Las denuncias en contra de Harvey Weinstein no se explican sin el rol que jugó el periodista Ronan Farrow y sus artículos en The New Yorker. El 10 de octubre de 2017, su primera publicación reveló que el productor de Hollywood había abusado sexualmente de trece mujeres y que había violado a tres, en adición a lo inicialmente publicado por The New York Times cinco días antes. Otros testimonios aparecieron posteriormente, iniciando uno de los periodos más intensos de la industria, con la caída de Weinstein, la publicación de otros casos similares y el nacimiento del movimiento MeToo.
A dos años de reveladas las más de 80 acusaciones, Farrow vuelve a remecer a Hollywood y el mundo del cine y televisión. De manera similar a She said (de las periodistas Jodi Kantor y Megan Twohey), el motivo es el lanzamiento de su libro Catch and kill, al que dio forma con más de 200 testimonios y donde revela su investigación del caso Weinstein y la arista que implica al canal NBC, medio donde en un comienzo iba a publicar los reportajes. El periodista –también conocido por ser hijo de Mia Farrow y Woody Allen– se adentra en las tácticas que habría empleado el productor de cine para bloquear su trabajo, que daría a conocer por primera vez su comportamiento con actrices y ex trabajadoras de sus empresas.
A la espera de la publicación del libro –este 15 de octubre en EE.UU.–, medios como The Hollywood Reporter accedieron al material. Allí se cuenta que los intentos de Weinstein habrían ido desde los ejecutivos de NBC a Hillary Clinton y el mismo Woody Allen, al que habría pedido consejos sobre cómo abordar a Farrow. "Dios, lo siento mucho. Buena suerte", habría dicho el cineasta, con quien no mantiene relación desde el quiebre familiar que vivió el matrimonio de sus padres por los presuntos abusos del director.
Además, según revela en Catch and kill, Weinstein –demócrata y hasta entonces activo recaudador de fondos del partido– habría aprovechado su buena relación con Hillary Clinton para ejercer presión sobre la investigación. Farrow cuenta que fue contactado por el publicista de Clinton, quien le habría transmitido que "la gran historia" que estaba construyendo era "una preocupación para nosotros".
Donde el libro añade la mayor parte de nuevos antecedentes es sobre el rol de NBC, cadena de la que el periodista era colaborador. En específico, Farrow apunta a cómo el productor habría usado a su favor las denuncias en contra del conductor de noticias del canal Matt Lauer, quien fue despedido en noviembre de 2017 por varios casos de abuso y acoso sexual con empleadas de la compañía. Incluso el libro da a conocer nuevos testimonios en contra del ex presentador del exitoso programa Today; una revelación que provocó que Lauer se pronunciara hoy, negando los hechos.
De acuerdo a lo que detalla el libro, a semanas de que salieran las publicaciones que lo tenían al centro, "Weinstein le hizo saber al canal que estaba al tanto del comportamiento de Lauer y que era capaz de revelarlo". Además, el mismo productor se habría reunido con los máximos ejecutivos de la cadena, recurriendo a la amistad que lo unía con algunos de ellos e incluso ofreciendo realizar acuerdos comerciales con su compañía The Weinstein Company. En ese sentido, Weinstein habría presentado al vicepresidente de NBCUniversal, Ron Meyer, una oferta para lanzamientos en formato físico y Video on Demand del contenido de su compañía. Meyer le habría dejado un mensaje al productor en septiembre de 2017 que señalaba: "Espero que estemos juntos en el negocio".
El canal sostiene que a mediados agosto de ese año Farrow había dejado de trabajar en la historia para ellos y que había llegado a acuerdo con The New Yorker para publicarla, aunque tenía contrato hasta octubre. El reportero, por su lado, señala que se conversó la posibilidad de realizar una publicación posterior en el canal.
El libro detalla que en septiembre los ejecutivos le aseguraron a Weinstein que ya no estaba trabajando en la historia para NBC. Una vez que eso ocurrió, se indica, el productor habría estado "extasiado, alardeando en sus oficinas de que también lograría bajar el rumoreado artículo de The New York Times: 'Si puedo conseguir que un canal cancele un reportaje, ¿qué tan difícil puede ser un periódico?'".
Perseguido por agentes secretos
Además de su primera entrevista sobre el libro, Farrow publicó un adelanto de este en The New Yorker, donde profundiza en cómo Weinstein contrató un equipo de detectives privados que lo espió en su casa y lo persiguió a su trabajo. Enterado de las denuncias que se estaban levantando, el productor contrató al Black Cube, una agencia de inteligencia privada israelí con miembros del Mossad. Ante el asedio, que sumó la intercepción de su celular y redes sociales, el periodista cuenta que debió cambiarse de domicilio en Nueva York. La primera entrega de tres –titulada The Black Cube chronicles: The private investigators– salió este lunes en The New Yorker y es parte de lo que profundiza en Catch and kill.