El sábado 9 de noviembre se celebraron los 10 años de Fauna, una productora que a lo largo de su trayectoria ha traído a nombres como Morrissey, Primal Scream, Tame Impala, The Cardigans, Iggy Azalea y Mac Demarco como parte del lineup de su marca más conocida: el festival Primavera Fauna, evento que cambió su nombre a Fauna Primavera en 2016 y agregó una versión de Otoño desde 2017. A diferencia de sus versiones anteriores y ante la dificultad de encontrar un headliner a la altura de lo esperado, en julio se anunció la suspensión de Fauna Primavera 2019, para así —a modo de reemplazo— dar paso al homenaje de una década de espectáculos en vivo. De la misma manera, se trasladó desde el Espacio Broadway hasta el Parque Mahuidahue, un recinto ubicado en el interior del cerro San Cristóbal y en donde se montaron dos escenarios: el Red Bull Stage y el Boiler Room Stage, una pista en donde la electrónica de autores como Matías Rivera, Millos Kaiser y Carisma se apoderó de los cuerpos que danzaban alrededor de la mesa de mezcla.
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La programación inició a eso de las 14:30, es decir, con aproximadamente una hora de retraso. Francisco Victoria y su banda subieron al escenario a interpretar una serie de temas cargados de emocionalidad sincera, en donde los movimientos delicados de su líder atrajeron las miradas de los presentes en el escenario principal, momento que se intensificó con "Querida ven", luego de que aludiera a la situación política que vive el país. Junto a esto, ya se podían ver pancartas con la bandera nacional en tonalidades blanco y negro e inscripciones como "Chile despertó" o "Chile viola los derechos humanos".
Ante la contingencia, Fauna producciones anunció el 5 de noviembre en sus redes sociales que el 20% de las entradas compradas desde ese momento sería donado directamente a la Cruz Roja, porcentaje que también se aplicaría al costo por servicio de Punto Ticket. Asimismo, el día del show se informó que el 50% de las adquisiciones en puerta iría en beneficio de la misma institución.
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Ya a las 16:15 la masa se expandía por la primera mitad de la cancha empastada, en donde los espacios de sombra eran lejanos al Red Bull Stage. En aquel momento, la rapera británica Little Simz iniciaba una presentación en la que cada tema se presentó con más precisión que el anterior, una mezcla de baterías con influencias de jazz, sintetizadores profundos y líneas de bajo que —a ratos— adoptaban una distorsión agresiva que provocaba gritos en los asistentes. Entre rimas aceleradas, melodías con tintes de soul (una combinación impulsada por artistas como Lauryn Hill) y movimientos dotados de elegancia, la cantante conquistó a un público que, si bien en su mayoría era incapaz de responder a las letras de sus canciones, alzaba sus manos para seguir el ritmo de títulos tan diversos como "Boss" y "God Bless Mary". En un show que duró casi 50 minutos, la MC manifestó en su idioma nativo: "Manténganse fuertes. Yo creo en ustedes", para así dejar el escenario a Khruangbin.
El inicio del trío de Texas enfrentó problemas de audio que afectaron en demasía el primero de sus temas, hasta el punto en que los solos psicodélicos en la guitarra de Mark Speer se veían interrumpidos por ruidos constantes. Pero a pesar de aquel accidentado comienzo, la agrupación cautivó al público con vibras cercanas al funky y la música surf y, en su punto máximo, con una versión eléctrica de "El derecho de vivir en paz" de Víctor Jara, canción que se ha convertido en uno de los himnos del estallido social de las últimas semanas.
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Pocos minutos después de las 19:00 —programado originalmente a las 17:45— llegó Badbadnotgood, un cuarteto de jazz posicionado entre los actos más esperados de la jornada. Si bien, los micrófonos tendían a saturarse durante una prueba de sonido duró cerca de 10 minutos, la banda y el equipo de producción solucionaron las dificultades antes de partir con "Speaking Gently", el segundo tema de su última producción, titulada IV (2016). La reacción fue inmediata. El virtuosismo de sus músicos se amplió con la sincronización de un espiral, en donde el saxofón de Leland Whitty se entrelazaba a la perfección con los teclados de James Hill, mientras que los bajos de Chester Hansen y las baterías de Alexander Sowinski se desenvolvían en un ambiente de tiempos confusos, en donde las canciones de estudio se convirtieron en espacios de improvisación que dieron cuenta de las habilidades doctas de cada uno de sus miembros. Aún así, el percusionista se presentó como el principal foco de atención con sus intervenciones, además de vociferar el conocimiento del grupo sobre la situación del país e incitar a sus seguidores a "seguir creyendo". Así y después de una hora, finalizaron con "Lavender", un tema del álbum mencionado que durante su grabación contó con Kaytranada, productor, DJ y miembro fundador de The Celestics junto al rapero Lou Phelps.
La celebración de los 10 años de Fauna tenía su significancia en un hecho particular: los asistentes serían testigos de la reunión de The Whitest Boy Alive, una banda de indie pop que se mantuvo oficialmente inactiva desde 2012, a excepción de un show en Siracusa (Italia) en 2017. Tras presentarse en el Rockódromo en 2011, el grupo de Erlend Øye —quien ha tocado en solitario en ciudades como Valparaíso, Frutillar y Concepción— interpretó un compilado de canciones de sus dos producciones de estudio, tituladas Dreams (2006) y Rules (2009). Pero a pesar de ofrecer un espectáculo enérgico en donde su tecladista se subió a bailar sobre uno de sus instrumentos frente a un público que ya llenaba la mayoría de los espacios, el anuncio de la suspensión de Hot Chip por los altavoces generó que el recinto fuese evacuado por motivos de seguridad, decisión que según un comunicado de prensa, fue gatillada por "sucesos aislados en el entorno del parque".
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Mientras la producción retiraba los instrumentos, el noruego se acercó a la reja para conversar con algunos de los asistentes situados en las primeras filas, además de regalarles los setlist que ocupó en el concierto. Mientras tanto, los autores de A Bath Full of Ecstasy (2019) bajaban de la rampa que daba acceso al Redbull Stage, para más tarde publicar en Twitter que estaban preparados para tocar cuando les avisaron que no podrían salir por los motivos mencionados. Así, terminaron su mensaje con la frase: "Volveremos tan pronto como podamos".
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