"Para serle sincero, no he visto la serie. Fíjese no más, que es algo curioso", dice al teléfono Nano Berrelleza, co fundador junto a su primo Gabriel de los Cuates de Sinaloa. "Recién mi esposa me estaba comentando 'vamos a ver la serie'. Bueno, 'ya es hora de que la miremos' le digo yo (risas)".
Cuando a los Cuates de Sinaloa les ofrecieron participar en el séptimo episodio de la segunda temporada de Breaking Bad, no tenían idea en qué se estaban metiendo. El ahora legendario capítulo, comienza con un videoclip de la agrupación interpretando el narcocorrido "Negro y azul: la balada de Heisenberg". Uno de los momentos más atesorados por los fans.
"Nosotros ni sabíamos lo que estábamos haciendo (risas). Sabíamos que estábamos trabajando para una serie americana y que recién se estaba filmando todo, no se sabía qué tan grande iba a ser el éxito de la serie, no lo sabíamos nosotros ni los productores ni ningún actor. Entonces nos llevamos una sorpresa todos", cuenta Nano.
"En ese entonces, estábamos trabajando para la compañía Sony Music, la compañía del señor Tommy Mottola —esposo de Thalía. Y tenemos un amigazo de Monterrey que es Pepe Garza, un señor muy reconocido en la industria y que ha apoyado a muchos artistas, pero uno de sus favoritos somos los Cuates de Sinaloa", añade.
Soy el que golpea
Según cuenta Nano, la gente de producción se comunicó con ellos gracias a Pepe Garza, que hizo de puente en un gesto de apoyo a su música, y así recibieron la invitación. "Fue gracias a la compañía, pero mucho más gracias al señor Pepe Garza", dice.
Luego sigue: "Nosotros somos compositores, hacemos corridos con mi primo Gabriel, pero esta canción la hizo el señor Pepe Garza y creo que notó que era una letra que le quedaba a la perfección a los Cuates de Sinaloa. Aparte de gustarle la música, ese fue el secreto, que notó que era una letra que le quedaba al grupo".
La grabación del narcocorrido se realizó en Los Angeles, California, y el segmento donde aparecen en el capítulo, en Albuquerque, Nuevo México —por supuesto. "Los narcocorridos son historias del pueblo. La gente tiene sus historia y únicamente uno hace los versos, la tonada y le ponemos música. Y a la gente le encantan las historias contadas de esta forma. Les llamo yo 'noticias musicalizadas'", comenta.
El impacto mundial de la serie trajo consigo el éxito también para los Cuates, algo tan sorpresivo como merecido. "A nosotros desde muy niños nos ha gustado trabajar todos los días, cada noche, cada semana, cada año, entonces como siempre hemos andado en el camino de la música, que es lo que nos gusta hacer. Nosotros sentimos mucha emoción, sentimos que nos habíamos ganado la lotería sin comprar un boleto (risas)".
Nano cuenta que la gente comenzó a identificarlos cuando subían a un avión rumbo a un trabajo. "Miraban al grupito de mexicanos. Antes no sabían que éramos un grupo musical y después nos saludaban y se tomaban fotos con nosotros. Hemos tocado en fiestas, incluso en fiestas 100% americanas donde no entienden nada de español pero gracias a la serie nos han contratado (risas). Hemos estado en Nueva York, Miami, Los Angeles, San José. En las fiestas americanas ponen una taquería solo para nosotros porque somos mexicanos".
Gracias al impacto de "Negro y azul" y de Breaking Bad —que rápidamente pasó a ser considerada tanto por la crítica como por el público como una de las mejores series de televisión de todos los tiempos—, Los Cuates de Sinaloa también llegaron a participar en otros proyectos, incluyendo La Reina Del Sur —la telenovela más cara producida por Telemundo—, basada en la novela de Arturo Pérez-Reverte y fueron invitados al programa de Conan O'Brien.
Di mi nombre
"Venimos de un ranchito muy humilde donde no hay luz y donde se sufre por todo, que se llama La Vainilla, en Sinaloa, México. Desde que teníamos uso de razón, desde los 4 o 5 años, cuando estábamos en la escuela, que hemos cantado. Entonces, en el rancho de nosotros la mayoría saben cantar y hacer música. Y nosotros empezamos a tomar las guitarras en 1996, cantando para familiares, amigos, en los cumpleaños, y cosas así", relata Nano. Fue el 3 de febrero de 1997 que adoptaron el nombre de Los Cuates de Sinaloa, y en 1998 un cliente que les daba trabajo en su región les invitó a Estados Unidos.
Pero no fue un viaje fácil. "Nos vinimos con él, teníamos 14 años, y nos vinimos llorando porque nunca habíamos salido tan lejos. Primero en el autobús, el camión, y luego corriendo por el desierto. Después en la cajuela del auto nosotros dos con mi primo Gabriel, además de otro de la misma edad de nosotros y el señor que nos invitó. Éramos cuatro y el chofer que nos trajo a Phoenix, Arizona. Llegamos y estuvimos durmiendo en las banquetas, sin conocer a nadie, no teníamos dónde dormir ni qué comer, pedíamos para comer, comíamos mal, y estuvimos casi un mes sufriendo en la calle 100%", recuerda.
Respecto a las políticas actuales de Trump respecto a la inmigración, reflexiona: "Es algo que no debería de ser, pues somos seres humanos y la tierra es para todos. Nosotros lo hemos vivido en carne propia, también uno que otro americano nos ha faltado el respeto en los aviones. Yo me he peleado, de hecho, con dos o tres porque piensan que no tenemos documentos. Pensamos que está mal, y creo que lo que tenemos que hacer es poco a poco mostrarles que los latinos somos gente que nos portamos bien, que somos gente que nos gusta trabajar. Vamos a defender a los que podamos con mucho amor y con mucho respeto".
Los Cuates de Sinaloa llevan ya 21 años de carrera, y hoy se encuentran muy agradecidos "de Dios y de la gente que nos ha apoyado". Una de esas personas, según Nano, también es Don Francisco. "Él es muy amigo mío. Cuando tenía el programa Sábados Gigantes nosotros estuvimos mucho tiempo saliendo ahí, en muchos programas y comiendo con él, es muy amigo de nosotros. Estuvimos con él en el 2006, 2007, 2008. Íbamos normalmente al programa".
Después de dos décadas hay mucho que contar. No en vano la épica travesía de los Cuates tiene su propia canción. "Un amigo nos hizo un corrido y cantó nuestra historia", dicen. Say their name.