Luis Fonsi y el regreso de la música en vivo a Santiago

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Luis Fonsi en el Movistar Arena. FOTO: RICHARD ULLOA / LA TERCERA.

Anoche, en un Movistar Arena casi repleto y con fecha que se repite hoy, el astro puertorriqueño cerró su gira mundial reactivando los grandes conciertos en la capital.


Parece que fue hace siglos. Iron Maiden tocó hace 26 días en el Movistar Arena. Luego estallamos, crisis, incertidumbre absoluta. Cual bomba de racimo, entre las incontables consecuencias se derrumbó la oferta internacional de música en directo. Adiós a Bryan Adams, André Rieu, Bajofondo, Serrat y Sabina, entre otros. Ayer jueves Luis Fonsi, el astro pop puertorriqueño que disfruta de un segundo aire gracias al batatazo mundial de Despacito con Daddy Yankee en 2017, fue el encargado de retomar la cartelera de grandes shows en el principal recinto techado de Santiago.

Cuesta encontrar en un nombre más idóneo para la situación. Fonsi es todo sonrisas y palabras amables con un cancionero contagioso de numerosos éxitos propicios para banda sonora de teleserie. Acusado de oportunista ante la crisis vivida en Puerto Rico a mediados de año con la calle movilizada para botar al gobernador y apoyada por la mayoría de las estrellas de la música urbana boricua como Bad Bunny y Residente, Fonsi sólo reaccionó cuando la autoridad dejó el cargo. Entre varios posteos uno lo fulminó:

"Cabrón, no pusiste ni un tuit que dijera 'yo no me doy por vencidooo' ráspate pal carajo".

Anoche agradeció el esfuerzo del público por asistir, soslayando cualquier alusión más explícita al movimiento social.

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FOTO: RICHARD ULLOA / LA TERCERA.[/caption]

Hacia el atardecer el parque O'Higgins parecía el mismo sitio de siempre en la víspera de un gran espectáculo en el Movistar Arena, aunque la normalidad era sólo aparente con el servicio del metro restringido hasta las 20 horas. El comercio informal se desplegó como siempre a la salida de la estación ofreciendo máscaras con el rostro del cantante, diversidad de cintillos luminosos y multicolores, credenciales falsas, llaveros, sombreros y jockeys. El público mayoritariamente femenino y renovado para un artista de 41 años que aparenta menos, ingresó tranquilo ante escasa presencia policiaca, apenas un pequeño grupo de carabineros en bicicletas en el acceso principal del Arena más preocupados de conversar entre ellos que de controlar al gentío. En la elipsis los vehículos ingresaban sin premura mientras en otra zona de la vasta planicie niñas de corta edad practicaban patinaje como es habitual en el parque. Las hileras eran las normales en el patio de comida del Arena con las canciones de Fonsi por los altoparlantes y alta demanda femenina de champán en el bar. Todo parecía como siempre excepto, claro, la ausencia del metro y que mientras Fonsi iniciaba su show el caceroleo arreciaba en varios puntos del centro de Santiago.

A la misma hora Los Auténticos decadentes se presentaban por enésima vez en la capital con un show desenchufado y 16 músicos en el teatro Caupolicán. Los argentinos por cierto, mucho más locuaces y jugados que Fonsi. "Chile, estamos con ustedes en este duro momento", dijo Cucho Parisi. "Su historia también es la nuestra. Venimos a darles un poco de alegría". Fue una de varias alusiones a la crisis durante la noche, más la presencia de Gepe usando una polera con la figura del ídolo pop del estallido, el perro Matapacos, para interpretar "Sigamos luchando".

Curso alterado

Vida World tour de Luis Fonsi concluye esta noche con el Movistar agotado. Arrancó el pasado 29 de junio en España completando 16 shows en Europa, diez en Norteamérica y sólo media docena en Latinoamérica. Es un espectáculo que da cuenta sobre cómo un súper hit puede alterar completamente el curso de una trayectoria artística.

Sin discusión, Fonsi es una de las grandes estrellas musicales latinas de los últimos 20 años, pero por largo tiempo parecía estancado en su fórmula de power ballads azucaradas. Incluso su presencia de meses como jurado y coach en The Voice de C13 contribuyó a la sensación de figura manida. Despacito cambió su categoría. Hace tres meses estaba en República Checa, Suiza, Hungría con un espectáculo que incluye diversa pirotecnia y enérgico cuerpo de baile al que Fonsi se suma de tanto en tanto sin desentonar.

El puertorriqueño traza un número zigzagueante entre material romántico poblado de power ballads con distintas velocidades, y los cortes urbanos que le han reportado nuevas seguidoras. La banda cumple con los estándares de una figura con reconocimiento planetario y Fonsi subraya esa especie de juventud eterna porque después de 21 años de carrera profesional canta exactamente igual que en sus comienzos con un registro a ratos caprino.

La cartelera se retoma consistente en los próximos días. Mañana es el festival Fauna con Hot Chip a la cabeza, el próximo miércoles debuta The Raconteurs y vuelve Chayanne el viernes, como en las siguientes semanas destacan el regreso de Interpol, Keane y Norah Jones. Los anuncios siguen ahí, sugiriendo algo de normalidad en medio de la convulsión.

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