Cuando llegó a Santiago a inicios de los 90, comenzó a viajar solo a Coquimbo. Al principio en bus y luego en auto, Cristian Cuturrufo (1972) recorría en solitario la carretera norte rumbo a su ciudad natal. Más allá del kilómetro 300, en torno a la quebrada Socos, la naturaleza árida, las colinas marrones y los juegos de luz y sombras que se forman sobre ellas lo invitaban a ensimismarse. "Ese paisaje de secano costero, la nubosidad, es como una ventana. En primavera al atardecer se puede ver el sol por un lado y la luna por otro, ¡es increíble! Eso siempre me pegó fuerte y me provocaba un estado reflexivo", cuenta el trompetista más reconocido del jazz local.
Una fotografía de ese paisaje ilustra ahora su nuevo disco, el primero de su catálogo en formato vinilo. El título del álbum transporta a ese sitio: Socos, y responde a uno de los temas. "Me inspiré en ese espacio. Hice un tema soul, onda Miles Davis años 65-70; ese sonido me encanta", dice.
De ritmo pausado y atmósfera sensual y ligeramente vintage, Socos encabeza un álbum que recorre la trayectoria de Cuturrufo, uno de los líderes de la escena en el país. El lado A del disco lo completa Coquinmambo, un jazz de resonancias latinas que contó con la participación de Parquímetro Briceño, el popular trombonista fallecido en 2018. "Logré atrapar a mi querido Parquímetro y ahora está vivo ahí", dice.
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Cuturrufo junto al trombonista Héctor "Parquímetro" Briceño, fallecido en mayo pasado. Crédito foto: Leo Vidal (Instagram @vidalvaras)[/caption]
La cara B abre con Cacharrito, tema originalmente de rockabilly compuesto por su padre en la banda Los Mascott y traspasado al ritmo bop; Porcinology, composición propia que hace un guiño a Ornitology de Charlie Parker, y cierra Indiana, nueva versión de un clásico de los 30.
Anfitrión de Jazz Corner en Barrio Italia y productor del Festival de Jazz de Las Condes, en el viaje que propone el disco Cuturrufo es acompañado por un selecto grupo músicos, entre ellos Christian Gálvez, Federico Danneman, Jorge Díaz, Marco Aldana, Alejandro Espinoza, Pancho Molina y el mencionado Parquímetro Briceño.
"De la familia Cuturrufo, el único que tuvo vinilo fue mi padre (Wilson). Por ahí hay unos discos donde está la versión original del Cacharrito", cuenta. La edición de Socos responde a motivos musicales y también emotivos: "Es algo personal; empecé escuchando a Duke Ellington en vinilo y yo también quería escuchar mis temas con la agujita, gggg. Ese sonido antiguo no tiene comparación".
Socos tuvo su primera presentación el fin de semana pasado en La Serena, la ciudad donde Cuturrufo se formó como trompetista e integró la Orquesta Sinfónica Juvenil. Mañana jueves dará una charla teórica musical en el contexto de las Noches Nerd, en el teatro IF del Barrio Italia: De Miles Davis a Socos se titula su intervención y en ella presentará sus temas y mostrará su evolución estilística (ver nochesnerd.com). El viernes, Cuturrufo ofrecerá un concierto de lanzamiento en su casa, Jazz Corner.
Con el ábum en sus manos, el músico se muestra entusiasta con el resultado. Grabado y masterizado en el estudio de Jimmy Frazier, Socos fue confeccionado en Factory Vinilos, una fábrica sueca que ha editado remasterizaciones de Abba y Miles Davis, entre otros artistas.
¿Cómo describiría el disco?
Honestamente, creo que es un patrimonio para el jazz chileno, por la sonoridad que tiene, por quienes grabaron conmigo, y por el nivel de sensibilidad y riqueza musical que lograron los músicos que tocaron ahí. Yo creo que hay músicos que nunca tocaron de la misma forma como en este disco.
