Son los primeros días de diciembre del 2000. El quinteto de Conce, que apenas promedia una veintena y fracción, arribó a la capital hace algún tiempo con la pesada mochila de, al menos, replicar lo que antes consiguieran bandas coterráneas como Los Tres o Los Santos Dumont: triunfar en Santiago y encontrar su sitial, darse a conocer dentro de la exigente escena del rock criollo. Llegaron con una pequeña batería de éxitos bajo el brazo, esas primeras composiciones que asomarán cautelosas en cada uno de sus espectáculos, por ahora circunscritos a pubs y colegios. Porque todavía el grueso del repertorio que suelen desenfundar rescata lo mejor de sus héroes: los que más suenan son The Beatles. Ahora, precisamente, están sobre el escenario del que parece ser un liceo, en Puente Alto, y la canción que disparan para sorprender a esa veintena de sobrevivientes es “Don’t let me down”.

De eso se trataron los primeros pasos de Los Bunkers y aún descansan en algún valioso registro de YouTube.

Desde entonces, y por más de una década, hasta marzo de 2014 cuando decidieron optar por un receso indefinido, Los Bunkers sumaron siete discos de estudio, atravesaron distintos estilos, alcanzaron el éxito masivo y probaron suerte en el extranjero. Mucho cambió desde ese show en el 2000: se transformaron en una de las bandas esenciales del rock nacional y hoy, a cinco años del adiós, aún son varios los que esperan por un regreso.

Lo que no cambió fue la admiración por The Beatles. Basta con revisar vídeos como el de "Las cosas que cambié y dejé por ti" (Canción de lejos, 2002), para advertir las influencias. O también dar un paseo por YouTube, donde es posible encontrar una serie de audios y vídeos de los penquistas, en distintas etapas, versionando a los de Liverpool.

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Mayo de 2011. José Luis Núñez, hoy director de Rockshow Booking & Management, por entonces productor, se contactó con un amigo para conseguir un par de tickets. No pasaba por su cabeza el perderse el concierto que en unos días presentaría Paul McCartney en Chile, por la gira Up and Coming. Así, con una llamada, comenzó la improbable historia que lo reunió durante toda una tarde con el legendario bajista de The Beatles y que, tiempo después, sería clave en la amistad que lo une con los hermanos Durán.

La respuesta de su amigo, cuenta al teléfono Núñez, lo sorprendió: "Me tengo que ir urgente a Colombia y necesito una persona de confianza que me represente, porque no estaré". Entonces Núñez, que no era ningún desconocido en la materia, habiéndose desempeñado en la producción musical de eventos como Teletón, en Mega o Radio 40 Principales, asumió la responsabilidad.

El día del concierto, mientras transitaba por el Estadio Nacional, el ahora productor a cargo del backstage coincidió con la personal mánager de McCartney, Colette: "Nos pusimos a conversar, me di cuenta de que ella cojeaba así que la ayudé a pasar por una parte", cuenta Núñez. "Después, cuando llega el equipo de McCartney, resulta que ella era la personal mánager y yo no tenía idea. Deciden que dos personas de Chile acompañen a McCartney y ella me elige a mí".

Lo que vivió desde ese momento, para Núñez, fue como el sueño del pibe. Estuvo durante toda la tarde, hasta que comenzara el show, pegado al histórico bajista. "Me acuerdo que salía a preguntarme cosas, por frutas. Su esposa me preguntó por un mango. Él me preguntaba por la posición correcta de la bandera chilena, por los gritos chilenos. Entré al camarín y me mostró los vestuarios originales de la época Beatles. Los tenía en un perchero y los lleva alrededor del mundo; estaba el de Sgt. Pepper, todos. Después confirmé con Colette que eran los originales".

Entre otras curiosidades, recuerda el productor, le llevó un X-Box que creyó McCartney nunca ocuparía, pero pasó un buen rato jugando Rockband. También le llevó un I-Pod classic de 128 gb y allí nació la anécdota más atractiva de la jornada: el hombre detrás de "Yesterday" le pidió que le mostrara algo de música chilena.

Núñez recuerda la escena:

—Le mostré Inti-Illimani y me dijo que ya los conocía. Ana Tijoux y Fran Valenzuela no le gustaron; pero cuando puse a Los Bunkers, se detuvo y me dijo: "Esto suena a The Beatles". Yo le expliqué rápido que era una banda muy famosa en el país y que, en sus inicios, para darle rodaje, hacían muchos covers a Beatles. "Esto está interesante", me dijo. Así que le seguí mostrando canciones, hasta que llegamos a "Miño". Ahí me dijo que parara: le encantó, se paró y fue a buscar su guitarra. La tomó como diestro recuerdo, así que le dije en broma que no era el McCartney real, que el mito era cierto, pero ahí me miró, la dio vuelta y me dijo que sólo la estaba afinando. Me pidió poner "Miño" otra vez. La escuchamos tres veces completa y la sacó en su guitarra. Después incluso en su bajo Höfner. En ese momento no tenía cómo llamar a los chicos, ni cómo grabar: los celulares quedaron afuera, así que no tengo el registro.

Tras escuchar la canción e interpretarla en su camarín, Paul McCartney le pidió por favor a Núñez que felicitara a Los Bunkers cuando los viera: "Me dijo 'amazing', increíble, es muy Beatles, pero felicítalos porque también es muy Bunkers".

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El encuentro se daría un tiempo después. Núñez apenas conocía a Los Bunkers, pero se acercó y los encaró para contarles detalladamente de una anécdota que nunca más olvidó. "Ellos estaban con sus papás, se emocionaron, recuerdo que se pusieron muy contentos. Y yo también me puse muy contento de haber hablado de Los Bunkers a Paul McCartney. Me dijeron que lo iban a contar, a publicar en sus redes. De ahí le perdí el rastro a esto. Pero cuando ellos cuentan estas anécdotas, me pone muy contento".

A partir de esa historia, además, Núñez y Mauricio Durán se hicieron muy amigos.

Consultados por la anécdota que ata a "Miño" con uno de sus más grandes ídolos, desde México, los hermanos Durán rebobinan:

—Francisco: "Nos sentimos súper sorprendidos. Primero, porque la persona que fue testigo de esto, José Luis, nosotros no lo conocíamos en esa época. Él nos escribió un mail contando todo lo ocurrido en el camarín, que se había puesto a tocar el tema y quedamos súper sorprendidos. Después se nos olvidaba muchas veces…"

—Mauricio: "...Como que uno no cree al principio... tampoco te lo tomái..., ¿qué tan cierto puede ser?".

—Francisco: "...Era surreal. Pero después nos encontramos en persona con José Luis y nos contó con lujo y detalle todo lo que había ocurrido. Y nada, nos parece formidable. Siempre he encontrado que ese joven tiene buena paila".