Fue su última vez en el país y no alcanzó a estar ni por 72 horas. Vino a la Convención Lírica en la comuna de San Pedro de la Paz, en la VIII Región. Allí la homenajearon, se reencontró con Verónica Villarroel y hasta dio una masterclass. Pero el deber y el trabajo llamaron y tuvo que regresar a España, donde vive hace tres años. Desde allí, de su casa en Madrid, una cada vez más españolada Cristina Gallardo-Domâs (1967) contesta el teléfono. Ha seguido de cerca la situación en Chile, dice.

"Ha sorprendido bastante por aquí. Esperemos que todo se calme, pero cuando la gota rebalsa el vaso ya no hay quién lo pare, y esto ya llevaba demasiados años. Esta presión, incomodidad, descontento, la injusticia. Ha sido fuerte ver montones de chilenos en distintos países, en Austria, en Alemania, aquí mismo. Hay que dejar crecer al país tanto como dejarlo culturizarse, y bajar los sueldos desmesurados de quienes gobiernan", opina.

No es de lo único que ha estado al tanto. Dice ver con buenos ojos la llegada de Carmen Gloria Larenas a la dirección del Teatro Municipal de Santiago. Es alguien a quien estima, con quien ha trabajado y espera seguir trabajando, comenta. Hace poco retomaron conversaciones.

"Yo la llamé para felicitarla. Nos une una amistad, y ahí hemos estado conversando que tal vez sería la ocasión de hacer un cambio rotundo en el teatro. Por primera vez se tiene a una mujer a la cabeza, y una muy sensata y de mucha experiencia gracias a su paso por el Teatro del Lago. Lo va a hacer bien y espero le vaya mejor aún, y que tenga un buzo de nado de grandes profundidades para sacar al Municipal de su avalancha", sostiene.

-¿Han vuelto a hablar de trabajo?

-Le he pedido que contemple la posibilidad de que el Municipal tenga su propia Opera Studio. Funcionó muy bien en Frutillar cuando hicimos Campus Opera, y daría la posibilidad de formar cantantes y no tener que salir a buscar hasta el último gato afuera. Hace el puente al escenario, y talento en Chile hay de sobra, pero no se le ha tomado la más mínima consideración. Además, ayudaría al teatro a equiparar la parte económica. Lo hemos conversado y ojalá lo considere.

Regreso y despedida

Vendrá a cantar en 2020, para Semana Santa. Hará la Pequeña Misa Solemne de Gioacchino Rossini, el 10 y 11 de abril, y sobre un escenario a 40 minutos de Santiago: la recién restaurada iglesia Nuestra Señora de la Covadonga, en Calera de Tango. Organizada por la Corporación Cultural de la comuna, el evento tiene a cargo a Osvaldo Rivera Riffo y dirección musical de Cristián Errandonea, y la artista actuará junto a tres músicos, dos pianos y un armonio.

" Posiblemente sea una de mis últimas actuaciones, sobre todo en Chile, que es donde más tardo en llegar y donde menos he cantado, la verdad", comenta. "Ahora estoy dedicada a la parte pedagógica; colaboro con la Escuela Superior de Canto y otras instituciones ya a nivel de masterclass. Además, nos vamos haciendo viejos y la verdad creo que esto de haber bajado el ritmo tiene su precio. De un lado te resta de la posibilidad de quemarte, del estrés y lo demás, y así conservas mejor el instrumento, pero yo la verdad prefiero este ritmo a la vida que llevaba. Ser cantante de ópera no es humano. Estos recitales más pequeños y esta vida me gustan más".

-¿Cómo ve el medio de la ópera ahora que está más afuera?

-Una de mis razones fue que me decepcioné de las producciones. Y hoy, hasta los primeros teatros tienen que hacer mil movimientos para producir grandes espectáculos. Así y todo, se ven fuertemente criticados. Veo cantantes sedientos de salir al escenario a costa de lo que sea que les suponga salir, las voces emergen cada vez más y no importa la calidad, predomina más bien lo físico y lo que se ajuste a las necesidades de la escena, no la música. Los cantantes duran menos, también. No salen más preparados hoy, y en seis o siete años ya están fuera, porque vocalmente no pueden decidir. Por su físico les ha tocado abordar roles que rápidamente los queman.

-Algo similar dijo sobre Ud. el entonces director del Municipal, Frédéric Chambert… ¿Conversó con él?

-A ver, a mí lo único que me llegó de él fue una carta que me mandó su secretaria por WhatsApp, cosa que me pareció insólita viniendo de una persona en un cargo como el suyo. Luego, cuando has hecho una carrera de 30 años y has pisado grandes escenarios, no me parece que uno se haya quemado rápidamente la carrera. Y yo no quemé la mía. Decidí salirme, entre otras cosas, porque la familia me pedía más, porque quizás sentía que había perdido mi cuota de adrenalina, y por tantas gestiones y cosas turbias que el público no ve. Hay cantantes que son injustamente vetados en teatros por asuntos de interés, cuando urge más vetar a quienes sí lo merecen.

Su vida en Madrid le ha dado palco preferencial para presenciar el caso Plácido Domingo y las denuncias de acoso y abuso sexual que recaen en su contra. Si bien no quiso referirse antes al tema, Gallardo-Domâs cree que hoy es tiempo, cuando el tenor español, junto a quien cantó, ha roto su relación con el Met de Nueva York -escenario donde la artista chilena brilló en la Madama Butterfly de Anthony Minghella (2006-2007)- y dejó su cargo en la Opera de Los Angeles, ciudad donde aún es investigado.

"Cuando estás en ese punto, las cosas hablan por sí solas. Así de simple. Ahora, en EEUU el tema es álgidamente delicado. Son tan particulares que si tú rozas a alguien o le sostienes la mirada más de tres segundos, basta con que esa persona se sienta mínimamente intimidada para que te ponga una demanda. Siempre es bueno que estos casos salgan a la luz".

-¿Eran tan frecuentes casos como este en la ópera?

-Siempre lo son, y me siguen sorprendiendo quienes critican a las víctimas. Porque espérate un momento, ¿qué pasa con los menores abusados por la Iglesia Católica?, ¿no han sido ellos quienes han hablado? Los mismos 30 o 40 años atrás algunos cantantes estaban iniciando sus carreras y tuvieron que sucumbir a distintas cosas. Si te gustaba, pues bien y todo pasaba, pero si no, te lo tenías que callar si querías seguir yendo hacia adelante como creías que lo estabas haciendo. A término profesional, estoy hablando. Pero hay algunas personas con más años en esto, ya hemos visto quiénes, que hacen uso de su poder y de cierto nombre que creíste aliado tuyo. No hay solo abuso sexual, es abuso de poder total. Yo misma lo viví, fue asqueroso y también tuve que callar. Ese es el juego en el que nos vimos metidos varios en tiempo pasado. La mujer, por cierto, pero hoy también lo ven los hombres. El mundo gay también sufre muchísimo el acoso, y tarde o temprano todo irá saliendo. Bien que así sea.