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Cuturrufo es dueño del Jazz Corner, en Barrio Italia. Crédito foto: Leo Vidal (Instagram @vidalvaras)[/caption]
¿Por qué?
Por choreza, jajaja. Excepto Socos, la mayoría de los temas se grabaron a la primera toma. El nivel es maravilloso.
Pirata
Hincha de los piratas de Coquimbo, Cuturrufo es un músico de raíces populares con formación clásica y enamorado del jazz. Miembro de una tribu musical de la IV Región, estudiaba en la Escuela de Música de La Serena cuando descubrió el género: "Ricardo Aguilera, que hoy es cornista de la Sinfónica, ese huevón llegó con un casette Maxwell y me dijo te lo regalo. ¿Qué es esto?, le dije. Chick Corea, Return to forever. Wow".
Debutó en el Club de Jazz de Santiago a inicios de los 90, cuando estudiaba música en el Campus Oriente de la UC. Más tarde partió con una beca a La Habana donde se nutrió de los ritmos afrocubanos. De este modo, en su música cruza géneros y adapta el sonido de Nueva York al lenguaje latino y chileno.
En 2015, después de su presentación en el Municipal de Santiago, Wynton Marsalis llegó hasta Jazz Corner y armó un diálogo de trompetas con Cuturrufo. Al año siguiente, el músico chileno llevó sus temas con sabor criollo al célebre club Blue Note en Nueva York.
¿Qué le heredaron Coquimbo y La Serena a su música?
Coquimbo, el estilo, porque yo soy un músico criado en el ámbito autodidacta, popular, y formal también, por mi padre. Y soy fan y amigo de los Viking 5, con los que he grabado además; del grupo Los Mena, que es la banda municipal y tocan mambo, bolero, chachachá. Coquimbo es un átomo popular maravilloso. Yo no soy jazzista, yo soy un músico que toca cosas de jazz.
¿No es jazzista?
A mí me gusta la cumbia, el bolero, el chachachá. Todos se juegan por ser jazzistas, yo digo preocúpense de ser buenos músicos para tocar de todo. Yo vengo de la música popular, y me formé en lo clásico en la Escuela de Música Jorge Peña Hen de La Serena. Tengo esa formación. Como dicen en el VAR (dibuja un cuadrado imaginario con los dedos), en esta esquina Coquimbo, música popular, quiltro, música criolla, gente popular; acá La Serena, más fome, más ordenadito, música clásica.
¿Santiago?
Todo pasando, jajaja.
¿En Socos converge todo eso?
Convergen muchas cosas, mi experiencia, mi alma de pescador y de camionero. Mi abuelo tenía panadería y viajaba en camiones al norte. Yo tuve mucho de eso en mi etapa de libertad, viajaba mucho solo a Coquimbo, y me iba solo en el auto, y en el sector de Socos me conectaba conmigo y con las melodías que tenía en la cabeza.
Este fin de semana, Cuturrufo emprenderá una gira que lo llevará al norte y al sur del país, a San Pedro de Atacama, Pucón y Puerto Varas, entre otros sitios. Es parte, dice, de su espíritu descentralizador.
"Yo he recorrido Chile tocando", dice. Carismático, cuenta que tiene un método infalible para sus presentaciones: "Donde voy hago lo mismo: toco, veo a la gente y veo qué repertorio hago. Y esa técnica me la enseñó Daniel Lencina. El me decía: 'Mirá, vos tenés que salir y mirar; si veís 40 cabezas blancas, tocáles swiiing, tocáles Armstrong; si veís una gallá más joven, tocá Herbie Hancock, y si veís de todo, tocá la huevá que querái', jajaja… Yo igual tengo proyectos cabezones, como El Chilean Project. A veces me gusta tocar Lee Morgan, me gusta sonar rico, hacer bop, hard bop, pero tenís que comunicarte con la gente", concluye.
El álbum Socos se puede reservar y ordenar en el correo contacto@cristiancuturrufo.com