Después de consolidarse como novelista y dramaturgo en su natal Nueva Zelanda, Anthony McCarten se hizo de un nombre como guionista, tanto en Hollywood como Gran Bretaña, de películas con sello biográfico. Fue el caso de La Teoría del Todo, con su mirada a la vida de Stephen Hawking; Las Horas Más Oscuras, con Churchill ante el avance de Hitler, y Bohemian Rhapsody con la historia de Freddie Mercury y Queen.
Como él mismo lo reveló, todos estos trabajos tienen otro punto en común: nunca pueden ser totalmente apegados a la realidad, porque "producir una película biográfica totalmente objetiva, que es además una imposibilidad virtual, no es el objetivo, e incluso cuando se presentan ciertas realidades a través del proceso, la brillantez de la escritura de guiones requiere un sensible cambio de esa verdad para poder realizarse".
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Una confesión que nació en medio de una ronda de preguntas tras la función de prensa en Los Angeles de Los Dos Papas, la realización que explora uno de los pasajes más singulares de la historia de la Iglesia Católica, cuando el Papa Benedicto XVI renunció a su cargo, siendo sucedido por el argentino Jorge Mario Bergoglio. Una producción con el sello de Netflix que debuta mañana en salas chilenas –y el próximo viernes en su plataforma- para la que el escritor neozelandés una vez más recurrió a las fuentes históricas, con el fin de que "las personas retratadas puedan reconocerse a sí mismas", sin olvidar la demanda de entretención que el cine le impone.
Con esto en mente, McCarten dramatizó las conversaciones que cambiaron a la Iglesia, que se habrían hecho en un lapso de seis años tras las paredes de la residencia papal de verano en Castel Gandolfo y las del Vaticano, teniendo como protagonistas a Benedicto XVI y el cardenal Bergoglio, hombres que en muchos sentidos eran muy diferentes. Y cuyos grandes ejes son los cónclaves de 2005, que elevaron al cardenal arzobispo de Munich al papado, y el de 2013, que eligió al porteño como el sucesor de Ratzinger.
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Así, en los primeros minutos del relato dirigido por Fernando Meirelles (Ciudad de Dios), se presenta al argentino, encarnado por el inglés Jonathan Pryce, mientras realiza una misa popular en una de las Villa Miseria de Buenos Aires y recibe la noticia de que el papa Juan Pablo II ha muerto. Poco después llega al Vaticano para ser parte del cónclave en que los cardenales del mundo deberán elegir a su sucesor, entre los que se cuentan su amigo, el brasileño Claudio Hummes (Luis Gnecco), y colegas más distantes como Ratzinger (Anthony Hopkins), quien no oculta su interés por liderar la Iglesia Católica.
Varios años más tarde, diversas acusaciones comienzan a remecer los cimientos de la institución religiosa y a la figura de Benedicto XVI, mientras, en Buenos Aires, Bergoglio espera con preocupación la respuesta a varias cartas que envió a la Santa Sede, hasta que recibe una invitación para viajar a Roma. Pero su primer encuentro con el Papa, a quien quiere entregarle personalmente su renuncia al arzobispado, no se efectúa en el Vaticano sino en Castel Gandolfo. Es en sus salones y su patio con vista al mar que estos hombres inician su serie de conversaciones.
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Éstas revelan la distante mirada que cada uno de ellos tiene de la Iglesia, con el Papa apegado a las antiguas doctrinas y el argentino más cercano a las necesidades de las personas, y detalles sobre sus personalidades y gustos, mientras se dibuja un estudio fílmico en torno a la fe, la amistad y el poder. "Este golpe teológico de la historia fue mi oportunidad para tratar de crear un debate imparcial, donde un conservador y un liberal se involucran en una especie de combate de boxeo intelectual", afirmó al respecto McCarten.
Pero Los Dos Papas también ofrece una mirada más profunda al actual pontífice, revelando pasajes claves de su existencia; como cuando era joven y decidió dejar a su novia para ingresar al seminario, y cuando, varios años después y a la cabeza de los jesuitas de Argentina y Uruguay, mantuvo una criticada relación con la dictadura liderada por Videla para, como se ve en la película, evitar que sus sacerdotes fueran blanco de los militares.
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Sin embargo, es la interacción de sus personajes principales lo que hace de la realización de Netflix uno de los nuevos puntos fuertes de su oferta, tras los estrenos de El Irlandés e Historia de un Matrimonio. Cuando ellos están juntos, primero en el castillo de verano y después en una pequeña habitación contigua a la Capilla Sixtina, Pryce y Hopkins logran exponer con precisión tanto las dimensiones espirituales como las psicológicas de sus personajes.
Un chileno en el elenco
Tras haber participado hace algunos años en Narcos, el actor chileno Luis Gnecco vuelve a ser parte de una producción original de Netflix encarnando en Los Dos Papas al cardenal brasileño Cláudio Hummes, a quien el propio Papa Francisco ha señalado como un "gran amigo". Aunque la aparición se limita a algunos minutos en pantalla, su interacción con Bergoglio es esencial en los cónclaves del inicio y el final del relato.
El mismo Gnecco se refirió a su personaje en el podcast Los Optimistas afirmando que es "un asesor del Papa, una figura que existe, Cláudio Hummes, que es el cardenal brasileño además (..) un tipo muy moderno, muy ecologista", agregando que, como lo muestra la cinta, "es muy amigo de Bergoglio y fue él el que hizo más o menos toda la cosa política como para ayudarlo, porque a Bergoglio no lo querían mucho al interior del concilio (…) en el cónclave no era favorito".
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Luis Gnecco en Los dos Papas.[/caption]
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