Manuela Viera-Gallo (1977) tenía 27 años cuando decidió emigrar a EEUU, para probar suerte en Nueva York como artista. La idea era quedarse seis meses, pero ya lleva 15 años. Su vida como migrante eso sí es anterior: hija del ex ministro José Antonio Viera-Gallo, Manuela nació en Roma, mientras su familia estaba en el exilio. "La inmigración y lo femenino es algo que siempre ha atravesado mi trabajo. Si bien antes lo tomaba por el lado más político y social, ahora he comenzado a hacer una obra más personal, explorando quién soy en términos simbólicos y físicos, como mujer, como emigrante, como madre. Son preguntas simples y complejas al mismo tiempo", dice la artista desde su país de residencia.

Este viernes y tras seis años sin exponer en Chile, Viera-Gallo inaugura en galería Aninat la muestra El asesinato de la lengua materna, quizás su muestra más personal, ya que recrea su taller en Brooklyn. Se trata de una instalación que recoge algunas de sus obras en desarrollo, pinturas, como también materiales de trabajo como paletas y pinceles que además sirven como anticipo de La Noche de los tiempos, su primera muestra individual en el Museo de Arte Contemporáneo del Parque Forestal, en marzo de 2020, que tendrá curatoría de Andrea Pacheco y producción de María José Fontecilla.

Por estos días, la artista expone en Washington DC,en la muestra Migratory aesthetic, junto a otros creadores de Latinoamérica que trabajan con temas como el desarraigo y el peregrinaje. Además colabora con la gestora Morgana Rodríguez de galería Aquí en una curatoría para llevar la obra del pintor Jake Scharbach, su pareja, a Meca Art Fair de Puerto Rico. "Vuelvo todos los años a Chile y me interesa hacer lazos artísticos", dice.

"Llegué a EEUU a los 27 y ahora tengo 42, aquí me separé, tuve una hija que es americana, o sea le di una hija a este país", cuenta Viera-Gallo. "La emigración nunca es un camino fácil, te vaya bien o mal. Se trata siempre de estar aparte, en un territorio no marcado donde hay que encontrar tu propia voz. A mí me gusta porque me hace reflexionar como artista. De hecho, al principio fue raro porque yo soy de izquierda y me vine cuando estaba Bush, entonces me cuestionaba si era bueno estar aquí; con Trump me he vuelto a hacer las mismas preguntas. Creo que me ha hecho mirar y entender desde adentro cómo funciona la hegemonía de los poderes incluyendo el del arte", agrega.

Imaginario femenino

En 2017, Manuela Viera-Gallo expuso en Art Basel Public Art Miami una instalación sobre la violencia doméstica, que fue en parte el resultado de una investigación de 10 años, entrevistando a diferentes mujeres víctimas de estas situaciones. La creación consistía en una columna hecha con objetos peligrosos, afilados y puntiagudos capaces de dañar, pero que se mantenían suspendidos inertes como en una especie de arqueología de la violencia.

Ahora, la artista vuelve a sumergirse en el tema femenino pero desde una mirada más amplia y a través de la pintura, con una serie de mujeres sin rostro, anónimas, con cabezas que parecen señales de tráfico o llamados de alerta, donde concentra un imaginario onírico que bebe de la obra surrealista de Leonora Carrington, Tarsila do Amaral y Remedios Varo.

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Obra de Manuela Viera-Gallo

Obra de la artista nacional Manuela Viera-Gallo.[/caption]

"Mis pinturas se manejan en torno a algo más ilustrativo pero al mismo tiempo trabajo mucho con el inconsciente, los sueños, hay pinturas muy sexuales y otras muy maternales; tratan de reflejar toda la complejidad de ser mujer", dice la artista. "Me gusta mucho hablar con la gente, hacer entrevistas, tengo una socióloga metida dentro, pero lo entretenido del arte es que puedo hacerlo bajo mi voz personal, hacer mis propias interpretaciones".

Para su muestra en el MAC en marzo próximo, la artista exhibirá más pinturas y hará un mural temporal titulado We are multiplus, X+, Somos millones, que recoge el arte callejero. "Me interesa hacer otro tipo de arte, más alejado de la pintura perfecta y sagrada, porque creo que el arte puede decir mucho a través de los sistemas más populares. Quiero estar donde está la gente. En Nueva York me muevo mucho con grupos de artistas de street art", cuenta.

¿Qué le parece la escena chilena?

Creo que es muy interesante y muy intelectual, lo que me impresiona mucho porque por lo mismo se queda un poco cerrada a otras expresiones. Creo que todavía hay artistas muy vinculados a una escena histórica, post dictadura, continúa habiendo un aire muy político, y en ese sentido creo que le falta variedad, tenerle más respeto al arte popular, al arte naif, al abstracto. Pero creo que el arte en Chile se ha profesionalizado muchísimo, hay más galerías y muchos colectivos de artistas trabajando como Sagrada Mercancía, que me encanta.