El año pasado, cuando Netflix confirmó que La casa de las flores tendría una segunda temporada, sus muchísimos seguidores en toda Latinoamérica no sólo aplaudieron; también surgió una pequeña cuota de incertidumbre debido a la ausencia de Verónica Castro, su actriz más conocida y la gran matriarca del clan De la Mora, los protagonistas de la historia.
Una interrogante que dio paso a la resignación: efectivamente la legendaria figura de 66 años no estará en una de las ficciones hispanohablantes más comentadas del último tiempo, responsable en parte de revivir el formato del culebrón mexicano para las plataformas digitales y las generaciones más actuales.
Pese al remezón, Manolo Caro, creador y director de la comedia que regresa este viernes 18, le resta gravedad. "Esta temporada la hicimos bien, con las mismas ganas, las mismas energías y con los actores que estaban comprometidos con hacer más de una temporada. Yo sabía que Verónica no iba a estar con nosotros si la serie seguía, por lo que desde un principio tenía muy claro cómo continuar sin ella. Una serie no la hace un actor o una actriz", comenta a Culto.
Por tanto, La casa de las flores en su segundo ciclo abordará la muerte de Virginia de la Mora (Castro), y también cómo su familia enfrenta el duelo y la pérdida de su gran emblema femenino. Y a pesar de esta ausencia, la serie, según garantiza Caro, sigue "más hilarante que nunca. Trae más frescura y es más crítica. Habla de temas de actualidad. Si a los seguidores les gustó la primera temporada, la segunda les gustará muchísimo".
En esa misma línea, el creador siente que el nuevo ciclo viene más potente, dado que "sentimos que la historia ahora camina a otra velocidad, porque los personajes y las relaciones ya están planteados. La casa de las flores es una serie coral, y funciona a partir de cómo reacciona toda la familia a la adversidad. Es tan diversa, que nos da la oportunidad de pimponear con los arcos dramáticos de cada uno de los personajes".
Y, sin dudas, una de los integrantes de la familia De la Mora que más sobresalió en su temporada debut, y que seguirá capturando la atención en los próximos capítulos, es la hija mayor, Paulina de la Mora (Cecilia Suárez), la misma que convirtió en tema de conversación su particular modo de hablar. Es el eje de la trama y la figura más querida de la producción.
El propio director no oculta su predilección por la hermana mayor del linaje. "Es un personaje muy importante, lo queremos mucho, y por eso lo he defendido a capa y espada. Que sea un fenómeno a nivel mundial es algo que no lo veíamos venir, y Cecilia lo está disfrutando como nadie. Estamos muy agradecidos y muy contentos de que el personaje tenga esa resonancia en diversos países, como Chile. Para nosotros ha sido muy sorpresivo".
Y mientras Paulina buscará mantener su popularidad entre los seguidores de la ficción mexicana, María José vuelve por más protagonismo. Porque ahora, la mujer interpretada por el actor español Paco León tendrá una participación más estelar: "Paco León ha sido un actor muy importante para nosotros en la serie. Antes era un actor con participación especial, y ahora se vuelve uno de los protagonistas, y eso es algo por lo que siempre le estaré agradecido. Conoceremos más de María José, de su familia, de su vida en Madrid", asegura Caro.
Además, el realizador cuenta que por ese motivo se grabaron escenas en México y España, y también se refiere al trabajo de León interpretando a una mujer trans. "Es un actor en el que yo confío muchísimo, que se ha aventado a hacer un personaje muy difícil y muy controversial", dice.
Quedan pocos días para que comience La casa de las flores, y también poco falta para que Caro se sumerja en otro proyecto para Netflix. Se trata de Alguien tiene que morir, que podría ver la luz el segundo semestre de 2020. "Es una miniserie de tres capítulos que ocurre en España de 1954. Es la primera vez que no hago comedia, es un drama", adelanta.