Es un drama adolescente distinto que tiene mucho de lo común y también de lo diferente. Sam tiene los mismos problemas que tienen las personas a su edad: se pelea con sus amigos, tiene que decidir sobre su futuro y lidiar con las presiones de sus padres, pero también tiene que pasar por todo eso en un mundo que no lo entiende. Suena cliché, pero no lo es: Sam está en el espectro autista.
Cuando Atypical empezó, Sam anunciaba que su terapetuta le había ayudado a tomar la decisión de salir a buscar el amor. Fue algo inesperado y sorpresivo, pero todos tuvieron que aceptar que ya no era un niño, y de a poco pudo hacerse más independiente.
Sam es el foco de la historia, pero no está solo. Su familia es el nido que lo protege de los peligros del mundo y las dificultades del día a día a las que tiene que enfrentarse, pero todo lo que le pasa a él, también afecta a quienes lo rodean.
Elsa, su madre aún no estaba preparada para dejarlo solo, pero sabía que ya era tiempo. Además, por primera vez, tiene la oportunidad de retomar su vida personal. Su padre, que siempre ha tenido un rol más bien pasivo, se esfuerza por reconstruir un vínculo y la hermana, tiene que conciliar las ganas de proteger a su hermano mayor con las de ayudarlo a que aprenda a defenderse solo.
La tercera temporada, que se estrenará la medianoche del primero de noviembre, mostrará a Sam yendo a la universidad, viviendo separado de sus padres, estudiando diseño y rodeado de gente que no lo conoce que muy probablemente, en un principio no sepa cómo tratarlo. Su hermana, por otra parte, sigue en el colegio, aún confundida por los sentimientos que tiene por su novia, pero también por su mejor amiga.