Al mismo tiempo que en Las Vegas Mon Laferte, Camila Gallardo y Álex Anwandter convertían la alfombra roja de los Grammy Latinos en una plataforma de denuncia de la situación social en Chile, a algunos kilómetros de distancia, en Ciudad de México, una decena de artistas chilenos y de ese país se unieron en un evento de solidaridad con las manifestaciones locales.
"Chile no se rinde" fue el nombre del espectáculo, una especie de peña cultural montada en un local de la colonia Roma, con entrada liberada y las actuaciones en vivo de Rubén Albarrán, de Café Tacvba, además de varios cantautores nacionales residentes o que estaban de paso en la capital de México, como Quique Neira, Rulo, Moyenei Valdés, José Biggs y Gabigar.
En total el encuentro duró cerca de seis horas, y además de unir diversas propuestas sobre el escenario -folclor, reggae, pop y rock-, sirvió como instancia de encuentro, de conversación y como puntapié inicial para una iniciativa que, según sus organizadores, continuará expandiéndose a futuro.
"Es una alegría estar aquí reunidos para mandar un buen pensamiento y buena energía para nuestros hermanos chilenos. Este proceso lo estamos viviendo en toda América Latina", expresó al público Albarrán, uno de los artistas mexicanos de vínculo más fuerte y extenso con Chile, quien en la ocasión interpretó sus propias versiones para temas como Volver a los 17, de Violeta Parra, y El amor es un camino que de repente aparece, de Víctor Jara.
"La idea era hacer una convocatoria por igual y demostrar descontento general por el sistema y este paradigma que viene desde hace mucho tiempo, donde existe la desigualdad, que en la música también existe", explica Biggs, uno de los gestores de la citación, que comenzó cerca de las 18.00 horas locales y se extendió hasta entrada la noche. "Era necesario este show gratuito donde poder contenernos con nuestra música. Finalmente nuestro trabajo es transmitir mensajes y reunir gente en torno a ellos", agrega.
Para Moyenei Valdés, el evento "surge casi natural y espontáneamente desde la comunidad chilena residente en México. Del hecho de no estar en Chile, de no poder estar tocando una cacerola, caminando en una marcha, de no poder estar en un escenario, nace la idea de generar un espacio en igualdad de condiciones para ritualizarlo en una ofrenda artística".
La distancia, en ese sentido, ha sido un problema pero también una motivación para los músicos que desde fuera de Chile intentan sumarse a las demandas sociales del país. "Implica sentirse más solo, no poder abrazar a la gente y por esto el concierto significa hacernos compañía. Todo desde acá es más difícil, de lejos es mucho más nostálgico", asegura Biggs, quien ya trabaja en un próximo evento con la colonia de músicos chilenos en el D.F.
"Queremos hacer un llamado positivo a no bajar los brazos, por ahí va el lema de 'Chile no se rinde', del que ya estamos pensando realizar una nueva jornada musical. Además, el 20 de noviembre habrá otro concierto en Indie Rocks con músicos chilenos e internacionales", cuenta.