Cinco cuentos extraordinarios de Lorrie Moore (y algo más)
Este martes 1 de octubre, la escritora norteamericana Lorrie Moore se presentará en dos actividades de Filba Santiago. Acá elegimos algunos de sus textos imprescindibles, esos que han llevado a catalogarla como una de las mejores narradoras de la actualidad.
Entre 1999 y 2001 se tradujeron, en Argentina, los tres primeros libros de cuentos de Lorrie Moore (1957) —Autoayuda, Como la vida y Es más de lo que puedo decir de cierta gente— que le bastaron para ser catalogada como la mejor cuentista de su generación —compuesta por escritores como Foster Wallace y Jonathan Franzen— y una de las más geniales de la literatura norteamericana reciente.
https://culto.latercera.com/2019/06/30/mo-yan-moore-coetzee-chile/
Esos cuentos circularon por distintas librerías chilenas y hoy son prácticamente inencontrables. Pero siguen siendo la muestra más contundente de que cualquier adjetivo hiperbólico y entusiasta acerca de su escritura nunca es realmente suficiente para describirla. No. El talento descomunal de Lorrie Moore a la hora de escribir cuentos, de construir historias breves con ese tono, ese humor y ese dominio del lenguaje que deslumbra en sus relatos es algo difícil de explicar. Por eso es mejor leerla. Aprovechando su primera visita a Chile, en el marco de Filba Santiago, donde participará este martes 1 de octubre en dos actividades en la Biblioteca Nicanor Parra de la UDP: a las 11:30 se presentará en la Cátedra en Homenaje a Roberto Bolaño, y a las 19.30 leerá, junto a Alejandra Costamagna, pasajes de su novela ¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? —que acaba de reeditar Eterna Cadencia—, digo, aprovechando este viaje y esta contingencia y esta posibilidad única de poder ir a escucharla —algo que no sucede mucho, pues viaja muy poco fuera de Estados Unidos—, entonces lo mejor quizá sea leerla a ella para comprobar que esa frase de que es "la mejor cuentista estadounidense viva" no es una exageración. Así que aquí seleccionamos cinco cuentos extraordinarios y un ensayo de su último libro —todos, desperdigados por la web— para descubrir el mundo de una escritora genial, a quien todos debieran estar leyendo.
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Cómo convertirse en escritora
Este cuento aparece en Autoayuda (1985), su primer libro, y empieza así: "Primero intenta ser algo, cualquier otra cosa. Estrella de cine / astronauta. Estrella de cine / misionera. Estrella de cine / maestra jardinera. Presidente del Mundo. Fracasa horriblemente. Es mejor si fracasas a una edad temprana, por ejemplo, a los catorce. Una desilusión temprana, crítica, para que a los quince puedas escribir largas oraciones en forma de haiku sobre los deseos frustrados. Es un estanque, un cerezo en flor, un viento peinando las alas del gorrión rumbo a la montaña. Cuenta las sílabas. Muéstraselo a tu mamá. Ella es dura y práctica".
Lo que sigue es un relato delirante y divertidísimo en el que Moore se ríe de todos los lugares comunes que giran en torno a la idea de "ser escritor" y los talleres literarios. Es increíble pensar que en ese entonces era una veinteañera y ya tenía una lucidez deslumbrante. Su ironía es la muestra perfecta de eso. Y el cuento funciona, también, como una suerte de poética: su literatura estaría siempre muy alejada de los lugares comunes y muy cerca de una libertad estética admirable.
