Desde hace cuatro años está a cargo del Centro de Extensión de la Universidad de Chile (Ceac) tras haber sido el director del Museo Histórico Nacional. Amante del jazz y el blues, el abogado Diego Matte (1977) supervisa la construcción del nuevo centro Vicuña Mackenna 20, que deberá acoger a la Orquesta Sinfónica Nacional desde el año 2021, pero en el intertanto enfrentó dos emergencias. Una más grave que la otra: en julio la orquesta más antigua de Chile debió salir de su tradicional recinto por reparaciones del teatro y ahora, en noviembre, aún no puede volver debido a la conflictiva situación en Plaza Italia.
"Todo nos pilló en un proceso complejo", dice. Cuando ocurrió el estallido, el 18 de octubre, iban dos meses de trabajo en el muro que los separa del nuevo centro cultural. Inicialmente la orquesta se presentaría en la sala del centro de extensión del Instituto Nacional, pero finalmente tuvieron que recurrir a otros espacios. "De cierta manera el teatro está acostumbrado a convivir en Plaza Italia con las manifestaciones de todo tipo: políticas, sociales, deportivas. Estar ahí es un motivo de orgullo, pues significa estar en un lugar simbólico, donde la gente se congrega. Tiene que ver con nuestra vocación democrática y pluralista. Lamentablemente, cuando la violencia y los desmanes escalan tan alto como ahora, todo lo anterior pasa a segundo plano".
Con todo, el teatro se ha mantenido a salvo de la destrucción. "Lo que sí ha pasado es que por rebote hemos sufrido peligro: los fuegos que se hacen en las escaleras del metro amenazaban con llegar a la marquesina. Pero, por otro lado, el frontis del teatro también acoge a primeros auxilios", cuenta Diego Matte
Plaza Italia concentra varias instituciones culturales, ¿cree que puedan salir bien paradas después de las movilizaciones?
Acá están también el Museo Violeta Parra, el Museo Vicuña Mackenna, el Consejo de Monumentos Nacionales, el Instituto Projazz, la Sociedad de Escritores y unos metros hacia el poniente el Centro Arte Alameda. Evidentemente hay un lado traumático en un sistema, que es el de Plaza Italia, donde estamos insertos y en el que además hay hoteles, restaurantes, etcétera. Pero por otro lado, la crisis y toda esta energía genera nuevas ideas y replanteamientos.
¿Cuáles son los nuevos planteamientos?
Creemos que en un plazo, ojalá mediano, la zona de Plaza Italia, específicamente hasta la calle Barón Pierre de Coubertin con Vicuña Mackenna, debería ser un gran boulevard, con vocación eminentemente peatonal. Tendría que haber restaurantes que salgan directamente a las calles, con una apropiación más atrevida de los espacios públicos de todos los organismos culturales y el comercio de la zona. Creo que idealmente debería haber un gran atrio o explanada. Es probable que hoy estemos viendo la cara fea de todo esto, pero siempre en los grandes conflictos de la historia el dolor, la tristeza y la destrucción preceden a las vanguardias y la creatividad. Estamos viviendo el cambio hacia un nuevo orden y nosotros queremos ser parte de eso, seguir acá.
¿Confía entonces que Vicuña Mackenna 20 no abrirá en el año 2021 en medio de una zona desierta?
Sí. Lo hemos pasado mal, pero hay partes del país que lo han pasado peor. Nosotros, al menos, logramos salir a tocar a diferentes colegios de la ciudad, a parques como el Bustamante, o a la Villa Olímpica. También ha sido una manera de manifestarse de la orquesta. En fin, tengo la convicción de que la zona de Plaza Italia va a mejorar: no sólo será igual, sino que incluso mejor. Es un lugar ciudadano y creo que la violencia de estos días, aunque sea grave, es circunstancial. No es lo que define a la zona. Al respecto debo recordar que en marzo hubo una manifestación gigantesca por el Día de la Mujer y no voló una sola piedra.
¿Cree posible que una vez terminado el cierre del muro del teatro, los músicos de la orquesta podrían ensayar en diciembre?
Es la idea. Es muy estresante para ellos también no ir al teatro, estar siempre atentos a las noticias en televisión sobre si vandalizan el recinto o no. Es angustiante, pero todos queremos volver al Teatro de la U. de Chile.