Cerca de las 11.30 se escucha el murmullo de los músicos arreglando sus asientos. Las personas expectantes se reúnen en torno al frontis del Teatro Universidad de Chile. Se sientan en las pequeñas gradas a la espera del concierto gratuito que ofrecerá la agrupación en apoya las recientes movilizaciones. A sus espaldas se levantan los primeros ruidos de protesta en Plaza Italia. Ambos escenarios convergen en una nueva jornada de manifestaciones en la calle.
El teatro ha sido testigo y punto de reunión de los manifestantes que exigen cambios sustanciales al gobierno. El estallido histórico que el viernes pasado movilizó a más de un millón de personas no parece detenerse. Este lunes el Centro Artístico y Cultural de la universidad (Ceac) organizó el acto que celebró la unión entre la música y los ciudadanos. En el evento se habló de unir al pueblo, de una nueva constitución y de mantenerse juntos frente a las desigualdades.
"Luchar por un país más justo, donde los ricos entiendan que el país no puede ser gobernado por unos pocos, es de todos, así como esta orquesta es de todos los chilenos", fue el preámbulo de Juan Pablo Aguayo, músico que dirigió a la Orquesta Sinfónica de Chile.
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La Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en el frontis del Teatro Universidad de Chile.[/caption]
Momentos después, en medio de aplausos, comenzó el primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven, la "sinfonía del destino".
Se presentaron 75 músicos de la Orquesta Sinfónica que, entre cuerdas, vientos y percusión, tocaron con energía y fuerza frente a un público de diversas edades que escuchaba con solemnidad las piezas interpretadas. Como si fuese un mismo sentimiento, los rostros se mimetizaban, algunos cubiertos con pañoletas y otros desnudos bajo el sol del mediodía. En la concentración había y se podía leer uno que decía "Los de la faena estamos presentes", el que era sostenido por un hombre mayor. A un costado se veía una bandera chilena con el rostro de Víctor Jara y a su lado estaba escrito el nombre El derecho de vivir en paz, la canción que se ha transformado en himno de las movilizaciones.
"Para nosotros y el conjunto tiene mucho sentido realizar este tipo de actividades. Es nuestra verdadera vocación y estamos comprometidos con la situación del país. Las artes expresan eso como mucha música que se escribió en momentos históricos de conflicto", dijo Diego Matte, director del Centro de extensión artística y cultural de la Universidad de Chile.
La Camerata Vocal en conjunto con el Coro Sinfónico interpretaron La jardinera de Violeta Parra y Luchín de Víctor Jara. Alrededor de 10 cantantes alzaron la voz en conjunto con el público que atentamente los escuchaba. Fue un momento íntimo, que se unió a los primeros cacerolazos y gritos que se escuchaban desde el centro de Plaza Italia. Al final del acto el público aplaudió emocionado.
El turno de la voz de Illapu, Roberto Márquez, arribó al son de Morena Esperanza. A su término se unió el cantautor Nano Stern, con la canción La Muralla de Quilapayún.
Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile, llegó al micrófono a expresar su gratitud por la iniciativa. En el encuentro afirmó con determinación que las universidades públicas del país no responden a intereses de nadie y que no tienen dueño. "Lo que estamos viviendo no hubiera ocurrido jamás si hubiéramos tenido una educación pública de buena calidad. Esa que juntaba al hijo del comerciante, del obrero y del profesional. La educación pública es la gran herramienta para volver a tener un pueblo cohesionado", expresó.
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Al centro, Roberto Márquez de Illapu y Nano Stern.[/caption]
El momento cúlmine de la jornada terminó con El pueblo unido jamás será vencido, la reconocida pieza de Quilapayún compuesta por Sergio Ortega. Los más de 600 presentes, cifra entregada por el Ceac, cantaron los versos que han sido protagonistas de las manifestaciones de este último tiempo.
El concierto elevó los ánimos y fue una manifestación del poder de unidad de la música: "El arte está ocupando un rol increíble, una canción puede dulcificar los espíritus. Nuestro pueblo está pidiendo que se le escuche, hay que preguntarle si quiere una nueva constitución que posibilite cambios reales en nuestra sociedad. Hay que cambiar el corazón", declaró Roberto Márquez al finalizar el concierto.