Además, usted es fea
Se publicó originalmente en el New Yorker, en julio de 1989, y luego sería parte de su segundo libro de cuentos, Como la vida (1990), donde se convertiría en uno de sus relatos más elogiados. Y sí, aquí está Lorrie Moore en estado puro: la vida de una profesora de Historia que hace clases en la universidad de un pueblo llamado París, en el Medio Oeste. Una mujer solitaria con un sentido del humor desconcertante, pero que le saca a los lectores más de una carcajada a lo largo de este relato de casi treinta páginas. No ocurren muchas cosas en esta historia, pero resulta fascinante por la forma en que la cuenta Lorrie Moore, el narrador que elige para indagar en la vida de esta extrañísima mujer que odia vivir donde vive y que acepta ir a pasar la fiesta de Halloween en el departamento de su hermana, en Nueva York. Allí, en medio de muchas personas disfrazadas de duendes y brujas sensuales, conocerá un tipo, vestido de mujer, con el que hablarán del amor. Y todo saldrá mal, o quizá no tan mal. Y en medio de chistes y carcajadas, después de reírse con la vida imposible de esta mujer, uno sentirá que todo es un poco desolador. O devastador. Y eso pasa con este cuento y con todo lo que escribe Lorrie Moore.
Como la vida
En 2001, Richard Ford publicaba Antología del cuento norteamericano, una ambiciosa compilación de más de mil páginas en la que seleccionó 65 relatos escritos entre 1820 y 1999. El libro empieza con un clásico como es "Rip van Winkle", de Washington Irving, atraviesa el siglo XX con figuras ineludibles de esa tradición como son Fitzgerald, Hemingway, Flannery O'Connor, Cheever, Carver y termina con Lorrie Moore.
El cuento que cierra esa antología es "Como la vida", y quizá para muchos lectores en castellano fue el primer cuento que leyeron de Lorrie Moore, cuando se tradujo la antología en 2002. Y lo cierto es que no sé si sea la mejor forma de entrar al universo de Lorrie Moore, pues es un relato bastante particular dentro de su obra, aunque no por eso deja de ser un cuento extraordinario. Aquí no hay un humor punzante ni un matrimonio a punto de romperse ni una protagonista delirante, aunque quizá sí, quizá está todo eso pero en un Nueva York distópico, que envuelve al relato en una atmósfera oscura y asfixiante. Es un futuro que, curiosamente, se parece muchísimo a nuestro presente. O que indaga en muchas de las pesadillas que hoy nos siguen aterrando. Es uno de los relatos más ambiciosos de Lorrie Moore. Y que permite apreciar, por supuesto, todas sus virtudes: "A veces, el matrimonio parecía como un santo, guillotinado y sin embargo, capaz de caminar kilómetros por la ciudad, con la cabeza en la mano. Ella pensaba muchas veces en todo el departamento en llamas. ¿Qué se llevaría con ella? ¿Qué pocas cosas tomaría entre los brazos para llevarse a su nueva vida?".
Esta gente es la única clase de gente que hay aquí: balbuceo canónico
Este es uno de los cuentos más terribles que ha escrito Lorrie Moore, y en cuyo primer párrafo se lee: "Comienzo: la Madre encuentra un coágulo de sangre en el pañal del Bebé. ¿Qué es esta historia? ¿Quién lo puso aquí? Es grande y brillante como una estría rota de color caqui".
A partir de ese momento, los padres del Bebé se enterarán de que tiene cáncer y que deben extirparle un riñón. Y el cuento es el viaje por ese infierno que es la enfermedad, el hospital, la muerte. Es impresionante cómo Moore consigue avanzar por esta historia devastadora sin caer nunca en el sentimentalismo. Se narra con una distancia admirable y que produce en el lector, por supuesto, uno efecto más terrible. ¿Cómo se narra el dolor y el sufrimiento? Aquí, Lorrie Moore da una cátedra de cómo hacerlo.
Es uno de los mejores cuentos del que es, sin duda, su libro más celebrado: Es más de lo que puedo decir de cierta gente (1998).
Gracias por la compañía
Tuvieron que pasar más de 15 años para volver a leer un libro de cuentos de Lorrie Moore. Y la espera, por suerte, valió la pena. Gracias por la compañía apareció en 2014 y recibió críticas dispares. Sin embargo, todos coinciden en que hay al menos un par de cuentos geniales en el libro, y uno de eso es el que le da título al libro en español.
Una historia que transcurre, mayormente, en una fiesta de matrimonio alucinante y desquiciada. Lo único que podemos adelantar es que de pronto aparecen unos motoqueros que quieren detener la ceremonia y todo se vuelve hermosamente absurdo.
