El Irlandés suma 1.500 espectadores en primeros días
La película de Martin Scorsese enfrenta desafiante escenario con menos funciones en medio de movilizaciones.
Una explosiva película de fuego lento como El Irlandés entró a salas un día igualmente explosivo, pero de rápida combustión. Fue el pasado jueves 21 de noviembre, el día de un paro en Valparaíso. Mala coincidencia: aquella jornada de protestas incluyó el saqueo a la armería Immaval en calle Condell y en la sala Insomnia, ubicada a pasos de ahí, finalmente suspendieron la única función del día de El Irlandés.
Una jornada menos de boletos cortados para una película de tres horas y 30 minutos de duración es un golpe duro de resistir y aquel es más o menos el clima en que ha debido respirar el elogiado largometraje de Martin Scorsese que desde la semana pasada está en varias salas independientes de Santiago y Valparaíso.
Considerada por la crítica especializada como una de las mejores películas del año y una carta bastante segura en los premios Oscar 2020, la cinta con Robert De Niro y Al Pacino llevó este fin de semana una cifra que ronda los 1.500 espectadores. Fueron cuatro días de exhibición entre el jueves 21 y el domingo 24 de noviembre y así como en Valparaíso el jueves no funcionó como fecha contable, en Santiago el viernes fue un día mezquino de público.
En el Cine Arte Normandie, que es la sala que concentró la mayor cantidad de público, el día viernes no funcionó como se esperaba. Sábado y domingo, sin embargo, las cosas mejoraron: en total, las salas de cine arte Normandie en Santiago y Cine Arte Viña del Mar, llevaron alrededor de mil personas.
La realidad del Normandie, en cualquier caso, no es tan compleja como la del Centro Arte Alameda, ubicado en plena Alameda, a 500 metros de Plaza Italia. Hasta el momento llevan 150 espectadores en las tres funciones que han hecho del filme gangsteril. "Es una película larga y además nosotros estamos en la zona cero. Facilitamos también nuestro centro para atender heridos en las manifestaciones", explica la directora del recinto Roser Fort.
En pleno Barrio Italia, la pequeña sala K ha logrado resistir algo mejor la falta de metro después de las 21 horas y las tres horas y media de la película: ya se agotaron las seis funciones de la semana pasada y la actual, con 230 entradas vendidas.
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