), donde desarrolla conceptos como "Transformación silenciosa" y "Crecimiento y estancamiento".
François Jullien, quien fue presidente de la Asociación Francesa de Estudios Chinos, recibió en 2010 el Premio Hannah Arendt al pensamiento Político en Alemania. En su obra, Jullien se ha encargado de elaborar reflexiones surgidas de sus experiencias tanto en Europa como en Oriente, sobre todo relacionado con la concepción del tiempo del pensamiento chino.
En esas materias, hay otro filósofo que se ha vuelto popular en la actualidad. Es el pensador surcoreano Byung-Chul Han (La sociedad del cansancio), quien ha tenido diferencias con su par francés autor de reconocidos títulos como Tratado de la eficacia y Filosofía del vivir.
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Libro
Filosofía del vivir,
de François Jullien.[/caption]
François Jullien llegará en los próximos días por primera vez a Chile. El filósofo conversará con Cristián Warnken, en el marco del último Ciclo de Pensamiento Propio 2019, que será el final de la alianza que presenta junto a Escondida I BHP. La cita es el miércoles 2 de octubre, a las 19:30 h. en el Centro de Extensión UC (Alameda 390).
"Había estado en Argentina, Brasil y hace dos años en Colombia. He conocido chilenos en París y varios que escaparon de la dictadura", comenta François Jullien a Culto desde París a pocas horas de viajar por primera vez a Santiago. "Para mí Chile me parece un país muy extraño por su geografía e historia, pero interesante. Voy con un gran deseo de descubrimiento", añade.
Verdad y transformación
-Hace 40 años publicó su primer libro, ¿qué balance hace de su trabajo?
-Yo soy filósofo y por tanto tengo una formación griega. Pero yo opté por dejar un poco de lado el pensamiento griego y elegí estudiar sobre China. Normalmente, nosotros decimos en Europa que somos herederos de los griegos pero ¿cuánto sabemos de esta herencia, de la que no hemos salido? Yo elegí a China porque constituye el lugar más diferente en relación a Europa. Mi trabajo ha sido entorno al pensamiento europeo y chino y así buscar qué parecidos encontramos entre Europa y Oriente, pero no como un modo de comparación, sino con un interés reflexivo. Esto para ver de qué manera, ambas tradiciones, logran reflejarse una en la otra. De esta manera he trabajado con China como un operador teórico y así encontrar un término de filosofía general, donde mi labor es el desplazamiento del pensamiento del ser, en el caso del pensamiento europeo, hacia el pensamiento del otro, tanto cultural como personal. Esto lo digo porque creo que este pensamiento de alteridad es fundamental para el mundo actual y el futuro. Entre estas idas y vueltas, entre Europa y China, yo pude hacer una reflexión sobre la filosofía de la existencia y así llegar a conceptos como "lo inaudito" y "la verdadera vida", siendo lo inaudito mi último libro (De l'écart à l'inouï) y La verdadera vida mi próximo libro.
-¿Qué cosas cree que debería aprender Occidente de la cultura de Oriente?
-Yo creo que el interés en este encuentro entre la filosofía con el pensamiento chino es que la filosofía se tiene que interrogar a sí misma. El pensamiento e idioma europeo ha considerado como una evidencia lo que nosotros llamamos en la época clásica la "luz natural", en otras palabras, la razón. Y esto en otro territorio aparece como algo singular, extraño, interesante, porque no es algo banal. Hay que volver sobre el origen del pensamiento para tratar de reflexionar. Sobre el pensamiento chino lo valorable es el pensamiento del proceso, que yo llamo "Transformación silenciosa", pero también podríamos pensar en la eficacia o en la estética. Ahora, no se le puede pedir prestado algo a otra cultura. Y sobre todo yo no quiero que el pensamiento chino juegue el rol de pensamiento místico o un poco irracional frente a la racionalidad europea. Lo relevante no es elaborar una estrategia de préstamo, sino de producir una reinterrogación y nuevos cuestionamientos.
-Entre sus últimos libros se encuentra Recursos del cristianismo (2018). ¿Cree que las personas en Europa y, particularmente, en Francia son quizá menos creyentes luego de los atentados terroristas de los últimos años?
-No, no es producto de los atentados, el asunto sobre el alejamiento de la fe se arrastra desde el siglo XVIII. Mi libro Recursos del cristianismo tiene un subtítulo y es Pero sin entrar por la fe. Porque el problema en Europa no es solamente que exista menos fe que antes, es que los europeos ya no saben qué es el cristianismo, es un asunto para ellos complicado, molesto. Sobre todo molesta a la promoción histórica y política de Europa. La gran oposición tradicional, entre creer y no creer, para mí es una postura obsoleta. Esto no quiere decir que vamos a encontrar una nueva religión a título cultural, sino que debemos pensar en términos de recursos: el famoso recurso del pensamiento cristiano en relación al pensamiento griego. Yo he leído para este libro, en griego, el Evangelio de San Juan. Se trata de pensar cuáles son los recursos que existen hoy día, que puede entregar el cristianismo, sin pasar por la obligación de la fe.
-¿Ha leído Sed, la nueva novela de Amélie Nothomb, donde Jesucristo habla en primera persona?
-No la he leído y no leo nada de Amélie Nothomb. Desconfío de los novelistas conocidos y que quieren ser muy conocidos y sobre todo los que son difundidos por los medios de comunicación.
-¿Y le interesa la obra de Michel Houellebecq?
-Lo conozco solo de nombre. Pero la verdad que yo desconfío de estas grandes operaciones financieras, que tienen un efecto de mercado del libro. Me resisto frente a la idea de que un libro sea un producto cultural que tenga que ir acompañado de un golpe editorial. Desconfío de esta gente y de esos libros que temo se conviertan en mercadería. Esto porque de seguro hay muchos otros libros, seguramente, que no son tan vendidos, pero que son relevantes para el pensamiento. La literatura francesa contemporánea no se reduce a Houellebecq ni a Nothomb, quienes son parte de argumentos cada vez más repetitivos, que solo se relacionan con las expectativas y gustos del público en general, sin una verdadera capacidad de invención.
-¿Qué opina de la obra de Byung-Chul Han?
-¡Nooo, por favor, no me pregunten sobre lo que yo pienso de los otros! No me interesa. No iré a Chile a eso. Iré a Chile para tratar de hablar de un pensamiento singular que es el mío. Y no quiero que entremos en comparaciones que son más o menos arbitrarias.
-¿Qué nos intimida hoy como sociedad?
-Lo que verdaderamente nos amenaza hoy, en Chile como en Francia, o sea, en todo el mundo, es la uniformidad del pensamiento, su estandarización, que está bajo los efectos del mercado mundial. En esta dimensión del pensamiento del otro y del pensamiento de la existencia, se encuentra una resistencia contra la estandarización del pensamiento y la globalización que invade al mundo.
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El filósofo y sinólogo francés François Jullien.[/caption]
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