Aunque lo más importante, como casi siempre en los cuentos de Moore, son las protagonistas, una madre y una hija, que parecen vivir en un mundo paralelo a la realidad.
Una de las cosas más fascinantes de los relatos de Moore es la construcción de esas distintas mujeres que protagonizan sus historias. Son personajes que miran el mundo desde un lugar que siempre parece estar desacomodado. Hay una fisura, una grieta, que conforma sus vidas y sus miradas, y Moore trabaja desde ahí cada relato. Todo es muy absurdo, pero también todo es muy real. Y eso se puede apreciar en los ocho cuentos que conforman este libro, que es uno de los pocos que se puede conseguir en librerías chilenas, pues lo publicó Seix Barral en 2015.
Sobre escribir
Eterna Cadencia acaba de publicar en Argentina el último libro de Lorrie Moore, A ver qué se puede hacer, una recopilación de sus ensayos, reseñas y crónicas. Un libro que nos permite descubrir otra faceta de Moore, quien viene escribiendo en prensa desde los 80, reseñando libros, pero también películas y series.
Todo el talento que tiene Moore para narrar, aquí se mezcla además con su inteligencia, entonces escribe textos memorables sobre autores como Alice Munro, Richard Ford y Miranda July, y reseña de manera genial películas y series como Titanic, The Wire y True detective.
Pero me quiero detener en un ensayo titulado "Sobre escribir", que empieza así: "Hace poco recibí una carta de un conocido en la que me decía: 'A propósito, he estado siguiendo y disfrutando tu trabajo. Está mejorando: se vuelve cada vez más profundo y más enfermo'".
Como es una carta manuscrita, Lorrie Moore no sabe si la palabra enfermo es realmente la palabra enfermo, pues la desconcierta el adjetivo. Sin embargo, a partir de esa confusión escribe este genial en el que comparte una serie de experiencias acerca de lo que ha significado para ella el ejercicio de la escritura y de la lectura. En poco más de diez páginas, Moore despliega una cantidad asombrosa de ideas que dan ganas de subrayar y que denotan una comprensión de la escritura como una artesanía, como un trabajo que implica muchísima dedicación y muchísima delicadeza. Por ejemplo: "Se debe arrojar todo lo que se es al lenguaje, como un árbol de Navidad arrojado a una piscina. Se debe escuchar y avanzar, oración por oración, oyendo lo que sigue en la propia historia: y eso puede ser un poco enloquecedor".
O cuando dice: "Mejor pensar en la escritura, en lo que uno hace, la escritura, como una actividad antes que como una identidad. Yo escribo, nosotros escribimos; mantener la vocación como un verbo antes que como un sustantivo; mantenerse trabajando en la cosa, todo el tiempo, en todos los lugares, de modo que tu vida no se vuelva una pose, una pornografía de deseos".
https://culto.latercera.com/2019/08/17/lorrie-moore-arte-del-cuento/
Aunque quizá uno de los momentos más bellos del ensayo es cuando Lorrie Moore piensa en las lecturas que la formaron y en las complicidades: "Los libros de mujeres eran como grandes amigas, un alivio. Aparecían en el jardín de adelante y saludaban con la mano. Para llegar a los libros de hombres, había que caminar una cierta distancia, recorrer un trayecto, aunque como lectoras, las chicas, estábamos bien entrenadas para la caminata y no aprendimos a estar molestas y sentir recelo hasta más tarde. Un libro escrito por una mujer, un libro que empezó cerca, en el pórtico del corazón, era un regalo, una alegría, y finalmente, pienso que esa es la razón por la que las mujeres que se transformaron en escritoras lo hicieron: para crear más libros en el mundo escritos por mujeres, para darse a sí mismas más cosas para leer".
Lorrie Moore escribe este ensayo en 1994, muchísimos años antes de todas las reivindicaciones de género que se han planteado en este último tiempo. Y esas mismas reflexiones están desplegadas en sus novelas y cuentos con fuerza e inteligencia. Por eso leerla hoy día se vuelve tan necesario y urgente. Es una voz absolutamente contemporánea y genial.
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